Este año, la primera reunión del Comité Nacional de Paro está convocada para el viernes 10 de enero.
Desde ya se sabe que, conforme se definió en diciembre durante el Encuentro Nacional Sindical, Social, Étnico y Popular, del 15 al 29 de enero se realizarán asambleas populares locales, municipales, departamentales, regionales y sectoriales preparatorias del encuentro nacional que se realizará el 30 y 31 con los Comités de Paro constituidos en el país y con todas las organizaciones sindicales, sociales, populares, estudiantiles, juveniles, de mujeres, transportadores, pueblos indígenas, pueblo negro y comunidades campesinas que están movilizados. Igualmente, se prepara un encuentro nacional de mujeres en el primer semestre de 2020.
En el comunicado del encuentro de diciembre, las organizaciones expresaron que “hemos confluido diversidad de actores sociales para ampliar y fortalecer la agenda de lucha popular y democrática por la paz, la vida, la construcción de unidad y una ruta de movilización para lograr avances en una sociedad digna y justa. Nos reunimos delegados y delegadas de organizaciones sociales, populares, el movimiento juvenil y estudiantil, pueblos indígenas, comunidades negras, comunidades campesinas, el movimiento de mujeres, comunales, educadores, trabajadores y organizaciones sindicales, sector cooperativo, transportador, de población con capacidades diversas, movimiento de pensionados, minga sur occidente, recicladores populares de oficio, artistas y trabajadores de la cultura, los movimientos ambientales, de solidaridad anti imperialista, las veedurías ciudadanas, la bancada alternativa por la paz, comités locales y regionales de paro entre otros procesos, organizaciones y ciudadanías de la geografía colombiana”.
Para los organizadores del encuentro, “el paro nacional del 21 de noviembre que convocó el Comité Nacional de Paro en el Encuentro Nacional de Emergencia de las Organizaciones Sociales y Sindicales del 4 de octubre, sellado con un espectacular cacerolazo en las horas de la noche, se convirtió en el mayor estallido social en la historia reciente de Colombia, que corroboró la justeza y la participación masiva de millones de colombianos contra el paquetazo de Duque, el FMI, la OCDE y el Banco Mundial, y en favor de la vida y la paz”, temas que, dijeron, “explican la indignación y el rechazo por parte de la población en general, unificando a millones de personas de todos los sectores sociales, económicos y políticos, exigiendo un cambio en el desastroso rumbo económico y social que sufre la nación, y al lado de ello, la exigencia del cese de la violencia, los asesinatos de líderes y lideresas sociales y ex guerrilleros en proceso de reincorporación, la intimidación y la persecución contra todo aquel que ose manifestarse en contra del gobierno, así como también, reclamando la implementación del Acuerdo de Paz de La Habana, el respeto a los protocolos firmados por el Gobierno nacional y el Eln, y la continuación de los diálogos con los sectores guerrilleros, indispensables para lograr la convivencia nacional y puestos en entredicho por la equivocada decisión de hacer trizas los procesos de paz”.
En comunicado expuso más adelante que “ampliamos y fortalecimos el Comité Nacional de Paro como el espacio de interlocución ante el gobierno de Duque, que interpreta las reclamaciones del pueblo colombiano expresadas en la agenda que recoge las líneas temáticas de los principales problemas que el gobierno debe resolver favorablemente a Colombia y a sus gentes, (laborales, tributarias, ambientales en defensa de la vida, los ecosistemas estratégicos y los territorios, agrarias, étnicas, los acuerdos y procesos de paz, los acuerdos incumplidos con el movimiento social, privatizaciones, corrupción, salud, mujeres, garantías y Derechos Humanos, así como el respeto a la protesta social), todo mediante una negociación directa con el Comité Nacional de Paro. Hasta hoy, el Gobierno no ha asumido una actitud consecuente con las dimensiones de las protestas ni con el contenido del pliego, por el contrario, busca dilatar y diseminar nuestras exigencias pretendiendo que sean parte de la llamada conversación nacional que solo busca nuevas formas de engaño, división y desatención, que no estamos dispuestos a permitir”.
En el encuentro de diciembre, señalaron sus promotores, “hemos fortalecido la unidad de las organizaciones, sectores y ciudadanías que se han articulado en el proceso del paro nacional, avanzamos en la ampliación y el fortalecimiento del Comité Nacional de Paro, de los comités departamentales y locales y en la construcción de consensos alrededor de los ejes de la agenda, ampliado las acciones de movilización. Se acordó que la agenda va a incluir las diferentes identidades sociales y étnicas, así como los enfoques de derechos humanos, de las mujeres, género, étnico, territorial y de capacidades diversas”.