Se debe empezar por la agenda de educación rural urbana
Buscando dar respuestas a estas necesidades y generar recomendaciones para la formulación de una política para la educación rural en Colombia, maestros, rectores, empresarios, organizaciones, ministerios y academia participaron en el Encuentro de Educaciones Rurales convocado por la Facultad de Educación de la Universidad de los Andes, en el marco del Summit on Peacebuilding, Enlazados por la paz, una iniciativa de siete instituciones de educación superior colombianas para reflexionar sobre este tema.
"Unidos tenemos el potencial para fortalecer la agenda de educación rural del país. Desde el Estado, no basta con enfocarnos en el Ministerio de Educación, necesitamos articular al Ministerio de Agricultura además de las agencias dedicadas a temas de tierras y postconflicto. Tenemos que proponer soluciones para conectar lo nacional con lo local y romper la verticalidad y el centralismo que frecuentemente definen las relaciones entre Bogotá y las regiones”, aseguró Eduardo Escallón Largacha, decano de la Facultad de Educación de la Universidad de los Andes.
Soluciones
Santiago Isaza, director de educación de la Fundación Luker, coincidió en la necesidad urgente de la descentralización de la educación. “No podemos seguir solucionando el problema de educación rural desde la capital, pues los contextos son realmente diferentes. Las alianzas con el sector productivo son claves”, dijo.
En esa misma línea Jayson Camilo Malagón, profesor de la IED El Carmen en Cundinamarca, señaló que "estamos dejando fuera prácticas educativas rurales valiosas porque se nos mide con los estándares urbanos".
Otra de las necesidades identificadas durante el encuentro fue el fortalecimiento de procesos de formación y acompañamiento para los docentes que usualmente se encuentran en regiones apartadas del país. Asimismo, los mismos profesores nombrados a través de concurso, reconocieron la necesidad de recibir formación en pedagogía para complementar su formación académica para poder ejercer su labor de manera más integral.
Los participantes coincidieron en que la gestión que conecta a las instituciones educativas con el resto del sistema no puede depender únicamente de la voluntad de los rectores, coordinadores y profesores.
“Necesitamos un sistema que promueva la generación de soluciones creativas a problemas de larga data y garantice apoyo, tanto humano como financiero, para que estas iniciativas crezcan y se propaguen”, señaló Diana Rodríguez Gómez, profesora de la Facultad de Educación de Los Andes.
Los diferentes actores del sector educativo participantes conocieron de cerca 17 experiencias educativas exitosas provenientes de diferentes rincones del país. Ocho de estas han sido galardonadas por diferentes organizaciones gracias a su calidad.
Las experiencias presentadas a través de mesas temáticas giraron en torno a primera infancia, lecto-escritura, identidad cultural, proyectos productivos, educación por la paz, escuela territorio de paz y comunidades de aprendizaje.
Para la profesora Diana Rodríguez Gómez, resulta limitado analizar y proyectar la educación en la ruralidad si se deja de lado la presencia de la violencia política en el país. “A partir de las experiencias que tuvimos en este encuentro aprendimos que, por un lado, debemos reconocer la presencia del conflicto armado en el campo, pero también aprendimos que si repensamos nuestra relación con los ejes del conflicto, como lo hace el proyecto de la profesora Dora Troyano en Lerma (Cauca) con la comercialización de productos basados en coca, por ejemplo, podemos encontrar nuevas fuentes de desarrollo humano para el país”, señaló.