El presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, anunció este lunes el inicio de una nueva estrategia para blindar al país contra un incremento del narcotráfico, la cual tendrá el apoyo de Colombia y, posteriormente, Costa Rica.

"Hoy (lunes) inician dos operaciones sin precedentes en la historia del país", dijo Varela durante un discurso en la base del Servicio Nacional Aeronaval.

Detalló que la "Operación Escudo" está enfocada en bloquear las rutas del narcotráfico con aviones, helicópteros, barcos y lanchas rápidas, y en un mayor control policial en áreas costeras del país, vulnerables al tráfico de drogas. 

La operación contará con el apoyo de fuentes de inteligencia y se desarrollará "en estrecha colaboración con nuestra contraparte de Colombia en ambos lados de nuestra frontera", agregó Varela.

El mandatario dijo además que Panamá trabaja con Costa Rica y Estados Unidos para ampliar esta estrategia y "formar un triángulo sur de cooperación de seguridad" entre Colombia, Costa Rica y Panamá. 

Por otro lado, la "operación Relámpago" se concentrará en 51 comunidades panameñas, donde instituciones públicas desarrollarán jornadas de trabajo y bienestar social para prevenir el ingreso de sus pobladores en grupos criminales. 

El objetivo de las dos operaciones es "combatir de manera frontal las amenazas externas del narcotráfico y el crimen organizado por aire, mar y tierra, para expulsarlas de nuestro territorio", sostuvo Varela. 

Panamá es la puerta de entrada a Centroamérica de la droga procedente de América del Sur, principalmente Colombia, con la que tiene frontera.

Esta droga tiene como destino final Estados Unidos, el principal mercado consumidor.

Se calcula que 80% de la cocaína que se consume en Estados Unidos pasa por América Central.

En 2017 las autoridades panameñas decomisaron la cifra récord de 85 toneladas de droga, en su mayoría cocaína, que pasa principalmente por el corredor del Pacífico.