Este viernes será demolido en Medellín por orden de la Alcaldía el edificio Mónaco, que fue una de las propiedades más ostentosas del extinto capo Pablo Escobar. El inmueble ubicado en la exclusiva zona de El Poblado se dio a conocer en 1988 porque fue atacado con un carro bomba cuando se inició la guerra con el ‘Cartel de Cali’.
Durante varios años la edificación pasó por varias manos en un proceso de extinción de dominio. En 1989 quedó a cargo del Consejo Nacional de Estupefacientes, que luego se lo entregó a la Asociación Cristiana de Asistencia y Rehabilitación, la cual no lo tuvo por mucho tiempo por el mal estado del inmueble.
En la década de los 90 el edificio fue arrendado para uso de oficinas. En 1997 el Consejo Nacional de Estupefacientes se hizo de nuevo al control del inmueble y lo cedió a una institución dedicada a la rehabilitación de personas adictas a los estupefacientes, pero en 1999 entregaron el predio.
El Mónaco estuvo luego deshabitado por varios años hasta que el Consejo Nacional de Estupefacientes lo asignó a la Policía. Sin embargo en los últimos meses el alcalde Federico Gutiérrez planteó demolerlo porque considera que es un vestigio de la ilegalidad en la ciudad.
“Derribar más que una infraestructura física, una estructura mental: la que acepta la ilegalidad como camino. El derribo del edificio es una acción dentro de una estrategia integral que busca construir cultura de legalidad. Y es importante porque nos preocupa la manera en la que hemos narrado y dejado de narrar nuestra propia historia”, expresó el Burgomaestre.
Añadió que “lo más importante no es el derribo sino el memorial que construiremos y que será un homenaje a las vidas que perdimos y a aquellos valientes que defendieron sus principios por encima de todo”.
“Pienso que el sentido de esta demolición está en el memorial que vamos a construir. Además, el edificio Mónaco está en ruinas; es decir, son ruinas las que caen. Es importante resaltar que se trata de un símbolo de Pablo Escobar, que a mi modo de ver ni siquiera es ‘el patrón del mal’. El patrón del mal, y contra lo que estamos luchando, es un fenómeno del que Escobar es la cara visible: la ilegalidad”, indicó.
No obstante, hace poco Roberto Escobar Gaviria, hermano de Pablo Escobar, manifestó su desacuerdo con la demolición de este edificio pues considera puede ser rehabilitado para la atención de personas necesitadas.
“Un edificio que cuesta más de 40 o 50.000 millones de pesos no se puede destruir. ¿Por qué no se le da a un asilo de ancianos, a un hospital, una universidad o la Cruz Roja? La Ley dice muy claro que todo lo que se le quitara al narcotráfico iría para una obra social y eso (parque) no es una obra social”, dijo Escobar Gaviria.
Añadió además que “hay ciertas personas en Colombia que no les interesa que se diga la verdad sino que se siga trabajando sobre la mentira. Hay que decir la verdad, esa es la historia de Medellín”.