A partir de ayer Bogotá se encuentra ubicada en un departamento que decretó toque de queda generalizado
Bogotá, el epicentro político, económico y financiero del país, es hoy una ciudad a media marcha que se encuentra bajo fuego por tres flancos: el coronavirus, que ayer hasta el medio día registraba 12 nuevos casos en la capital del país, sumando un total de 33; la mala calidad del aire, que los incendios que rodean a Bogotá sumado al régimen de los vientos no parecen dar tregua, pues ayer en horas de la mañana cinco puntos de monitoreo de la calidad del aire estaban en amarillo (la noche del lunes eran solo tres).
Y por último una ola invernal que fácilmente podría resultar en un pico de enfermedades respiratorias, pues con corte a febrero, antes de que se asentara el invierno, tanto la red pública como privada atendió a más de 200.000 personas por infecciones respiratorias.
Adicionalmente, cada una de estas amenazas está relacionada entre si, y con la meta número uno de no sobrecargar la oferta hospitalaria y de tratar de contener la ya generalizada paranoia de la ciudadanía para prevenir un eventual problema de abastecimiento, Bogotá tiene hoy dos alertas amarillas, una ambiental y otra sanitaria, y aunque ambas tienen en jaque la movilidad y productividad de la ciudad, ninguna de las dos tiene proyecciones de levantarse pronto.
Como si fuera poco, a partir de ayer la capital del país se encuentra sumergida en la mitad de un departamento que decretó un toque de queda generalizado que irá de nueve de la mañana a cinco de la tarde hasta nuevo aviso.
Es clave aclarar que, al cierre de esta edición, la Alcaldía Mayor no decretó ningún toque de queda, y que la alcaldesa tuvo que pedirle a la ciudadanía que no haga caso a las fake news. “Para cualquier tema, incluida la pandemia del coronavirus, tomamos decisiones rigurosas, basadas en evidencia y las hacemos públicas en ruedas de prensa, no por cadenas de WhatsApp”, precisó hacia el mediodía.
Con este panorama, en donde cada persona esta en una especie de confinamiento obligado y temeroso de un enemigo invisible pero letal, cuya puerta de entrada al país está aquí, en la capital, ¿podrá Bogotá superar este escenario de crisis? ¿Decretará, eventualmente, un toque de queda?
El estado actual de Bogotá
No es exagerado decir que la capital del país está paralizada. Ayer la arquidiócesis suspendió el servicio del culto publico y las celebraciones de la eucaristía los domingos. Los matrimonios en Bogotá se harán a puerta cerrada, y hasta nueva orden se restringirá el ingreso a los cementerios distritales para eventos de culto o rituales. Solamente se permitirá el ingreso para trámites administrativos, de manera individual y con el debido control de acceso por parte de la administración del cementerio.
Las exequias se harán pero sin trasladar el cuerpo del difunto al templo, y para los eventos de inhumación y exhumación, solo se permitirá el ingreso de máximo cinco acompañantes, sin excepción.
Por otra parte, Bogotá se encuentra en calamidad pública lo que significa que, en una situación de emergencia, el Distrito podrá hacer traslados presupuestales entre entidades y contratación directa. “Parece poquito pero ustedes no se imaginan el tiempo que eso nos ahorra”, precisó López al comenzar la semana.
A partir de ayer y hasta el 31 del mismo mes, los ciudadanos a los que se les haya impuesto un comparendo deberán realizar su trámite a partir del 1 de abril de 2020 (a la fecha, desde que comenzó el pico y placa, se han impartido 1.999 comparendos y 810 inmovilizaciones), y los Policías de Tránsito seguirán adelantando sus controles en vía y si los ciudadanos comenten alguna infracción de tránsito, serán sancionados como lo establece el Código de Nacional de Tránsito.
Los jardines del ICBF y los jardines distritales se cerrarán, pero la secretaría de Integración Social dijo que el Distrito asegurará la canasta alimentaria de los niños. Los centros de protección no se pueden suspender, pues atiende a las poblaciones más vulnerables, por lo que se tomarán medidas extremas de protección en los mismos, y hay preocupación por la atención que deberán recibir los vendedores ambulantes y las trabajadoras sexuales.
Aunque ya es claro que los animales de compañía no transmiten el covid-19, ayer el Instituto Distrital de Protección y Bienestar animal, hizo un llamado para que la ciudanía no siga abandonando a sus mascotas, hecho que se ha incrementado en los últimos días. Además, a partir de ayer quedaron canceladas las jornadas gratuitas de esterilización canina y felina que se tenían programadas en las diferentes localidades de Bogotá.
Una mala calidad del aire que no aminora
A pesar de que varios concejales, hacedores de opinión pública y miembros de la ciudadanía han solicitado que se levante la alerta amarilla ambiental, el distrito la mantendrá hasta que pasen por lo menos 48 horas antes de que se reporte un mínimo de material particulado en las estaciones más problemáticas.
No obstante, una fuente de la Secretaría de Medio Ambiente le confirmó a EL NUEVO SIGLO que ayer en horas de la mañana la ciudad amaneció con cinco puntos en alerta amarilla ambiental, dos más de las que se registraron el lunes por la noche.
A este respecto, la secretaria ya ha dejado claro en varias declaraciones, que cualquier medida que se tome para levantar la alerta amarilla de la calidad del aire, puede empeorar su calidad muy rápidamente, causando enfermedades respiratorias agudas que tienen los mismos síntomas que el coronavirus.
“En ese sentido, esta es una decisión que tomamos para no recargar nuestro sistema de salud y sobre todo por cumplir la norma nacional y local. Por eso decidimos continuar con la alerta. Sabemos que causa incomodidades, pero es claro que en este momento hay medidas de transporte y alternativas que puede tomar la ciudadanía”, precisó Urrutia.
Aún así, la secretaría dijo que en estos momentos lo mas importante es que no se nos dispare la mala calidad del aire, aunque desafortunadamente el régimen de vientos y los incendios que hay alrededor de la ciudad, han continuado trayendo material particulado a la Capital del país.