Colombia tiene debilidades para afrontar terremoto | El Nuevo Siglo
LAS ENTIDADES que componen el Sistema Distrital de Emergencias invitan a conservar la calma y no dejarse llevar por informaciones en redes sociales que no son oficiales.
ENS
Viernes, 18 de Agosto de 2023
Redacción Bogotá

COLOMBIA es un país sísmicamente muy activo, en el que la interacción entre las placas tectónicas de Nazca, Cocos, Sudamérica, y Caribe hace que se generen sismos en la mayor parte del territorio nacional. En promedio, en el país hay 2.500 sismos al mes, pero la mayoría no son relevantes. Muchos de ellos ni siquiera son perceptibles para las personas, solo los detectan los sismógrafos.

No obstante, aquellos sismos que sí son perceptibles han suscitado cuestionamientos en torno a qué tan preparado está el país para afrontar un sismo de mayor escala y, por ende, qué tanto están cumpliendo las personas con los protocolos de evacuación en estos casos.

Ante tales interrogantes, EL NUEVO SIGLO habló con el Director del Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y con expertos de la Pontificia Universidad Javeriana sobre el panorama.

Daniel Ruiz, profesor asociado de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Javeriana y miembro de la Junta Directiva de la Asociación Colombiana de Ingeniería Sísmica sostuvo que como sociedad tenemos un reto para poder abordar el refuerzo de las edificaciones que no cumplen con las normativas sismo resistentes.

“Son aquellas que establecen cuáles son las características que debe tener un edificio para que sea capaz de soportar sismos de una gran magnitud. En el caso colombiano, la primera normativa surgió en el año 1984 de la mano del doctor Alberto Sarria Molina y ha tenido dos actualizaciones: la primera fue la Normativa Sismorresistente (NSR) 10 del año 2010 y anteriormente la norma NSR 98, del año 1998. Cuando una edificación cumple las características establecidas en la norma, podemos dar fe de que va a tener un comportamiento sísmico adecuado que lo que busca es salvaguardar la vida de las personas”, explicó.

En este sentido, señaló que existen muchas edificaciones e infraestructuras que fueron diseñados antes de que existieran los códigos de diseño y construcción sismorresistente en los años 60, 70 y para atrás; que probablemente vayan a tener problemas durante eventos sísmicos si es que esta carga de terremoto no se consideró cuando se diseñó la edificación y cuando se construyó.

“De tal manera que tenemos todo un reto para poder abordar el refuerzo de este tipo de edificaciones, ahora bien, hay un problema mucho más complejo y es el tema de la autoconstrucción. Hay una gran cantidad de edificaciones de viviendas, sobre todo en las ciudades, que son hechas con la modalidad de autoconstrucción, es decir, por los mismos usuarios”, sostuvo.

Este tipo de edificaciones generan un riesgo mayor dado que no existen consideraciones técnicas de un ingeniero y, por ende, no cumplen la NSR. “Uno encuentra a veces en barrios de Bogotá casas de uno, dos o tres pisos que a la luz de la norma sismorresistente no deberían existir. Entonces es un reto muy importante de abordar, cómo se va a hacer el refuerzo de ese tipo de edificaciones”, concluyó.

Asimismo, Yezid Alvarado Vargas, ingeniero Civil y Director de Laboratorios de la Facultad de Ingeniería de la Pontificia Universidad Javeriana señaló que, pese a que Colombia es un país de alta sismicidad, los sismos de grandes magnitudes tienen probabilidades de ocurrencia relativamente bajas.

“La estadística nos indica que en 400 años han ocurrido casi 10 sismos con una magnitud superior a seis y que podría llegar a tener un período de retorno superior a 40 años. Esto se traduce en que este sismo que sentimos recientemente aquí en Bogotá, probablemente ha sido uno de los más fuertes que hemos sentido en toda nuestra vida y probablemente algunos de nosotros no seremos capaces de ver otro sismo de una magnitud similar”, explicó.

