La ciudad está a pocos días de que se cumpla un año desde que, a mediados de julio del 2021, el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC) y el Instituto Distrital de Turismo (IDT) firmaran un convenio para contratar los diseños definitivos del Parque Arqueológico y del Patrimonio Cultural de Bogotá, proyecto que comenzó a tomar forma en diciembre del 2020. ¿Cómo avanza el proceso para que la capital colombiana inaugure el que será el primer espacio de este tipo?

Para responderse a esta pregunta, EL NUEVO SIGLO habló con el director del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, Patrick Morales, quien explicó los dos avances que ha tenido el proyecto este año: la transferencia al sector cultural de los predios de la hacienda en la que se ubica y la radicación ante el Instituto Colombiano de Antropología e Historia del Plan de Manejo Arqueológico.

Predio transferido al sector cultura

En una primera medida, a mediados de este mes el proyecto que tiene el Distrito, de contar con un Parque Arqueológico y del Patrimonio Cultural en la localidad de Usme, tuvo un avance importante: mediante la Resolución 178 de 2021, los predios en los que se enmarcará este proyecto, en la denominada Hacienda El Carmen, fueron transferidos al Instituto Distrital de Patrimonio Cultural.

En esta tierra yace la historia ancestral de un lugar de culto que podría convertirse en el vestigio arqueológico más grande del pueblo muisca antes de la llegada de los españoles, con una elevada densidad de restos fósiles, entre los que se encuentran más de 2.500 tumbas con ajuares que pueden narrar 400 años de historia entre los años 1200 y 1600 después de Cristo.

Así, con el traspaso del predio del Área Arqueológica Protegida (AAP) del sector de Desarrollo Urbano a Cultura, se está abriendo paso a la eventual materialización del que será el primer Parque Arqueológico y del Patrimonio Cultural de Usme.

“Este proyecto ha tenido unos avances muy significativos y la noticia del traspaso del predio de la Empresa de Renovación Urbana al IDPC es muy importante porque eso significa que pasa al sector cultura, con una visión distinta de activación de patrimonios, de apropiación del patrimonio arqueológico y de los modos de vida campesinos, y ese sin duda es un logro muy importante que materializamos este año”, explicó a EL NUEVO SIGLO el director Morales.

Y es que la importancia de estas 30 hectáreas localizadas en la vereda La Requilina radica, entre otros factores, es el hallazgo arqueológico de un asentamiento humano cuyas evidencias se ubican entre el 700 d.C. y el 1600 d.C, y razón por la cual esta hacienda fue declarada como una AAP.

Esta declaratoria le concedió un estatus de escenario de cuidado y protección de ecosistemas representativos del bosque altoandino y del páramo, así como de prácticas, vínculos y procesos sociales que en la actualidad buscan la reivindicación del derecho a la ciudad de los habitantes del borde sur de Bogotá.

La radicación de su plan de manejo

Por otra parte, el segundo avance que se ha materializado este año con relación al parque arqueológico fue el de la radicación ante el Instituto Colombiano de Antropología e Historia del Plan de Manejo Arqueológico. “Esto significa la actualización del PMA del predio de la Hacienda El Carmen, que fue radicado la semana pasada y que será aprobado en los próximos días por este instituto”, agregó a este medio de comunicación el director del IDPC.

Y añadió “que más allá de la actualización del PMA, en estos momentos estamos por iniciar el proceso de licitación del estudio de riesgos de remoción en masa, que es una de las condiciones que tenemos en relación con los temas de urbanismo. En esa medida también hay avances en lo que tiene que ver con los requisitos previos para iniciar las fases de estudios y diseños”.

Comentó Morales que pensar en la construcción de un lugar de y para la gente en este sitio implica la puesta en marcha de varios procesos comunitarios de activación y apropiación del territorio, así como de esfuerzos interinstitucionales para llevar a cabo las gestiones que, desde diversas instancias y sectores sociales, se requieren para garantizar el cuidado y la apropiación de los patrimonios arqueológicos, ambientales y culturales que allí convergen. 

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“Hemos avanzado en temas comunitarios y de participación, y los recursos del Fondo de Desarrollo Local de la Localidad de Usme (FDLU) implicarán un proceso de activación, una arqueología participativa con las comunidades que están alrededor del predio, pero también un proceso de museografía que permita desarrollar recorridos en el predio”, agregó el director Morales.  

De hecho, este año actores comunitarios e institucionales están adelantando la estrategia de armonización cultural, la Mesa Gestora Comunitaria, los recorridos de interpretación y valoración patrimonial, los procesos de arqueología comunitaria y de formación en patrimonio, las acciones de comunicación participativa, los encuentros de saberes y rituales de mortuoria, el Festival de las Artes Valientes, las investigaciones y acciones de divulgación desarrolladas por el proyecto “7 Entornos Patrimoniales” y el Festival Patrimonios en Ruana.

A este respecto cabe resaltar que este Festival ha sido una estrategia de divulgación del proyecto que ha contado con la participación de distintos actores institucionales y comunitarios y ha posibilitado espacios como los mercados campesinos y las muestras gastronómicas, que buscan vincular a la ruralidad con la localidad de Usme. Este año, el Festival se llevará a cabo el 19 de noviembre. 

Por último a este respecto, vale mencionar que este sitio ha sido escenario de rituales y círculos de la palabra, entre otros procesos que han puesto la atención en su dimensión simbólica y espiritual. Y en cuanto a los recorridos, estos se han consolidado como una importante herramienta pedagógica, divulgativa y de apropiación del territorio por parte de la comunidad.

Otras acciones en marcha

Además de los avances mencionados, actualmente se están adelantando en el sitio diversos procesos de planeación y gestión interinstitucional entre el IDPC y otras entidades del orden distrital, con miras a la construcción del Parque. En primer lugar, se encuentra la coordinación con la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte (SCRD) para la elaboración de unos primeros diseños arquitectónicos, asociados a equipamientos, tendientes a fortalecer los vínculos que las comunidades locales han ido consolidando con el Área Arqueológica Protegida.

Asimismo, junto con el Instituto Distrital de Turismo (IDT) se adelantan acciones para consolidar el Parque como un nodo turístico, visión a la que se han sumado distintas iniciativas públicas, privadas y comunitarias. 

Por último, se ha buscado involucrar organizaciones que trabajan alrededor de temas patrimoniales, culturales, educativos y medioambientales, tanto del ámbito urbano como rural de la localidad, en la comprensión del Parque Arqueológico y del Patrimonio Cultural como apuesta para el ordenamiento territorial y la protección de la ruralidad, así como la valoración de las tradiciones y los saberes locales.