Desde el Senado piden reflexión a las partes, en tanto que analistas dicen que escollos son por un proceso mal estructurado
Crece la incertidumbre sobre qué pasará con el proceso de paz con el Eln que ‘heredó’ de la anterior administración el actual Gobierno, después de que en las últimas horas el presidente Duque le saliera al paso a las críticas de voceros de este grupo a las condiciones que se ponen para seguir las conversaciones, que a juicio de Aureliano Carbonel son inviables, diciendo que los eventuales ajustes se deben discutir en la mesa reinstalada.
El Primer Mandatario replicó que “inviable” es seguir dialogando con una organización que no está dispuesta a entregar todos los secuestrados y a poner fin a sus actividades criminales.
Esta situación lleva a muchos a preguntarse si entró a la zona de punto muerto la negociación con el Eln después de que el presidente Duque advirtiera en Nueva York, en donde participará en su primera Asamblea de Naciones Unidas, “creo que lo que es inviable es aceptar dialogar con una organización que no está dispuesta a entregar la totalidad de los secuestrados y a poner fin a sus actividades criminales”.
Reiteró, “tenemos toda la voluntad de diálogo con el Eln, siempre y cuando entreguen todos los secuestrados y le pongan fin a las actividades criminales”.
Dijo también Duque Márquez que “el Estado colombiano no va a aceptar la violencia como un mecanismo de presión y los colombianos no podemos aceptar que la violencia sea aceptada por parte de ninguna autoridad, porque lo que termina generando es la vulnerabilidad de todos los derechos de los colombianos”.
Estas afirmaciones del Primer Mandatario Nacional se dieron a propósito de que el pasado sábado uno de los negociadores de esta guerrilla, Carbonel, dijera, “esperamos que el presidente Duque no llegue a la torpeza de terminar las negociaciones con el Eln, ni el presidente Duque, ni los intereses que él representa”.
Agregó Carbonel, en una entrevista concedida al canal Alba TV aseveró que “el Centro Democrático, que es el partido de Uribe y del actual Presidente, en todos los años anteriores se opuso a los procesos de paz, pero la realidad del país hoy no los deja proceder en esa forma, hay un movimiento cada vez más creciente y fuerte que respalda los procesos de paz, que pide que se cumplan los acuerdos, que pide que los procesos continúen”.
En este sentido, el guerrillero advirtió que “el Gobierno de una manera unilateral está planteando unas condiciones que están por fuera de lo acordado, y con eso está catapultando el proceso. Lo que hemos dicho es que si hay hago que ajustar debemos sentarnos y hablarlo y lo miramos entre los dos para mejorar lo que traemos hasta ahora”.
Agregó Carbonel, que “vamos a construir un acuerdo de paz, es un acuerdo para acordar salidas, pero no es un proceso de sometimiento de la insurgencia. Debemos buscar un acuerdo que permita que la violencia no siga siendo utilizada para ejercer la política”.
La semana pasada, el Gobierno dio por finalizado el encargo a los negociadores de paz que designó el entonces presidente Santos para las conversaciones con el Eln en La Habana. El comisionado de Paz, Miguel Ceballos, advirtió que el mandatario Duque no nombrará interlocutores hasta que esta guerrilla dé muestras de paz.
Reacciones
El senador y copresidente de la Comisión de Paz del Senado de la República, Roy Barreras, insistió: “Pido serena reflexión sobre difícil diálogo con Eln. Abandonar la mesa es igual que levantarse de la mesa, lo que deja solo opción militar que se ensayó 50 años sin éxito pero podría ser peor ahora por reclutamiento de disidentes y desertores o conversión en múltiples bacrim”.
Añadió el Parlamentario del Partido de la U que “es inviable para el Eln delinquir mientras siga dialogando vs ‘es inviable dialogar con el Eln mientras siga delinquiendo’: Duque. ¿Cuál escenario prefieren?”.
Por su parte, el senador Carlos Felipe Mejía, del partido Centro Democrático, reaccionó señalando que “seguimos con la lista de daños de la ‘paz’ de Santos. Criminales empoderados que creen tener derecho de exigir”.
En tanto que el director del Centro de Estudios en Seguridad y Paz, Néstor Rosanía, le indicó al EL NUEVO SIGLO que el proceso tiene unos errores estructurales, porque mientras que con las Farc se diseñó una agenda cerrada que “permitía que solo se iba a hablar de los cinco temas que estaban en la mesa de negociación”, con el Eln “la agenda no fue cerrada porque el primer punto de la negociación habla sobre convocar a la sociedad civil. La sola definición de sociedad civil permitió abrir una caja de pandora”.
Añadió el experto que la “mesa se está agotando y acabando es porque el Eln dejó una agenda abierta y eso lo que permitió fue que siguiera con unas dinámicas de guerra popular prolongada, donde ellos manejan un tiempo muy largo. Entonces el gobierno Duque, y en eso está bien, les está poniendo un límite en términos de agenda y de tiempo”.
Rosanía puso como ejemplo que “en la fase exploratoria con las Farc se demoraron seis meses; la misma fase exploratoria con el Eln se demoraron 24 meses”.
Por ello concluyó, que “creo que estamos en el punto de que si el Eln no rediseña la metodología, y apoyado por el Gobierno y la comunidad internacional, el proceso tiende por acabarse”.
La negociación
La negociación con miras de alcanzar un acuerdo de paz entre la administración de Juan Manuel Santos y el Eln se inició en febrero de 2017 en la capital ecuatoriana, Quito, en donde se alcanzaron a realizar cuatro ciclos de conversaciones, aunque con pocos avances en la mesa y con un clima de tensión porque esta organización no cesó sus acciones terroristas.
El único saldo a favor que dejó esta etapa fue un cese el fuego bilateral entre octubre y enero pasados, que aparte de algunos reparos el Gobierno y el Eln calificaron como positivo.
La negociación se mantuvo frenada entre diciembre y mayo pasados tras la renuncia de Juan Camilo Restrepo como jefe del equipo negociador del Gobierno. Luego Santos designó al exvicepresidente Gustavo Bell, con quien a pesar de que se hicieron los ciclos cinco y seis entre mayo y el final de ese gobierno, no se logró avanzar en la agenda ni pactar otro cese bilateral el fuego.