IMPEDIR la llegada del Covid-19 era una misión imposible, más no así enfrentarlo con eficacia. Y eso es lo que precisamente ha hecho Colombia con una fuerte política de salud pública que abarca desde la cuarentena preventiva obligatoria hasta el equipamiento médico necesario para una rápida y segura acción médica.
Con el espejo retrovisor ubicado sobre Europa, que a mitad de marzo enfrentaba el pico de la pandemia (ahora en acelerado desconfinamiento) y previo a un detenido análisis con expertos epidemiológicos nacionales e internacionales -entre ellos los del Instituto John Hopkins, referente global en esta emergencia sanitaria- el gobierno colombiano hizo en ese momento una proyección sobre el impacto que tendría el coronavirus tendría en el país.
La altísima movilidad (doméstica y extranjera), multiplicidad de eventos empresariales, sociales y de entretenimiento, entre otros, así como el constante flujo de turistas, producto no solo de la globalización sino del posicionamiento colombiano en diferentes campos, hacían prever un grave impacto del Covid-19 en contagios y decesos. Sin embargo, gracias a las medidas de prevención y acción, de los 3.989.853 de afectaciones proyectadas hace dos meses, con corte al pasado viernes se registran 26.688, es decir el 0.6% de dicha proyección.
De la actual estadística, los casos leves o moderados son el 90% (24.201) mientras que los tipificados como severos y críticos, es decir los que se encuentran en hospitalización y Unidades de Cuidado Intensivo, UCI, son menos del 6%,(1.588), doce puntos porcentuales por debajo de los que en marzo se presumía iban a registrarse.
De esta forma, la proyectada curva epidemiológica se acható y su crecimiento se ralentizó. El principal vector (son nueve) para realizarla es el Índice Ro, que en Colombia también se llama Número de reproducción efectivo, (Rt), que establece la capacidad que tiene una persona infectada de propagar el virus antes de curarse. En Colombia, el pasado 17 de marzo esa métrica estaba en 2,46 y, a la fecha, se ha logrado reducir a 1,33.
Las otras variables consideradas para tener un escenario epidemiológico más exacto y así focalizar la lucha contra el virus son la morbilidad (evolución de casos diarios y su tendencia), letalidad (porcentaje de fallecidos), días de duplicación (días que tardan los casos en ser el doble), positividad (porcentaje de muestras positivas respecto al total de las procesadas), hospitalización (pacientes recibiendo tratamiento en piso como en UCI), movilidad (porcentaje de capacidad utilizada en los sistemas de transporte masivo) y aunque parezca poco creíble, las llamadas transacciones físicas, que es el indicador que muestra cuántas personas realizan operaciones presenciales en el sistema financiero en cajeros automáticos y oficinas así como en establecimientos comerciales.
Analizar todas estas variables en conjunto es lo que permite al Ministerio de Salud tomar el pulso del Covid-19 en el país y hacer los ajustes matemáticos a las proyecciones para determinar las políticas sanitarias y sociales a intensificar, mantener o flexibilizar.
Fue por ello que precisamente a mediados de este mes, el ministro del ramo, Fernando Ruiz, destacó que “el efecto de la cuarentena preventiva había sido muy notorio” y que ello se evidenciaba en los días de duplicación “ya que en la tercera semana (del aislamiento preventivo) este indicativo ocurría cada tres días y en la novena cada 22. En Bogotá pasó de duplicarse cada 5 días al inicio de la cuarentena a cada 20".
Y no cabe duda que esos indicativos hubieran sido muchísimo mejor si se hubiera tenido la disciplina social requerida, cumpliendo con las medidas de higiene, los protocolos de bioseguridad recomendados, el debido aislamiento y teniendo conciencia sobre la gravedad del virus.
A la par de la implementación de las medidas de autocuidado y control, el gobierno se movilizó rápidamente en tres frentes claves para plantar cara al coronavirus: la adquisición de pruebas (tanto de las llamadas rápidas como las PCR), la adecuación hospitalaria para casos severos, lo que implicaba tener camas UCI y la importación de los respiradores o ventiladores, que son imprescindibles para quienes terminan en los cuidados intensivos.
Simultáneamente, en el campo de la ciencia y el desarrollo, impulsó los proyectos para crear ventiladores mecánicos que desarrollaban varias universidades y vinculó a Colombia a la red de investigadores que bajo la tutoría de la OMS realiza estudios para desarrollar una vacuna contra el coronavirus.
Actualmente, en medio de esa batalla epidemiológica -de la que no se ha librado ni ha logrado ganar ningún país- Colombia muestra unos resultados que son, de lejos, mejores que los de otras naciones del continente e inclusive del mundo. Y ello se evidencia en el comparativo de contagios y los decesos por millón de habitantes. Con corte al viernes (29 de mayo), en el primero de éstos, a nivel latinoamericano, Colombia tiene 499, muy por debajo de Brasil (2.066), Panamá (2.816) y Perú (4.306), aunque por encima de Argentina (326) y Uruguay (235).
En cuanto a fallecidos por millón de habitantes Colombia está en el tercer lugar, así: Uruguay (6), Argentina (11), Colombia (16), Bolivia (23), Chile (43), Panamá (72), Perú (114), Brasil (126) y Ecuador (181).
A ello pueden agregarse otros dos indicativos muy representativos: el de pruebas PCR realizadas, con un promedio diario de 6.868, muy por encima de Brasil, Perú, Argentina, Bolivia y Paraguay; y el de positividad en las mismas, (marca el ritmo de contagios) que ha mantenido entre 9 y 10, mientras que en Brasil está en 50, Panamá, 33, Chile, 17, Perú, 15 y Argentina 10.
Pero no sólo es en el campo de la salud pública donde ha destacado nuestro país. Las ayudas sociales y los alivios fiscales decretados por el Gobierno fueron reconocidas por la calificadora de riesgo Fitch que consideró que tales “acciones son favorables, dada la incertidumbre frente a la duración de la crisis sanitaria y respecto a la velocidad de la reactivación económica nacional”.
Y si bien todas la pandemia impactó el crecimiento en el primer trimestre de todas las economías globales, Colombia logró un 1.1%, uno de los mejores índices de la región.
Esta radiografía matemática muestra cómo el país le ha seguido el pulso -casi que en tiempo real- al coronavirus para enfrentarlo con diferentes ‘armas’ (sanitarias, económicas y ciudadanas), en una batalla que solo tendrá fin el día en que la ciencia encuentre un fármaco y/o una inmunización. En el entretanto hay que ser conscientes de que la vacuna somos todos, máxime ahora que nos alistamos para un desconfinamiento inteligente cuando no se ha registrado el llamado pico de la pandemia.