Diariamente llegan cientos de venezolanos a la terminal de transportes de Bogotá, una situación que se complica con el pasar de los días.
Algunos habitantes del país vecino llegan con su familia en busca de continuar con su trayecto, que en la mayoría de casos el destino final es Ecuador, y para descansar algunos días luego de un extenso viaje, se quedan en la terminal donde reciben toda clase de ayuda humanitaria, como alimentos y vestimenta.
Otros venezolanos no contemplan la idea de seguir viajando sino que optan por quedarse en esta zona del barrio Salitre. Allí se rebuscan la vida vendiendo chicles, cigarrillos, dulces, entre otras cosas, lo que les permite por lo menos refugiarse.
Este es el panorama que encontró nuestro fotógrafo Andrés Rot: