Tuvo un respiro al finalizar la semana. Se disminuyeron a la mitad los puntos naranja. El resto del mapa sigue en amarillo
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Aunque la llegada y propagación del Covid 19 le ha “quitado” protagonismo a la mala calidad del aire de Bogotá, que no logra levantar cabeza y el jueves de la semana pasada estuvo en uno de sus puntos más críticos cuando 6 de 13 puntos de monitoreo amanecieron en naranja y ningún otro punto se registró como favorable, esta amenaza para la salud de la ciudadanía tiene que comenzar a mejorar más pronto que tarde.
Y ojalá que sea más rápido que cualquier otra cosa, pues la contaminación del aire, producto del material particulado que se genera por el dióxido de carbono y otros factores externos como los “desechos” que se producen de los incendios forestales que tienen rodeado al centro del país, son causantes de la muerte de 2.000 personas anualmente y contribuyen con la proliferación de las enfermedades respiratorias agudas que, por estos días, es mejor evitar.
Pero, con todas las medidas que ha tomado la Administración Distrital para disminuir los niveles de contaminación, ¿por qué el aire de la Capital del país no solo no mejora sino que empeora? A lo largo de la última semana, de relativo caos y paranoia, la respuesta fue siempre la misma.
Los incendios forestales que se encuentran rodeando a la ciudad, sumado al comportamiento de los vientos, es lo que le ha impedido al aire de Bogotá salir al otro lado.
“El viento nos está trayendo el material particulado no solo del norte como la semana pasada, sino de la región de Venezuela y de los Llanos Orientales. Desafortunadamente seguimos con un gran número de incendios que se han cruzado con un patrón de vientos que nos está afectando gravemente. Afecta también a Bucaramanga y a Medellín, además no tenemos control sobre los incendios”, explicó en su última declaración al finalizar la semana la secretaria de Medio Ambiente, Carolina Urrutia.
Una leve mejoría
El deterioro en la calidad del aire durante esta semana fue progresivo y hay intranquilidad, sumada a todas las preocupaciones que por estos días ya tienen a sus espaldas los capitalinos, de que no vaya a mejorar. No obstante, expertos consultados por EL NUEVO SIGLO durante la semana, señalaron que el viernes podría comenzar a verse una mejoría y al finalizar el día, al cierre de esta edición, así fue.
De hecho, de acuerdo con la Red de Monitoreo de Calidad del Aire de Bogotá se reportaron solo tres estaciones con altos niveles de concentración (naranja), mientras que diez están en regular (amarillo).
Los niveles de concentración de material particulado disminuyeron levemente durante las últimas horas del viernes, especialmente después del mediodía. Las lluvias aisladas, un ligero aumento en las velocidades y predominancia de los vientos del occidente y la reducción de fuentes de emisiones locales, producto del simulacro de aislamiento, han generado esta ligera mejoría en las condiciones de calidad del aire de Bogotá.
Sin embargo, el material particulado transportado hacia la ciudad, producto de quemas e incendios forestales, sigue siendo la principal fuente de contaminación. Fenómeno que también han estado viviendo Medellín y Bucaramanga.
Buen punto de referencia
De hecho, una buena forma de explicarlo ha sido por medio de la estación de monitoreo Carvajal-Sevillana, el punto más problemático y crítico de la Red de Monitoreo de Calidad del Aire de Bogotá. ¿Por qué? Este es un punto de lectura que se encuentra ubicado en el suroccidente de la ciudad y está en el corazón de la zona industrial de Bogotá. Por lo mismo siempre, o casi siempre, está un color por debajo del promedio de los demás medidores de calidad de aire en la ciudad.
Carvajal-Sevillana, por lo general, está con los niveles más altos de contaminación, porque es donde está una actividad industrial pesada y vehicular muy fuerte. Pero, ¿qué pasa cuando se lee un mapa como el del pasado jueves, viernes y sábado, en el que no solo la parte suroccidental está en crisis sino toda la Ciudad?
Pues bien, eso lo que indica es que hay un aporte de otra fuente, que está llegando desde afuera de la ciudad y que está afectando a toda Bogotá y no solo por lo que la misma ciudad está emitiendo por su propia cuenta.
Incendios forestales que no dan tregua
La razón por la cual hay exceso de material particulado en todo el aire de Bogotá, y que ya es clara para la ciudadanía, es la persistencia de los incendios forestales en el Caribe, el Magdalena Medio, los Llanos Orientales, La Orinoquía y Venezuela, sumado al curso de los vientos que han acarreado hasta la Capital del país las partículas contaminantes del aire, razón por la cual la ciudad cuenta con una bruma que se ha condensando en los últimos días.
Y así mismo, como lo refirió la Secretaria, este material particulado está llegando a todas las ciudades andinas del país, no solo a Bogotá y Medellín, lo que indica que, adicionalmente a las emisiones normales que tiene la ciudad, está llegando una fuerte carga de material contaminante, lo que de alguna forma está opacando las medidas que se están tomando en las ciudades.
El Pico y Placa
Aunque gracias al equipo técnico de la Secretaría de Ambiente, que está analizando los factores externos que tienen en emergencia ambiental a buena parte del interior del país, ya es claro que el incremento de la alerta en la calidad del aire en estos momentos, es resultado del material particulado derivado de la quema de importantes áreas de bosques en el Caribe, en el Magdalena Medio, en los Llanos Orientales, en la Orinoquía y en Venezuela, hay quienes están solicitando que se levante el Pico y Placa.
“No tenemos control sobre los incendios ni sobre los vientos, pero sí tenemos nuestras medidas efectivas. La medida del Pico y Placa ha logrado reducir las emisiones entre un 8% y un 12%, sumado a las condiciones meteorológicas y por supuesto, al cambio de tráfico que ha habido en estos días. Sin embargo, no ha sido suficiente y hasta que no veamos cambios en los vientos y en los incendios de la región, no habrá suficiente mejora en la calidad del aire”, precisó a finales de la semana pasada la secretaria Urrutia.