Sostuvo, además, que a su juicio no estamos completamente preparados para un sismo de mayor magnitud. “A pesar de que los simulacros nos enfrenten a este tipo de situaciones de estrés y en donde estamos temiendo por nuestras vidas, pues eso ningún simulacro lo va a poder indicar. Con esto no digo que no se deban hacer. Evidentemente la ingeniería, en particular la ingeniería civil, es la responsable de que los diseños de estos edificios permitan la salida segura de las personas cuando ocurre uno de estos eventos”, indicó.

Bajo esa premisa, resaltó que es muy importante, que los ingenieros tomen conciencia frente al diseño de estructuras y el cumplimiento de las normativas.



¿Las personas están cumpliendo con los protocolos?

El director señaló que no es tan claro si las personas están cumpliendo estos protocolos de evacuación. “Hemos escuchado que en muchos edificios se hicieron evacuaciones ordenadas y en otros no fue ordenado. Hemos podido ver imágenes de edificios en donde las escaleras están colapsadas. Yo creo que nos falta más entrenamiento sin duda y debemos generar conciencia de que este tipo de eventos pueden ocurrir y de alguna forma abogar, porque nosotros como personas intentemos, al máximo posible y con la dificultad que representa estar sintiendo este tipo de fenómenos, mantener la calma y la tranquilidad. Esto lo resolvemos con educación, entendiendo que son fenómenos naturales que se pueden presentar y que la tranquilidad nos va a ayudar a reducir el riesgo”, explicó.

Así mismo, Guillermo Escobar Castro, director del IDIGER, hizo un llamado a la ciudadanía y presentó una serie de recomendaciones para afrontar estos casos.

“No hagamos evacuaciones por los ascensores en caso de sismos hagámoslo siempre por las escaleras tengamos nuestro plan familiar y nuestro plan escolar e institucional actualizado y sepamos cómo actuar efectivamente en las zonas o en los puntos de encuentro para que no tengamos ninguna afectación producto de estos eventos naturales”, explicó.

El jueves 17 de agosto a las 12:04, hora local, se presentó un sismo de magnitud 6.1 y profundidad superficial (menor a 30 kilómetros) en El Calvario, Meta. El evento se sintió principalmente en los departamentos de Cundinamarca, Meta, Caquetá, Risaralda, Caldas, Cauca, Nariño y Santander. Desde el Servicio Geológico Colombiano (SGC) confirmaron que, desde la ocurrencia del sismo principal y hasta las 14:00 del mismo día, se registraron más de 20 réplicas (todas localizadas en el Meta) con magnitudes que van desde 2.0 hasta 5.6, y con profundidades superficiales.

Las réplicas son movimientos sísmicos que, luego de un sismo principal, ocurren en la misma región que este. Las réplicas pueden durar días, semanas o incluso meses, pues, cuando ocurre un sismo de gran magnitud y poca profundidad (menor a 30 km), se sigue liberando energía hasta que las zonas aledañas al área de ruptura del sismo principal se equilibren nuevamente.

“No podemos predecir los sismos principales, y lo mismo pasa con las réplicas. No sabemos el momento en que van a ocurrir ni la magnitud ni el intervalo. Lo que sí es seguro es que esas réplicas van a estar reproduciéndose por mucho tiempo, pero la mayoría de ellas no van a ser percibidas por las personas”, explicó John Makario Londoño, director técnico de Geoamenazas del SGC.

Por su parte, Julio Fierro Morales, director del Servicio Geológico Colombiano, expresó que “instamos a que haya calma en la población, a que las evacuaciones se hagan de la manera más organizada posible”.

Es importante aclarar que no es cierto que ahora haya mayor ocurrencia de sismos que antes; simplemente, somos más conscientes de su ocurrencia, debido a que, actualmente, existen más recursos y herramientas para detectarlos y difundirlos. Por otra parte, el incremento poblacional en regiones sísmicamente activas que antes no estaban pobladas, hace que ahora tengamos reportes de sismos con los que antes no contábamos.