Esta semana, y después de 17 años de búsqueda, Rosario Parra Martínez* recibió los restos mortales de su hijo menor, Néstor*, reclutado a la fuerza en 2003 por un grupo armado al margen de ley en el departamento del Guaviare cuando aún era menor de edad.
Gracias a la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD) Rosario logró encontrar algo de sosiego, pero su tristeza continúa pues sigue buscando también a su hijo mayor y a su hermano quienes corrieron la misma suerte por cuenta del conflicto armado.
Pero el caso de Rosario -su nombre y el de su hijo se cambiaron por seguridad- es apenas uno entre los más de 120.000 desaparecidos forzados en Colombia, la mayoría por cuenta del conflicto armado, y de quienes todavía no se conoce su paradero.
Sin embargo, son varias las bases de datos sobre el tema. El Centro Nacional de Memoria Histórica habla de 120.000 desaparecidos en el país desde 1958, la UBPD reporta 100.000, mientras que la Unidad de Víctimas registra a la fecha 181.844 afectados, asociados a desaparición forzada.
“De ellas 50.048 son víctimas directas, es decir las personas que sufrieron el hecho, y las 131.836 restantes son víctimas indirectas: personas a las cuales les han desaparecido un familiar en primer grado de consanguinidad o civil”, dice Ramón Rodríguez, director de la Unidad.
En cualquier caso, son más de 64.000 familias afectadas por un fenómeno que, lejos de cesar, sigue en crecimiento a pesar del Acuerdo de Paz suscrito en 2016 con la desmovilizada guerrilla de las Farc.
Con motivo del Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada, que se celebra hoy, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) reveló que “cada día registramos una nueva desaparición en Colombia”, según Alexia van der Gracht, coordinadora de la Unidad de Protección del organismo.
La vocera del CICR sostiene que más allá de los números “está el sufrimiento de los familiares” de los desaparecidos. “La desaparición no es un fenómeno del pasado, todos los actores armados continúan utilizando esta práctica para atemorizar a la población”, afirma.
El CICR sostiene que desde la firma del Acuerdo de Paz ha registrado 466 nuevas desapariciones relacionadas con el conflicto y la violencia armada, “cifra que, aunque dolorosa, no refleja la verdadera dimensión de la tragedia”.
Y para completar el flagelo, el coronavirus también ha hecho su aporte. “La pandemia del Covid ha aumentado la incertidumbre que viven familiares de personas desaparecidas en América Latina, y eso ha planteado nuevos retos y complejidades para la búsqueda de sus seres queridos. En ese contexto resulta fundamental decirles que no están solas en su búsqueda”, agrega la vocera del CICR en el país.
“Ni una más”
Las cifras de desaparecidos convierten a nuestro país en uno de los países con mayor registro de este fenómeno en el mundo, y aunque se ha avanzado todavía hay mucho por hacer.
De acuerdo con Luz Marina Monzón, directora de la UBPD, “la desaparición forzada no es un hecho del pasado sino que sigue pasando. Por ello, el propósito institucional, del Estado y la sociedad en su conjunto, es hacerse el propósito de ni una desaparición más.
En los últimos tres meses -justo en pandemia-, la UBPD recibió 740 solicitudes de búsqueda de personas desaparecidas: 312 por medios virtuales (42%), 174 presenciales (24%), 134 por correspondencia (18%) y 120 (16%) vía telefónica. Sin embargo, en los dos años de mandato de esta entidad ha recibido 7.273 solicitudes de búsqueda.
Mientras, desde 2012 la Unidad de Víctimas ha acompañado a cerca de 3.000 grupos familiares en los procesos de entrega digna de cadáveres y, desde 2017 a más de 1.200 personas en los diferentes momentos del proceso de búsqueda.
“La Unidad trabaja para garantizar la participación de los familiares en los procesos de búsqueda de sus seres queridos y en las entregas dignas con acompañamiento psicosocial, y demás acciones incluidas en la ruta de reparación”, dice su director.
Algunas acciones
En Colombia la Ley 1408 de 2010 establece que cada 30 de agosto, las entidades nacionales, departamentales y municipales deben rendir homenaje a las víctimas de desaparición.
Para conmemorar el Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada, declarado el 30 de agosto de cada año a partir de 2011, son varios los mensajes que las distintas entidades quieren enviar a la sociedad en su conjunto.
Este año, el CICR en alianza con la organización Playing For Change realizó un video musical en el que participaron 15 artistas de la región para rendirles homenaje a las familias de las personas desaparecidas.
Mientras 294 familiares de víctimas de desaparición forzada enviaron una carta abierta a los principales periodistas y columnistas del país para que se sumen al clamor de rechazo a este flagelo.
Con la etiqueta “#NiUnaDesapariciónMás”, la idea es que los comunicadores hagan visible esta tragedia: “La desaparición no es un hecho del pasado”, es la consigna.