La pentilona y la 2C-C son las nuevas sustancias psicoactivas detectadas en el país por el Sistema de Alertas Tempranas (SAT), que lidera el Observatorio de Drogas de Colombia, órgano adscrito a la Dirección de Política de Drogas y Actividades Relacionadas del Ministerio de Justicia.
Esta cartera informó que a la fecha, y desde 2010, ya son 32 los nuevos alucinógenos fabricados en laboratorios que son descubiertos en el territorio nacional.
“La pentilona se detectó luego de que la ONG Acción Técnica Social (ATS) recolectara en el Festival de Música de Villavieja (Huila) una muestra en polvo que tras el análisis químico respectivo se confirmó, correspondía a dicha sustancia”, aseveró el Ministerio de Justicia.
Añadió que es la primera vez que en Colombia se tiene reporte de la aparición de pentilona, un estimulante desarrollado en la década de 1960, que químicamente se conoce como una catinona sustituida de tipo sintético y que se consume por vía oral. Sus efectos secundarios incluyen sentimientos de paranoia, agitación e incapacidad para dormir, con efectos que pueden extenderse por varios días.
Su estructura se asemeja a la de estimulantes como la metanfetamina o el éxtasis, por lo que imita los efectos de tales sustancias. Estimula el sistema nervioso central y actúa como un inhibidor de la recaptación de serotonina-norepinefrina-dopamina, y como un agente liberador de serotonina. “Abusar de la pentilona puede llevar a una intoxicación aguda, e incluso, a la muerte”, previno el Ministerio de Justicia.
En cuanto a la 2C-C, dicha sustancia fue detectada en el Aeropuerto Eldorado de Bogotá, en desarrollo de labores de vigilancia de la Dirección de Antinarcóticos de la Policía Nacional, que halló 488 dosis de papeles precortados de 0,5 cm x 0,5 cm, comúnmente denominados ‘blotters’. El análisis estuvo a cargo del Laboratorio de Química de la Dirección de Investigación Criminal e Interpol.
Esta sustancia pertenece al grupo de las fenetilaminas sintéticas de la serie 2C, y está presente en el mercado de las drogas desde 1990, cuando fue sintetizada. Regularmente se consume por vía oral en una dosis de 30 a 40 miligramos y sus efectos pueden durar entre cuatro y ocho horas, dependiendo de la dosis y susceptibilidad del usuario, quien registra actividades estimulantes y alucinógenas del sistema nervioso central.
En bajas dosis provoca euforia y un incremento de las sensaciones visuales, olfativas, auditivas y táctiles; y en dosis más altas, efectos estimulantes, alucinaciones y taquicardia. Cuando se presenta intoxicación hay síndrome de delirio y excitación, caracterizados por agitación, agresión e hipertermia. No se han reportado muertes tras su uso.
Además de Colombia, los países que han reportado el uso de esta sustancia son Alemania, Canadá, Croacia, China, Estados Unidos, Francia, Suecia y Suiza.
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Mayor consumo
Este martes, el viceministro de Justicia, Juan Francisco Espinosa, dijo que Colombia está afrontando un importante aumento en el consumo universitario de drogas sintéticas importadas. De las 803 variedades que circulan en el mundo, 32 han sido detectadas en el país, entre ellas las ketaminas.
"En 2009, en población universitaria, (el consumo) era del 1%. En 2012 creció al 3,2% y en 2016 ya era del 4,2%", alertó el Viceministro.
"Muchísimas personas que son consumidoras de drogas están convencidas de que están consumiendo LSD, y no es LSD (...) son las denominadas ketaminas o las nuevas sustancias encontradas", explicó Espinosa.
El Reporte de Drogas Colombia 2017, preparado por el Observatorio de Drogas de Colombia, indica que los estudios del Centro Colombiano de Monitoreo de Drogas (ODC) muestran que el consumo de droga está aumentando, “no solo porque hay más usuarios sino también porque el mercado es más grande y más diverso. El uso de prevalencia de por vida aumentó del 8,8% en 2008 a 12,2% en 2013; y la prevalencia anual aumentó de 2,6% a 3,6% durante estos años”.
Agrega el informe que al igual que en otros países, en Colombia el cannabis es la droga más utilizada, seguida de la cocaína, bazuco y éxtasis. Aunque la prevalencia del bazuco y del éxtasis es baja, causan un alto impacto en salud pública.
De otra parte, el presidente Duque anunció el pasado domingo que “esta semana estará firmado el decreto que le permitirá a la policía confiscar cualquier dosis de droga” en las calles. Esta medida busca principalmente quebrarle el espinazo al microtráfico, pero por esta vía también al consumo, porque los llamados jíbaros aprovechan el porte permitido de la dosis mínima para rondar los colegios en búsqueda de nuevos ‘clientes’.