Condenan a paramilitares por 465 crímenes | El Nuevo Siglo
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Viernes, 12 de Junio de 2020
Redacción Nacional

Por su responsabilidad en 465 crímenes que dejaron 3.385 víctimas, el Tribunal Superior de Bogotá condenó al jefe paramilitar Juan Francisco Prada, alias ‘Juancho Prada’.

Prada fue jefe de las Autodefensas Campesinas del Sur del Cesar, que durante la desmovilización se llamaron Frente Héctor Julio Peinado, como un brazo del Bloque Norte, de Rodrigo Tovar, alias ‘Jorge 40’.

En el fallo también fueron condenados otros 29 paramilitares a la máxima sentencia de ocho años de prisión que contempla la Ley de Justicia y Paz.

El grupo de irregulares fue hallado culpable de 465 hechos criminales como desaparición forzada, homicidios, desplazamiento forzado, reclutamiento ilícito de menores, violencia basada en género, entre otros, registrados entre 1992 y 2006 en municipios del sur de Cesar, como San Alberto, San Martín, Aguachica, Gamarra y Río de Oro, así como Ocaña, Ábrego y La Playa de Belén, en Norte de Santander.

Entre los delitos esclarecidos por la Fiscalía está la masacre de cuatro personas en Puerto Patiño, que fue cometida los días 29 y 30 de junio de 1994, en ese corregimiento de Aguachica y en El Marqués, ubicado en Río de Oro, ambos del Cesar.

Entre las muchas incursiones del grupo armado en Puerto Patiño también se documentó una segunda masacre ocurrida el 14 de enero de 1995. Esta vez, el grupo paramilitar asesinó a siete personas, una más fue víctima de tortura y desplazamiento, y otra de desaparición forzada.

Al grupo paramilitar se le adjudican en Justicia y Paz 5.370 crímenes, de los cuales 4.479 son asesinatos, 565 desapariciones y 434 desplazamientos.

A Prada no le gusta dar entrevistas. Por medio de su abogado ha dicho que solo estudió hasta segundo de primaria, que no sabe responder a las preguntas que le han hecho durante el juicio, y que menos sabe de estrategia militar porque no prestó servicio.

Sin embargo, abrió rutas y prestó hombres para que los hermanos Carlos y Vicente Castaño expandieran en los años 90 las Autodefensas de Córdoba y Urabá hacia la Costa Caribe, Norte de Santander, así como el Magdalena Medio con los Bloques Norte, Catatumbo y Central Bolívar.