Los bogotanos que residen en Kennedy y utilizan la bicicleta para sus desplazamientos son los más afectados con la contaminación. A esta conclusión llegó Sergio Leonardo Cortés, magíster en Fisioterapia del Deporte y la Actividad Física de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), quien realizó un estudio con 110 ciclistas que llevaban más de cinco meses desplazándose por esa localidad.
En la muestra recolectada existe una asociación estadística entre la función pulmonar con patrón no normal y la frecuencia de uso de la ciclorrutas, entre seis y siete días, y con un tiempo de desplazamiento ida y vuelta entre 30 y 90 minutos.
El investigador comenta que se seleccionó esta localidad porque, según el “Informe del estado de la calidad del aire en Colombia 2011-2015”, es la que tiene el aire más contaminado de la ciudad.
El 16,36% de la muestra presentó un patrón restrictivo, diferente al normal: 17 de ellos mostraron una disminución en la capacidad para acumular aire, que se da por posibles alteraciones en la caja torácica o por disminución del espacio alveolar útil. Sin embargo los flujos son normales porque no existe ninguna obstrucción a su salida.
De este porcentaje solo una persona presentó un patrón obstructivo a la salida del aire, lo que determina que el flujo espiratorio sea menor.
Análisis
El análisis del comportamiento del material particulado PM2.5 y PM10 permite establecer que la franja horaria en la que se desplazan los ciclistas del estudio es la de mayor contaminación, pues supera los límites establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las PM2.5 son partículas en suspensión con un diámetro aerodinámico de hasta 2,5 µm (unidades en micras, que equivale a 1 millonésima parte de un metro), denominadas partículas finas o fracción fina, mientras que las PM10 son partículas en suspensión con un diámetro aerodinámico de hasta 10 µm, es decir que comprenden las fracciones fina y gruesa.
En ese sentido, a partir de la investigación se puedo inferir que el 90% de la población del estudio que se desplaza en bicicleta entre las 5 y las 9 a. m. y entre las 3 y las 8 p. m., con un promedio de 69,7 µm/m3, lo hacen cuando el PM10 en el aire tiene las mayores concentraciones.
Impacto
También se demostró que los jueves son los días con mayor promedio de contaminación: 76,2 µg/m3 –unidades en microgramos, que equivale a la milmillonésima parte de un kilogramo (10-9 kg) o a la millonésima parte de un gramo (10-6 g)– en contraste con los domingos, cuando las PM10 son de 42,1 µg/m3, cifra que está por debajo del límite de 50 µg/m3 establecido por la OMS.
Este estudio se desarrolló a partir de encuestas realizadas a los participantes sin antecedentes de enfermedades respiratorias ni ocupaciones asociadas con inhalación de material contaminante u otro agente que comprometiera su salud respiratoria.
Para estudiar la función pulmonar se midieron volúmenes y capacidades pulmonares mediante espirometría forzada, que permite medir la cantidad de aire que pueden retener los pulmones y la velocidad de las inhalaciones y las exhalaciones durante la respiración.
También se describió el comportamiento del material particulado en los ambientes PM10 y PM2.5 a partir de la información emitida por las estaciones de monitoreo de calidad de aire de Carvajal y Kennedy.
El investigador recomienda promover iniciativas educativas en los ciclistas respecto al uso de elementos de protección para la salud respiratoria.
Asimismo señala que aunque la bicicleta es importante como estrategia para incentivar la actividad física y reducir la contaminación del aire, se sugiere valorar la ubicación de las Ciclorrutas, ya que estas se encuentran muy cerca de las principales vías, por las que circulan muchos vehículos.