Los hurtos violentos se están viendo en la capital cada vez con mayor frecuencia, dejando víctimas de toda clase. Ni siquiera las mascotas se salvan de la criminalidad, tal como ha quedado registrado en videos de cámaras de seguridad.
Uno de los hechos, que se hizo muy conocido en los últimos días, fue el atraco violento del que fue víctima el concejal Julián Triana, del Partido Verde, quien luego de lo sucedido hizo un análisis respecto al pie de fuerza que opera en Bogotá, pues sostiene que una parte considerable de uniformados se dedica a labores administrativas, en lugar de estar en las calles atendiendo la demanda de la población en materia de seguridad.
Triana, precisamente, habló con EL NUEVO SIGLO sobre el asunto y dijo que “el Plan Distrital de Desarrollo (PDD) llevó un incremento del 82 % para la Secretaría de Seguridad, con el fin de dotar a la ciudad de mejor inteligencia para poder combatir el crimen. Además, la Alcaldía les va a pagar el salario 1.500 policías nuevos para que vengan a Bogotá. En este momento, el déficit puede estar en 10.000, según se calcula”.
Pie de fuerza es insuficiente
“Es un hecho que Bogotá tiene menos policías de los que debería tener, y de los que tiene hoy, muchos están enfocados en actuaciones que no son determinantes de inseguridad. En Bogotá hay 90.000 comparendos que la Policía les ha puesto a personas que realizan dos acciones (hacen sus necesidades en el espacio público y consumen sustancias psicoactivas en el mismo), y yo creo que cuando hay algo tan grave como lo que me pasó a mí, como lo que le pasa a tanta gente; cuando hay tantos hurtos, no debería estar toda la policía persiguiendo a los que hacen chichí en la calle”.
Triana señaló a este periódico que desde el cabildo impulsó la iniciativa ‘Inspecciones al territorio’, que consiste en que “los inspectores de Policía puedan ir y tomar decisiones en el territorio, es decir, que no tengan que esperar procesos que se tardan varios meses y si, por ejemplo, un establecimiento debe clausurarse, se haga de una vez. Yo creo que eso va a ayudar a que la Policía tenga que preocuparse menos por los problemas de los vecinos, por los problemas de los bares, y enfocarse más en lo que se tiene que enfocar, que son situaciones como la que estamos hablando”.
Además, el concejal Triana aseveró que en Bogotá la mitad de muertes violentas no las ponen los hurtos, sino los problemas de convivencia ciudadana; por ejemplo, en los establecimientos de noche (las personas en estado de embriaguez), los problemas familiares, los problemas con los vecinos, entre otros.
Al respecto, el concejal del Centro Democrático Julián Uscátegui, cuya bandera es la seguridad, coincidió con su homólogo: “Por supuesto que Bogotá necesita aumentar su pie de fuerza, se necesitan más policías en las calles. Actualmente la ciudad cuenta con 16.272 uniformados de la Policía Metropolitana de Bogotá, una cifra muy inferior a lo que exigen los estándares internacionales, que piden un policía por cada 300 habitantes”.
Es decir, que para una ciudad como Bogotá “se necesitan por lo menos 26.882 policías, esto significa que tenemos un déficit cercano a los 10.000 uniformados. Tener a estos uniformados o contar con este aumento en el pie de fuerza nos permitiría como ciudad disuadir, prevenir y reaccionar ante el delito, mucho más fácil y más eficazmente, de modo que el delincuente se abstenga de cometer el delito porque sabe que la autoridad está presente o que si el delincuente decide cometer ese delito pues sea capturado con mayor facilidad y sea puesto a disposición de la Fiscalía y de la rama jurisdiccional, para responder por sus delitos y, adicionalmente, tener más policías en el territorio nos permitiría recuperar poco a poco la percepción de seguridad, que la ciudadanía se sienta segura y tenga la tranquilidad de que, en caso de ser víctima de un delito, la autoridad va a reaccionar inmediatamente y van a garantizar de una u otra forma sus derechos”, expresó Uscátegui.
El concejal Juan David Quintero, del Nuevo Liberalismo, afirmó a este diario que esta situación “sin duda, representa un reto en materia de reacción. Sin embargo, hoy el mayor problema que tenemos para enfrentar la inseguridad es el alto nivel de impunidad, producto de un sistema judicial criminal que no funciona. En el PDD con el alcalde Galán logramos para ‘Bogotá Camina Segura’ incluir la construcción de tres centros integrales de justicia, porque así como necesitamos más policías, necesitamos más fiscales para que a los policías no se les vaya —literalmente— todo el turno judicializando”.
“Si en Bogotá no solamente garantizamos más policías, sino más fiscales, vamos realmente a mejorar los índices de seguridad en el mediano y largo plazo, por eso es muy importante que tanto la nación como el Distrito trabajen juntos en mejorar el sistema de Policía y el sistema judicial, sobre todo de pequeñas causas, como es el tema de hurtos, de manera especial en sitios de rumba, como fue el caso del concejal Triana”, manifestó Quintero.
Vigilancia
De otro lado, el director de la Policía Nacional, general William René Salamanca Ramírez, en diálogo con EL NUEVO SIGLO señaló que "la orden del señor Presidente de la República de destinar personal uniformado de las oficinas a actividades de vigilancia se viene cumpliendo a cabalidad".
El oficial precisó que "estos uniformados están ayudando a consolidar el Nuevo Modelo del Servicio de Policía, en especial en las grandes ciudades, en coordinación con alcaldes y gobernadores, tal como quedó ratificado en el Encuentro de Comandantes de la Policía Nacional".
Agregó Salamanca Ramírez que "su labor ha sido de gran importancia para el fortalecimiento de la ‘Operación Bogotá’, articulada con el Alcalde Mayor y que viene arrojando destacados resultados para fortalecer la Seguridad de los ciudadanos y enfrentar las diferentes modalidades criminales".
Al respecto, el experto en Seguridad y exsecretario de esta cartera en Bogotá, Hugo Acero, dijo a EL NUEVO SIGLO que “dada la dificultad para incrementar el número de efectivos de la Policía de manera rápida, profesional y efectiva, se puede plantear soluciones intermedias, como la que propuso la Comisión Consultiva para el Fortalecimiento de la Policía Nacional hace algunos años, de sacar el personal uniformado que hoy está en labores administrativas y distribuirlos en zonas donde se requiera reforzar la seguridad ciudadana".
“Según la Comisión, este personal representa el 15,5% del total de la institución a nivel nacional, es decir 25.500 policías que irían a cumplir las funciones para las que fueron formados, para prestar seguridad a los ciudadanos en las calles. En el caso de Bogotá serían 2.600 policías que hoy están en labores administrativas”, añadió Acero.
“Esto supone un costo adicional para contratar el personal administrativo requerido, personal que se puede encontrar en el mercado, a un costo razonable y que contribuiría a la profesionalización de las funciones administrativas dentro de la institución. En este caso, la administración distrital podría asumir ese costo para aumentar el número de policías en las calles”, concluyó el experto.