La Universidad del Rosario en conjunto con Insight Crime realizó un foro sobre la perspectiva del crimen organizado en América Latina.
Este Diario habló con Jeremy McDermontt, cofundador y codirector de Insight Crime, sobre las acciones del actual gobierno en esa materia y la perspectiva para el próximo año.
Según el analista internacional la erradicación no acabará con el problema y en cambio lo va a dispersar. Así mismo, indicó que Colombia está cometiendo los mismos errores del pasado.
EL NUEVO SIGLO: ¿Cuál es el rumbo de Colombia en este momento en materia de lucha contra la droga?
JEREMY MCDERMONTT: Los esfuerzos del Estado están concentrados netamente en la erradicación, mientras los ataques contra el proceso de paz han alimentado las disidencias de las Farc, nosotros sabemos que lo que llamamos ‘ExFarc Mafia’ tienen un pie en Venezuela, como el Eln. No hay colaboración con Venezuela entonces no hay manera de derrotar y, para mí, tampoco hay manera de conminar estos grupos mientras estén operando en ambos lados de la frontera. Desafortunadamente para un gobierno que fue elegido en una plataforma de seguridad no hemos visto avances ni innovación en materia de lucha contra este flagelo, en parte porque hay pocos recursos y en parte por la presión de los Estados Unidos. Los pocos recursos están en la erradicación y tenemos que recordar que esta no funciona sola.
ENS: ¿Por qué usted dice que la erradicación como elemento apartado no ha funcionado?
JM: No ha funcionado antes y estamos viendo que no funciona ahora. Si ellos comienzan con la fumigación aérea, que es posible que inicie en este 2020, muchas personas piensan que esa es la bala de plata que acabará con el problema y eso no es verdad. Lo que va a pasar es que a más erradicación implica más fragmentación y atomización de la coca como pasó hasta 2012. En este momento la siembra de coca está concentrada en Putumayo, Nariño y Norte de Santander, cuando vuelva la aspersión vamos a ver que el fenómeno se va a trasladar a Caquetá, Vichada, Antioquia, Córdoba, Bolívar y Chocó. Estamos repitiendo los mismos errores del pasado sin aprender.
“Golpear arriba”
ENS: ¿En este fenómeno se están atacando los eslabones más débiles del narcotráfico?
JM: Sí, definitivamente. Estamos atacando a los pequeños eslabones no a los jefes, a quienes se encargan de corromper, es muy fácil reemplazar sicarios, guerrilleros, etcétera. Pero, golpear arriba genera un impacto grande. Para mí lo que hay que hacer es cambiar la distribución de los recursos, no 80% erradicación y 1% a los capos y el dinero. Hay que hacerlo al revés, hay que tomar la iniciativa.
ENS: Es decir, ¿que a su juicio la situación para el próximo año no va a cambiar?
JM: Yo no soy muy optimista bajo este gobierno que las cosas van a mejorar, yo creo que la situación no va a empeorar de manera dramática, pero va a continuar un ascenso que estamos viendo ya sus consecuencias, los desplazamientos están creciendo, los homicidios de la misma manera. Yo creo que no va a pasar nada dramático, pero no estamos en un camino correcto.
ENS: En su momento se dijo que este era un gobierno de la seguridad, que se había quebrado el índice de producción de hoja de coca en Colombia, ¿esas cifras apuntan en la dirección correcta?
JM: No, hoy Colombia está produciendo más cocaína que nunca. En materia de producción de hoja de coca es cierto que se quebró la tendencia de hectáreas sembradas, pero no podemos caer en la trampa de solo contar hectáreas de coca porque el rendimiento de cocaína por hectárea de coca ha cambiado de manera radical. En Colombia casi se ha duplicado en los últimos 20 años, no es solo cuántas hectáreas de coca hay, la situación también debe ser entendida frente a cuántos kilos de cocaína se pueden producir con las hectáreas que hay. Hemos visto que si la producción baja aquí en Colombia, como sucedió en 2012, Perú, Bolivia y otros países la aumentan.
ENS: ¿Qué pasa con la expansión de los mercados?
JM: Cuando la producción en Colombia aumentó pudimos ver que el precio no colapsó, la pureza mejoró un poco pero tampoco porque los narcotraficantes colombianos explotaron nuevos mercados, China, Australia, parte de Europa. Lo que hemos visto es que han logrado aumentar producción sin perder precio.
Los mexicanos
ENS: Se ha dicho que hay carteles de otros países en Colombia y que Colombia ha ‘exportado’ narcotraficantes a otros países, ¿cómo funciona ese fenómeno?
JM: Hay un mito en este momento de la mexicanización del narcotráfico en Colombia y todos creen que los mexicanos están invadiendo para asumir control del mercado interno, eso no es verdad. Los mexicanos están aquí porque sus socios antiguos que podían garantizar hasta 10 toneladas mensuales ya no existen, entonces ellos están viniendo al país para garantizar que el flujo de cocaína continúa, ellos llegan aquí y como no hay una organización que puede garantizar toda esa producción entonces tienen que negociar con 10 organizaciones, cada uno con un proceso diferente. Como no hay confianza en el proceso el mexicano tiene que estar en el laboratorio chequeando pureza, tiene que acompañar el transporte hasta la costa, otro en el Go Fast o en el semisumergible. Es verdad que hay más mexicanos en Colombia, pero eso es solo para garantizar el flujo de cocaína a México.
ENS: Entonces, ¿no es verdad que los carteles como el de Sinaloa están aquí?
JM: Como organizaciones no. Sus emisarios están aquí comprando porque sus antiguos socios que podían garantizar los cargamentos grandes ya no están.
ENS: ¿Se necesitan más alianzas internacionales para combatir el fenómeno del narcotráfico?
JM: Hay que tomar la iniciativa para combatir el crimen organizado transnacional, porque el Estado ha estado siempre dos o tres pasos atrás siguiendo la misma estrategia de erradicación y capturando los jefes de las organizaciones. Hay que continuar con eso, pero también hay que intentar poner recursos en otros sitios, el gran éxito del crimen organizado es que hay personas de todas las nacionalidades en todos los países que hacen parte de la cadena de tráfico, ellos trabajan de manera internacional con una efectividad mil veces mejor que los gobiernos que están colaborando mucho menos que antes en este fenómeno. Eso tiene mucho que ver con Trump que no tenía una estrategia integral por parte de los Estados Unidos y que ha atacado a los presidentes de sus mejores aliados México y Colombia. Tampoco hay una estrategia integral para pelear de una manera conjunta contra el crimen organizado que está más transnacional que nunca frente a un Estado que está cada vez más nacionalista.