Edificio "Mónaco", el símbolo de Escobar que se va a demoler | El Nuevo Siglo
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Miércoles, 28 de Noviembre de 2018
Agencia DPA
Ante la mirada de defensores y detractores, la construcción caerá al piso el próximo 19 de febrero

 

 En Medellín hay un robusto edificio que la administración local quiere derribar. No es una torre común, es el símbolo del narcotráfico y de su máximo exponente Pablo Escobar, quien lo habitó junto a su familia. Hasta hace poco era visitado por turistas en busca de detalles sobre la vida del capo colombiano que controló el negocio de las drogas en los años 80 y 90.

El edificio "Mónaco" es tal vez la joya de la corona de Escobar, una construcción fuerte que no se inmutó ante los 80 kilos de explosivos que detonaron hace 30 años sus rivales del cártel de Cali en un intento por asesinar a "El Patrón".

Escobar, quien murió huyendo de la Policía en diciembre de 1993, mandó a construir el inmueble frente a un prestigioso club al cual un día le negaron la entrada y puso un ventanal de lado a lado con vistas a ese lugar.

Pero ahora la edificación de siete plantas y fachada blanca que dio cobijo al que fuera líder del cártel de Medellín tiene sus días contados, ya que en febrero de 2019 la alcaldía de Medellín lo demolerá.

"Los símbolos son muy importantes en las sociedades. Más que derribar un edificio, vamos a derribar un símbolo que representa lo peor que vivimos como sociedad", explica a dpa el alcalde de la ciudad, Federico Gutiérrez.

"En los últimos tres meses de 1989 hubo 100 bombas en Colombia, la mayoría en Medellín. El daño que nos hizo la violencia asociada al narcotráfico es irreparable", agrega.

Según la administración, la ciudad está llena de agencias de turismo que ofrecen visiones -en ocasiones desacertadas- de lo que ocurrió durante aquellos años de violencia y cree que lo mejor es construir, en el mismo predio que ahora ocupa el "Mónaco", un memorial donde se rinda tributo a las víctimas.

"Mi hijo, así no conozca a Escobar, va a tener la marca del narcotráfico en la frente", dice Manuel Garcés, dueño de una empresa con la que visita con grupos de turistas el edificio "Mónaco", entre otros lugares.

Sobre una de las azoteas de la construcción, ya en ruinas y con un fuerte olor a moho, Garcés plantea que los recorridos de turistas deben tener una visión renovada que muestren cómo la ciudad se ha sabido recuperar a pesar de la violencia. "Aquí no glorificamos a Escobar, contamos la historia de una ciudad", señala.

Pero no todas las agencias siguen la línea de Garcés. Para Manuel Villa, secretario privado de la alcaldía, el Estado se dejó tomar la delantera por los "narcotours" que cuentan la historia desde los victimarios.

"La gente siente morbo por venir a conocer la historia del cártel de Medellín, de Pablo Escobar, aquí el tema no es desconocer esa historia (...) Nosotros necesitamos hacer memoria, todas las ciudades que han vivido episodios trágicos lo han hecho, como por ejemplo Nueva York y el 11 de septiembre. Acá no tenemos eso", indica Villa desde el vestíbulo del "Mónaco".

La idea del memorial es, de alguna manera, enderezar la historia y que se ofrezca una versión oficial a los miles de turistas que visitan Medellín, la segunda ciudad de Colombia. Además, explica Villa, demoler el edifico es mucho más económico que restaurarlo y convertirlo en museo.

"Reconstruirlo nos implicaba una inversión de 33.000 millones de pesos (10,2 millones de dólares), renovar los ascensores, todo el tema de mampostería, iluminación. Esto solo para reconstruir el lugar, más lo que cueste hacer, por ejemplo, un museo, estamos hablando de unos 50.000 millones de pesos (15,5 millones de dólares). En cambio, demolerlo nos cuesta 8.000 millones de pesos (2,5 millones de dólares)", detalla Villa.

Pero unos pisos más arriba, mirando desde la ventana del que era el cuarto del capo al que se le atribuyen al menos 4.000 asesinatos (uno de sus pistoleros afirma que la cifra puede llegar a los 6.000), Garcés muestra su desacuerdo en hacer escombros esta edificación.

"Esta llegó a ser en los 80 la construcción más grande y ostentosa hecha para un particular. En el Coliseo Romano pasaron todo tipo de vejámenes ¿Y lo destruyeron? No, ahí está, eso es memoria. El dinero de reconstruirlo se recupera con los turistas extranjeros, yo se lo digo, son millones los que pagarían por ver esto", cuenta con entusiasmo el guía.

Y es que la construcción tiene su encanto. Los techos caídos dejan ver un entramado de varillas que refuerzan la resistencia del lugar, todo un búnker, las paredes en algunos espacios están hechas con trozos de periódicos de la época -pues no existía el pladur-, y junto a la habitación de Escobar, su caja fuerte, una bóveda en la que cabían varias toneladas de billetes. En el sótano, un cuarto sacado de las peores películas de terror, en donde se cree que se llevaban a cabo torturas.

Otro que tampoco está de acuerdo con que derriben la edificación es el hermano de Pablo Escobar, alias "Osito", quien rechaza tajantemente la idea desde su casa-museo en donde también recibe turistas para contar su versión de la historia.

"No estoy de acuerdo con que tumben 60.000 millones de pesos (18,6 millones de dólares) al suelo (...) Ahí puede haber un centro de investigación, un colegio, un hospital, tantas cosas que se pueden hacer sin destruir", dice.

Por su parte, el alcalde Gutiérrez destaca que el narcotráfico fue un fenómeno que tocó a todos en el país y que en Medellín "venden camisetas de Escobar al lado de las de Superman", por lo que su planteamiento es "contrarrestar la narrativa perjudicial que tiene a la mafia como protagonista".

El memorial contará la historia de la época de violencia narcotraficante pero resaltará otros nombres de quienes lucharon contra la mafia, según Gutiérrez, los "verdaderos héroes" que deben ser referente para las nuevas generaciones.

Es así como el "Mónaco" caerá al suelo el próximo 19 de febrero, ante la mirada alegre de unos y la triste de otros.