Investigación de la U. Distrital demuestra que es necesario vincular lo que se estudia con la forma como se enseña, y la importancia en que la universidad se conecte con las necesidades de la escuela.
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Un problema que caracteriza a la educación escolar es la dificultad de articular la teoría y la práctica en los profesores en el aula. Es una realidad que afecta la educación. Los conocimientos que adquieren los futuros profesores no siempre se articulan con las prácticas que desarrollan en el aula y en los espacios académicos de la formación universitaria. Ya comienza el problema cuando en la universidad hay materias enfocadas en la pedagogía y los métodos de enseñanza y otras teóricas, pero en ocasiones ambas van por separado.
Esta situación ha motivado el desarrollo de diferentes estudios comparativos en investigaciones para identificar en qué momento se encuentran ambas perspectivas, la teórica y práctica en el ejercicio docente.
La tesis doctoral de la profesora de la Universidad Distrital, Liliana Rodríguez Pizzinato, apunta a comprender la intersección entre conocimiento y acción para la toma de decisiones en la práctica pedagógica que hacen los estudiantes de licenciaturas en las escuelas.
Para desarrollarlo se enfocó en las prácticas que realizan los futuros profesores de ciencias sociales y de biología. Se partió de un proceso de observación de las clases y a partir de ello se construyeron las narrativas de las acciones que implementan en el aula. Las narrativas se presentaban de nuevo a los profesores, se discutían y después se definían unos tópicos. La metodología que se definió para la investigación se denomina Conglomerados de relevancia que consiste en definir la jerarquía que se presentan en el aula, si es más importante el rol de docente, la enseñanza de contenidos, las acciones pedagógicas, o el desempeño de los estudiantes. Las jerarquías permitieron encontrar puntos en común o de disenso donde se identificó lo que la investigadora llama Territorios Epistémicos, que expresan la convergencia entre conocimiento y acción.
La investigación tuvo un componente comparativo entre las experiencias en Bogotá con las de Valencia (España). Se revisaron los informes de prácticas que realizan profesores en la ciudad española, para encontrar la relación entre teoría y práctica en las escuelas de la ciudad y las ideas que tienen los futuros profesores sobre el rol docente.
Se evidenció una disyuntiva entre teoría y práctica al igual que en los colegios de Bogotá. Los profesores consideran más relevante el conocimiento disciplinar frente a lo didáctico. Sin embargo, los ejercicios demuestran que los conocimientos disciplinares y pedagógicos no son suficientes para desarrollar las clases de ambas áreas.
La diferencia entre el estudio en las dos ciudades es el recuerdo que tienen los profesores sobre su experiencia escolar. En Valencia no fue evidente, mientras que en Bogotá, los profesores le dan relevancia a la forma como aprendieron ellos y cómo incide en su ejercicio docente.
Las conclusiones de la investigación evidencian la necesidad de hacer una articulación real entre los contenidos y la práctica, una tarea que viene de la universidad, articular a las facultades de educación con los colegios. Porque se evidencia que no hay una comunicación fuerte entre los colegios y las universidades.
El segundo, demuestra que es necesario hacer visible un ejercicio de reflexión y acción. Que se convierta en un motivo de estudio en la universidad para poder teorizar las prácticas pedagógicas y retroalimentar el ejercicio de la práctica docente en las universidades.
Tercero, se necesita que los profesores escriban sus experiencias de la práctica, de su experiencia escolar y de su labor docente, que permiten conectar a la universidad con lo que ocurre en la escuela. Hoy en día, hay apuestas en las facultades de educación colombianas sobre la formación de profesores - investigadores. Sin embargo, esa investigación debe ser sobre las experiencias de la enseñanza, la articulación entre teoría y práctica, y la construcción de una narrativa que permita identificar las acciones para mejorar dicha práctica.
La calidad de la educación puede mejorar si logramos articular la teoría con la práctica, documentar las experiencias pedagógicas para conectar las acciones de las universidades que forman profesores frente a las necesidades de las escuelas, un problema que sigue afectando a la educación y que sería posible modificar si logramos la formación de profesores - investigadores pero, enfocados en la educación y en el mejoramiento de las metodologías y las experiencias de enseñanza y de aprendizaje en el aula.