Han sido asesinadas 4.911 personas en los municipios de frontera con Venezuela entre 2012 y 2019, según un informe divulgado ayer por la Fundación Ideas para la Paz (Pares).
De 2017 a 2019, esos homicidios incluyen a 378 migrantes venezolanos.
El informe dio a conocer que, además, 71 niños, niñas y adolescentes han sido vinculados a algún grupo armado ilegal, 71.561 personas han sido expulsadas forzosamente y 203 han sido secuestradas.
“La actual dinámica de seguridad en la frontera presenta un recrudecimiento de la violencia y el incremento de los escenarios de riesgo tanto para la población migrante como para la población colombiana que reside o transita en esta zona del país”, sostuvo Pares.
La frontera con una extensión de 2.219 kilómetros, siendo la de mayor longitud que tiene Colombia con Venezuela, está conformada por 35 municipios de los departamentos de Norte de Santander, La Guajira, Cesar, Boyacá, Arauca, Vichada y Guainía, los cuales limitan con los estados de Zulia, Táchira, Apure y Amazonas.
“Este territorio fronterizo se caracteriza por la concentración de distintos actores armados ilegales, así como por una variedad de mercados criminales que dan lugar a una serie de violencias y disputas que tienen graves repercusiones sobre la población civil localizada allí”, aseguró la ONG.
Según el informe, actualmente en la frontera operan 28 estructuras armadas Ilegales, entre las que se encuentra el grupo armado organizado (GAO) del Eln, otros 13 GAO de alcance principalmente regional (como Los Pelusos –disidencias del Epl–, Los Rastrojos, Clan del Golfo) y 10 grupos armados pos Farc (los grupos armados organizados residuales –GAOr–, como los clasifica el Gobierno) y 14 organizaciones criminales de carácter transnacional, como los Pranes y el Cartel de Sinaloa.
Estructuras como las del Eln y las GAOr, señaló el informe, “pueden identificarse a lo largo de los siete departamentos, concentrándose especialmente en los departamentos de Norte de Santander, Arauca y Vichada”.
En La Guajira, denunció la ONG, se observa una proliferación de bandas criminales de carácter local (denominadas por las autoridades grupos delincuenciales organizados, GDO) que protagonizan las principales disputas por el control de los pasos fronterizos irregulares existentes en el departamento.
Estos grupos se financian a través de economías ilegales “como la del narcotráfico, el contrabando de gasolina y el tráfico de armas y personas. La múltiple presencia de estructuras armadas ilegales se traduce en la existencia de unas constantes disputas armadas que tienen como propósito el posicionamiento y dominio de estos actores sobre dichos mercados, lo que explica la fuerte ola de violencia que se vive en la frontera, principalmente en Norte de Santander y La Guajira”.
Así mismo, el informe indicó que Arauca, a pesar de contar también con una fuerte dinámica fronteriza, “representa un escenario diferente, en el cual no se evidencia una disputa abierta” entre los GAO, “esto teniendo en cuenta el dominio histórico del Eln en el departamento, poder militar y social que se ha venido fortaleciendo en los últimos años, luego de suspendido, a inicios del 2018, el cese al fuego acordado con el Gobierno nacional durante las negociaciones de paz”.
Este tipo de economías ilegales y de control territorial, según Pares, generan enfrentamientos armados, por los que “hay territorios en disputa en una guerra abierta entre actores ilegales. Por ejemplo, una disputa de carácter regional” que involucra al Eln y Los Pelusos “en Norte de Santander en dos zonas: Catatumbo y área metropolitana de Cúcuta. Aunque, en la zona metropolitana hay otros actores que intervienen. El Eln se ha aliado con una serie de colectivos venezolanos”, mientras Los Pelusos lo han hecho “con el Clan del Golfo y bandas locales para resistir la ofensiva del Eln”.
Por el lado de La Guajira, la ONG indicó que hay un conflicto de carácter más local, “donde las organizaciones criminales que hacen presencia, principalmente en el municipio de Maicao, libran un enfrentamiento por el dominio los pasos fronterizos ilegales que representan una importante renta relacionada, además del cobro extorsivo, al control del contrabando de ganado, gasolina y trata de personas”.
Pares advirtió que hay espacios en una tensa calma en varias regiones del país, dónde “se prevén disputas en los próximos meses. Los diferentes grupos pos Farc o disidencias se están reagrupando en al menos tres organizaciones de tipo regional y la disputa es inminente”. La primera señalada por Pares reúne las estructuras pos Farc agrupadas en torno a ‘Gentil Duarte’, que serían 11 disidencias. También estarían las estructuras pos Farc agrupadas bajo ‘Iván Marquéz’ y ‘Santrich’, que serían al menos cuatro. Y están otras estructuras pos Farc independientes y dedicadas al narcotráfico en proceso de descomposición”.