En este segundo semestre del año Bogotá podría estar entrando a un periodo de Fenómeno de La Niña. El Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático, Idiger, hizo una radiografía de las situaciones relacionadas con el clima y sus variaciones, que vale la pena tener en el radar.
Pese a que el Idiger analiza ocho posibles escenarios de riesgo (por aglomeraciones de público, actividad de construcción, avenidas torrenciales, incendios forestales, inundaciones, movimientos en masa, riesgo sísmico y riesgo tecnológico), EL NUEVO SIGLO seleccionó los cuatro que más temen los bogotanos por su recurrencia. ¿Cuáles son, qué impacto tienen y cuáles son sus posibles consecuencias de llegar a desatarse? Aquí les contamos.
“Todos estos son riesgos que existen y que están ahí siempre. El riesgo sísmico está en toda la ciudad, porque es a escala mayor pero sí están distribuidos de forma diferenciada. Los incendios son un riesgo importante que se materializa en las épocas más secas, localizado en las áreas de vegetación como los Cerros Orientales. No en toda Bogotá pero en algunas zonas de los cerros los movimientos en masa son un riesgo por la presencia de depósitos no consolidados (geomorfología) y son un riesgo alto en el pie de monte de los cerros.
Las épocas de inundaciones se ven más en las épocas de lluvia y es posible que estemos entrando a un año de Fenómeno de la Niña, que son recurrentes y no tienen tiempos fijos”, le explicó a EL NUEVO SIGLO el biólogo y profesor de la Facultad de Administración e investigador del Centro de Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Universidad de los Andes, Germán Andrade.
Añadió que en términos generales la ciudadanía no es muy consciente de los riesgos de inundación porque se dan principalmente en los cursos de agua del río Bogotá y en algunos afluentes del Fucha y otros, “pero hay que tenerlo en el radar. El riesgo de inundaciones es manejable si no se ocupan ciertas zonas y si se respeta la ronda entre los ríos”, precisó el biólogo Andrade.
1. Riesgo de inundación
La zona urbana de Bogotá está dividida en cuatro principales cuencas de drenaje correspondientes a los ríos Salitre, Fucha, Tunjuelo (que drenan principalmente en sentido oriente-occidente) y el Torca, que fluye en sentido sur-norte. Adicionalmente se destacan las cuencas del humedal Jaboque y la cuenca Tintal-Cundinamarca. Todas estas cuencas entregan al río Bogotá como receptor principal.
Las zonas más propensas a que se presenten inundaciones en Bogotá se encuentran al occidente de la ciudad, ya que corresponde a una zona plana con poca pendiente y baja capacidad para evacuar caudales. Adicional a la cuenca del río Bogotá, el Distrito en su parte rural cuenta con las cuencas de los ríos Sumapaz y Blanco, los cuales no representan amenaza de inundación para sus habitantes.
Uno de los principales factores que aumenta la amenaza por inundación corresponde al fenómeno de la lluvia, y para el caso de Bogotá es frecuente ver que en dicha temporada aumentan los eventos de emergencias asociados a inundaciones por encharcamiento.
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2. Escenario de riesgo sísmico
De acuerdo con el Idiger la ciudad de Bogotá está expuesta a la actividad sísmica generada por los diversos sistemas de fallas geológicas activas existentes en el país, en mayor o menor grado en función de la distancia de la capital a estos sistemas.
Ahora, si bien es cierto que la amenaza sísmica dicta en gran medida la intensidad de movimiento esperada a nivel de roca para un sitio, el movimiento que se puede llegar a sentir en diferentes puntos de la ciudad también está influenciado por el tipo de suelo en cada uno de ellos debido a los efectos locales.
El riesgo sísmico no se puede eliminar pero sí se puede modificar o reducir implementando medidas de prevención y de mitigación sobre los elementos expuestos, ya que no es posible intervenir la amenaza. Además, se consideran otras medidas como la protección financiera.
Bogotá ha experimentado varios sismos históricos que han generado afectaciones a la población y la infraestructura de la ciudad. Los reportes de varios eventos históricos y sus efectos han servido como base para el análisis de sismicidad histórica de la ciudad en particular en los casos en los que no existe un registro instrumental.
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3. Riesgo por un movimiento en masa
Un movimiento en masa es el proceso por el cual un volumen de material constituido por roca, suelo, tierras, detritos o escombros, se desplaza ladera abajo por acción de la gravedad. Son conocidos popularmente como deslizamientos, derrumbes, procesos de remoción en masa, fenómenos de remoción en masa, fallas de taludes y laderas, y esta semana se presentaron evacuaciones en la localidad de Usaquén (en Santa Cecilia), precisamente a raíz de este fenómeno.
En Bogotá el relieve montañoso ocupa el 83% del área distrital mientras que la zona plana equivale al 17%. Aunque la población se concentra en la zona plana, también por el crecimiento urbano de la capital, un número importante de la población se encuentra localizada en zonas de ladera de los Cerros Orientales, Cerros de Suba y Cerros del Sur, más susceptibles a los movimientos en masa.
Para la mayoría de la zona urbana no representa riesgo, pero para las zonas de ladera (30776 ha) aproximadamente el 9% se encuentra categorizada en amenaza alta por movimientos en masa (2776 ha); un 56% en amenaza media (16600 ha) y un 35% en amenaza baja (11400 ha).
4. Riesgo por incendio forestal
En Bogotá durante el período 2010-2018 se han presentado 139 incendios forestales que han afectado 1.000 hectáreas, siendo el 2016, el año con mayor área afectada (378 ha), seguido por el 2014 (260 ha) y el 2010 (223 ha). Estos eventos están relacionados con las condiciones de aumento en la temperatura, especialmente durante el primer trimestre de cada año y por la incidencia del Fenómeno El Niño, lo que genera mayor posibilidad de ocurrencia de incendio forestal.
La capital, cuenta con una Comisión Distrital para la Prevención y Mitigación de Incendios Forestales, CDPMIF, que viene funcionando desde 1996, y a partir del año 2005, adquirió el respaldo jurídico con la expedición del Decreto 146 subrogado el 16 de septiembre de 2014.
Según la facilidad en el control de la conflagración, el tipo de combustible involucrado, el tamaño y los atributos del área afectada, en Bogotá, la Cdpmifha clasificado los incidentes forestales en tres categorías: quema, conato e incendio forestal.
El Idiger elaboró el mapa de Amenaza por Incendios Forestales para la capital, y se identificó que el 42% del territorio se encuentra categorizado en amenaza alta, el 27% en amenaza media y el 31% en amenaza baja, toda vez que el territorio rural se caracteriza por altas pendientes y la abundancia de vegetación lo cual, unido a las altas temperaturas, hace que se inicien incendios con facilidad.