En el debate de control político del Concejo de Bogotá se escucharon graves denuncias de la problemática que tiene la ciudad y la alerta de la concejal Nely Patricia Mosquera, quien advirtió a las autoridades porque la marihuana sintética tomó las calles.
En efecto, la Concejal del partido de La U indicó que luego de realizar una radiografía sobre la comercialización y uso de drogas, se ha detectado la existencia de al menos 28 nuevas sustancias psicoactivas que se distribuyen en Bogotá.
“Cerca de 48 mil menores de edad en Bogotá estarían consumiendo ‘Creepy’ pensando que es una droga blanda como la marihuana. La verdad es que estamos hablando de una droga con altos componentes sintéticos que genera mayores impactos negativos al sistema nervioso tales como ataques de pánico, ansiedad, dependencia y peores efectos psicológicos y psiquiátricos. Esta droga la venden como si fuera la marihuana tradicional y eso no es cierto, es una droga que tiene el mismo componente base del THC, pero que incluye otros componentes que generan efectos muy negativos a los consumidores”, señaló la concejal Mosquera.
Colegios
Y es que para 2018 cerca de 58 Colegios Distritales fueron identificados con dinámicas de tráfico y consumo de drogas. Los casos de consumo de SPA ilegales cada vez son mayores, entre enero y agosto de 2018, 101 colegios habían reportado presuntos casos de consumo de licor por parte de estudiantes, contrario al reporte de consumo de SPA ilegales que fue de 361 colegios.
Durante el primer semestre de 2018, los Servicios de Orientación para Jóvenes con Consumos Iniciales de Sustancias Psicoactivas, de la Secretaría de Salud atendieron cerca de 11.800 niños, niñas y adolescentes. “No podemos tolerar que los menores sigan vendiendo o consumiendo algún tipo de sustancia psicoactiva en Bogotá, la política de prevención sigue en deuda con la ciudad, no hemos logrado fortalecer los valores y toma de decisiones de nuestros jóvenes”, concluyó Mosquera.
En este sentido, el concejal Yefer Vega presentó el análisis sobre consumo de estupefacientes por menores en Bogotá. Según Vega, una de las causas que más afecta a los jóvenes es el amplio mercado que cada vez tiene más presencia en el país y en Bogotá. El Concejal aseguró que en 2018 aumentó a 2.523 casos presentando un incremento frente a 2017 con 2.370 menores.
Prevención
Según Vega, el próximo Alcalde debe tener dentro de sus prioridades las metas del plan nacional para la promoción de la salud, la prevención y la atención del consumo de sustancias psicoactivas 2014 – 2021. Afirmó, que se debe pensar y plantear la necesidad de programas distritales que impacten directamente en los componentes de mitigación y superación de consumo de SPA.
“No podemos centrarnos únicamente en la prevención. Este es un llamado a que propongamos este tipo de medidas estando ad portas de una nueva administración como se plantea en la política nacional para la reducción del consumo de SPA y su impacto” afirmó el Concejal.
Sobre la oferta institucional, criticó que el Consejo Distrital de Estupefacientes, quien distribuye responsabilidades a muchas entidades que podrían contribuir a mitigar la problemática, lo que hace es una “coordinación de papel”.
“En la práctica cada entidad trata el problema como se le viene en gana, aplica la atención con los métodos que le vienen en gana y nadie tiene claro cómo proceder con un menor drogodependiente, a quien debería restituírsele sus derechos de manera inmediata”, agregó.
Para solucionar las dificultades, el cabildante propuso la creación de una instancia eficiente y coordinada a través de la cual se generen lineamientos para el tratamiento del problema; la generación de contenidos pedagógicos con respaldo científico que se divulguen en eventos masivos; la creación del día de la prevención y el no consumo de drogas, conmemoración que sobrepase lo simbólico; una caminata distrital, y eventos artísticos y culturales que hagan de Bogotá la capital mundial de la prevención del consumo de drogas.
Asimismo invitó con cifras a las entidades del Distrito a reflexionar, al exponer que “la atención integral al año para un adulto en situación de drogodependencia es de $14.100.000, mientras que un año de prisión cuesta $72.000.000. “El tratamiento es mucho menos costoso que la cárcel y que los problemas sociales y de salud que genera”, concluyó.