Los medios de comunicación e inclusive los gobernantes locales en su afán por contener el virus, infundieron un miedo extremo en la población, sobre los riesgos, el contagio, la propagación del virus. La estrategia era hacer que la gente no saliera. Pero hoy esa estrategia se convierte en adversa cuando se quiere motivar el regreso a los colegios y a las universidades, pues la mayoría de los padres o acudientes expresan temor del retorno e incluso manifiestan que no lo harán sino hasta 2021.
En este espacio ya se ha hablado de la necesidad de volver, porque el encierro, el maltrato que viven miles de niños, las dificultades de acceso y el aislamiento trae consecuencias peores en casa que el Covid -19. La ONU ha emitido una alerta sobre que millones de niños no volverán al sistema escolar, la deserción está disparada y el aprendizaje ha sido muy bajo.
Varios profesores de colegio consultados, afirman, que la virtualidad impide ayudar a los niños con mayores dificultades, los que realmente necesitan atención. El niño o niña que tiene el apoyo en casa prende la cámara, participa, hace las tareas, pero los que no, es imposible ayudarles. Muchos viven ruido extremo en su casa, no se puede conectar o participar. La situación es dramática y sin duda es uno de los sectores más afectados por la pandemia.
Lo que ocurre en el mundo
Estados Unidos, Brasil y todos los países europeos comenzaron el plan retorno. En países como Reinos Unido, Italia, España o Grecia el gobierno obligó a los padres a enviar a los niños a las escuelas, quienes no lo hagan pagarán una multa, y a pesar de varias semanas de rebrotes en Europa, los colegios han salido bien librados. Caso que se detecta se cierra el curso de forma temporal, pero no son lugares de contagio masivo. Además, los niños y los jóvenes son la población con menor riesgo y el regreso a casa se cumplen los protocolos frente a la población adulta.
Los daños a largo plazo que puede generar continuar de forma remota, pueden ser peores que los de la pandemia. En varios países del mundo el retorno se hará de forma gradual y con alternancia, unas clases presenciales y otras virtuales, una forma de poder mejorar las condiciones de los estudiantes y sus familias.
El caso de Bogotá
La Secretaría de Educación de Bogotá (SED) tiene un reto y es lograr que las instituciones educativas retornen en 2020 dentro del marco de lo que se denomina la nueva normalidad. Este marco aparte de elaborar unos protocolos de seguridad, de trabajar con la Secretaría de Salud, con la Policía Nacional y con las instituciones, se basa en la consulta a la comunidad educativa sobre la reactivación y el retorno. Eso implica que después de recopilar los resultados de las encuestas se definan los pilotos de colegios para reapertura.
La encuesta va acompañada de un proceso de registro, consulta, validación y verificación que permitirá a la SED alistar no solo el retorno a las clases, sino también la apuesta en operación del 2021. Este es un gran reto y marca la pauta para que el resto del país retorne a las clases porque Bogotá ha sido un referente para el país y en la medida que se reactive la capital se reactivará Colombia.
Por lo tanto, los bogotanos debemos rodear este esfuerzo y apoyar a la SED para que el retorno a clase se de en las mejores condiciones y nuestros niños y jóvenes sean los primeros beneficiados de la nueva normalidad.
*Especialista en Educación