Los periodistas celebran hoy su día en Colombia en medio de una situación nada fácil para desarrollar su diaria actividad
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Mañana se celebra en Colombia el Día del Periodista, pues precisamente un 9 de febrero de 1791 apareció el Papel Periódico de la Ciudad de Santa fe de Bogotá, considerada la primera publicación periodística que surgió en el país.
A propósito de que esta fecha sirve para hacer un reconocimiento a los profesionales que día a día ponen sus talentos y energías al servicio de informar a Colombia, el panorama no es el mejor para la actividad porque persisten las amenazas a los comunicadores y crece el fenómeno del acoso judicial por las publicaciones que hacen, según la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP).
Al respecto Jonathan Bock Ruiz, coordinador en la FLIP del Centro de Estudios de Libertad de Expresión, le dijo a EL NUEVO SIGLO que “el 2019 es el año con mayor número de agresiones contra periodistas que hemos registrado y es muy preocupante, sobre todo, el aumento de casos de acoso judicial. Estas son las estrategias que utilizan distintos abogados o personas para demandar a periodistas con el propósito de que dejen de abordar algún tema”.
Bock Ruiz dijo que el acoso judicial contra el trabajo de los comunicadores no es nuevo, “viene de años anteriores, sin embargo, cada vez es más recurrente y digamos que lo identifican como una estrategia también. Incluso el señor Abelardo de La Espriella lo publicó en sus redes sociales diciendo ‘la estrategia consiste en que los periodistas tengan que lidiar con un proceso penal y, al mismo tiempo, por la vía civil quitarles hasta el último centavo”.
Agregó Bock Ruiz que es claro que existe dicha estrategia “para abusar de las herramientas legales para aprovecharse de eso, buscando silenciar a los periodistas”.
Amenazas
El coordinador en la FLIP del Centro de Estudios de Libertad de Expresión dijo de igual forma que el año pasado se presentó un alto número de intimidaciones a periodistas en diferentes regiones de Colombia, “176 periodistas amenazados y hubo dos periodistas que fueron asesinados”.
Agregó que esta violencia específica “está además mostrando que hay unas zonas vedadas para el periodismo en municipios de Cauca, en Tumaco (Nariño), en municipios desde Arauca hasta Putumayo. Entonces hay unas zonas grises del país donde los periodistas no pueden entrar a cubrir lo que está sucediendo, y eso es sumamente preocupante”.
Añadió que en estas regiones son críticas para la seguridad de los comunicadores debido a la presencia de nuevos actores armados ilegales, la mayoría narcotraficantes, “entonces es una violencia muy fuerte contra los medios y contra los periodistas. Es un fenómeno que Colombia ya lo ha vivido y que es muy grave que vuelva a suceder en la disputa por los territorios de los grupos estén atacando de manera estratégica a la prensa”.
Garantías laborales
El representante de la FLIP llamó la atención que otro problema estructural que afecta la actividad del periodismo son los problemas económicos que tienen los medios de comunicación, “y esto tiene un impacto para la libertad de expresión porque al reducir las salas de redacción de algunos medios, están reduciendo también el número de periodistas que ahí trabajan”.
Añadió Bock Ruiz que ello impacta negativamente en la pluralidad y en la diversidad de voces que debe haber en una sociedad. Reveló que “en los últimos cuatro años han sido despedidos por lo menos 1.100 periodistas, y esto es muy preocupante”.
Detalló que el modelo de negocios del sector está atravesando por una crisis debido a que los anunciantes han retirado buena parte de los recursos que destinaban a publicidad, pero también “la transición hacia otros modelos de negocio es traumática y es más larga de los deseado, y pues en ese viacrucis están muchos medios de comunicación. Entonces esa es la principal justificación de los recortes”.
¿Hay censura?
Bock Ruiz consideró que a pesar de lo que se diga en sentido contrario “por supuesto que hay censura y, digamos, la forma en la que se produce la censura es la violencia. Colombia no ha dejado de ser un país violento contra la prensa, como digo el número de amenazas es muy alto. Hay que entender que no solamente es el hecho de la amenaza sino lo que implica en el trabajo del periodista, que deja de investigar el tema, que esto en algunos casos tiene el impacto que el periodista tiene que abandonar el lugar donde vive, en algunos casos también el país”. Detalló que el año pasado tuvieron 4 episodios de comunicadores que se vieron obligados a salid de Colombia y exiliarse.
Agregó que hay otro tipo de censura más sutil “que está también ahí moldeando la opinión pública y la información que sale y que no sale. Es muy ilustrativo el hecho de todo lo que ocurrió con la salida de Noticias Uno del Canal Uno, los despidos en algunos medios de comunicación de columnistas que son críticos del Gobierno, los militares que ordenan borrar una pared porque hay un grafiti que les molesta. Hay muchos hechos de censura que como digo no son tan evidentes como cuando ocurren con la violencia, pero están ahí.