Recientemente, el concejal del Centro Democrático Humberto ‘Papo’ Amín citó un debate de control político en el Concejo de Bogotá en el que cuestionó a Claudia Díaz, secretaria de Movilidad, frente a presuntas irregularidades en las cámaras de fotocomparendos, llamadas cámaras salvavidas desde la Administración Distrital.
Según un análisis de los siniestros viales en los 14 principales corredores viales donde están instalados estos dispositivos, se registró un aumento del 1.7 % en el primer semestre de 2023 en comparación con el mismo periodo de 2022. Bajo esta premisa, EL NUEVO SIGLO habló con 11 concejales de diversas bancadas sobre cuál es la principal problemática de las fotomultas en Bogotá y qué se puede hacer para solucionar la alta insatisfacción ciudadana. Estas fueron sus respuestas.
Humberto Amín - Centro Democrático
La principal problemática son los abusos a los que se ven sometidos los conductores bogotanos en temas de fotomultas, y es que yo he logrado demostrar que las cámaras de fotocomparendos no salvan vidas y no están ubicadas donde históricamente se presentan más siniestros. Es que a la fecha existen más de 1'750.000 ciudadanos multados por velocidad, de los cuales el 60 % iban a una velocidad entre los 56 y los 60 km/h.
Es necesario que se realicen los estudios técnicos que logren incluir en el Plan Distrital de Desarrollo la Meta 54, para que nuestra ciudad, al igual que Medellín, cuente con un estudio real que determine cuál es la velocidad que soportan los corredores viales de la capital del país.
Julián Triana - Alianza Verde
Las mal llamadas cámaras de “fotomultas”, son realmente cámaras salvavidas, que deberían cumplir, como su nombre lo dice: como elementos disuasorios para que los actores viales cumplan con las normas de tránsito, no como un elemento de recaudo para que la Secretaría de Movilidad expanda sus arcas.
Los motociclistas, que son los actores viales más vulnerables, son mayoritariamente jóvenes de nuestra ciudad, que se encuentran en riesgo de sufrir siniestros y de perder la vida y por ende las cámaras salvavidas deben cumplir su función principal en disuadir y mejorar su visibilidad.
Cristina Calderón
Tanto las fotomultas como los agentes de tránsito deberían ser estrategias clave para mejorar la situación. Sería importante revisar cómo están siendo implementadas, cuál ha sido su impacto en la movilidad de la ciudad y qué ajustes son necesarios para lograr los objetivos de seguridad vial y eficiencia en el tránsito que necesita la ciudad.
Las fotomultas han permitido una mayor automatización en la captura de infracciones, particularmente en puntos críticos de la ciudad donde las cámaras están instaladas. Actualmente hay 37 cámaras de fotodetección en Bogotá, de las cuales 33 están operando. Sin embargo, la cobertura es insuficiente: existen 92 puntos aprobados para fotodetección, lo que hace pensar que el sistema no está usando todo su potencial.
Heidy Sánchez - Pacto Histórico
Como se planteó en el debate de control político, estas cámaras entre comillas salvavidas no salvan vidas, sino que han resultado ser un negocio bastante lucrativo por sacar multas cuando se pasan un kilómetro por hora.
Las cámaras salvavidas hoy no están cumpliendo una función salvavidas, solamente se han vuelto un negocio de recaudo y que no permite que exista un debido proceso para las y los conductores, tanto de motos como de carros.
Germán García - Partido Liberal
Las cámaras de fotomultas en Bogotá han sido muy cuestionadas. Especialmente se cuestiona si cumplen la función de salvar vidas o si son para aumentar el recaudo de movilidad. Lo que le corresponde a la Secretaría de Movilidad es mostrar los resultados de sostener las cámaras, bien sea para cumplir las normas o para imponer comparendos. Sólo así los bogotanos podrán tener claridad sobre si sirven o no las cámaras de fotomultas.
Concejales Fabián Puentes y Samir Bedoya Piraquive - Partido MIRA
Desde el partido Mira hemos insistido en la necesidad de que las zonas donde se encuentran las cámaras de fotodetección estén debidamente señalizadas, para que los conductores puedan identificarlas con suficiente antelación. Asimismo, hemos solicitado revisar el proceso de fotocomparendos, debido a casos reportados de comparendos duplicados para los presuntos infractores. Consideramos fundamental garantizar el debido proceso en la emisión de estos, para asegurar que se respeten los derechos del presunto infractor durante todo el procedimiento.
Julián Forero - Movimiento LARA Demócrata
La Administración Distrital engaña a los conductores, ya que estas cámaras no salvan vidas y solo generan recaudo. Muchas de estas cámaras están ubicadas en corredores viales donde la siniestralidad no es alta, y las vías con mayores índices de accidentes no cuentan con estos equipos. Para mejorar la situación se deben realizar estudios técnicos que permitan ampliar los rangos de velocidad en algunos corredores viales en Bogotá.
Angelo Schiavenato - Movimiento LARA Demócrata
La insatisfacción ciudadana con respecto a las fotomultas tiene fuertes fundamentos. Si bien el sistema surgió con el propósito de salvar vidas, su implementación incipiente es indiciaria de un fin distinto. Con esto quiero decir que no tiene sentido afirmar que las cámaras buscan disuadir a los conductores de conducir a altas velocidades en puntos críticos cuando normalmente no son visibles ni cuentan con la señalización que obligue al conductor a reducir la velocidad.
Si el sistema fuese efectivo no debería existir una cifra tan elevada de comparendos, que en promedio el año pasado alcanzó la suma de $900 millones diarios en promedio. En mi concepto, el propósito está más cercano a la búsqueda de recaudo que al respeto por la vida.
Marco Acosta - Colombia Justa Libres
Hemos sido reiterativos en el sentido del paradigma que hay entre si las cámaras fotomultas están para recaudar dinero o para salvar vidas. La conclusión a la que hemos llegado por los diferentes estudios es que lo que hemos visto es un aumento de la accidentalidad en Bogotá y más bien se ha visto como un modelo para recaudar recursos.
Emel Rojas - Coalición Bogotá Más Fuerte
Estoy de acuerdo con las fotomultas. No obstante, puntualmente en Bogotá no hay claridad ni de la ubicación de las cámaras ni las vías y considero que la velocidad de 50 kilómetros por hora en Bogotá, especialmente en la autopista y en la carrera 30, lo que hace también es dificultar la movilidad.