Las estaciones de gasolina (al igual que las calles, los talleres y los parqueaderos) son uno de los pocos lugares en la ciudad en donde convergen de forma “igualitaria” y “equitativa” vehículos de distintos modelos y características.
Por eso, es normal que en este contexto tan particular, los conductores también compartan ciertas actitudes y/o rutinas al momento de tanquear, como: contestar el celular mientras repostan o conducir a altas velocidades dentro de la estación de gasolina.
Expertos de Baterías MAC, la marca líder de baterías en el mercado colombiano, ofrecen las siguientes recomendaciones para que los conductores del país puedan seguir tanqueando con la mayor seguridad y energía todos los días:
Apagar el motor y las luces del auto: En el mundo ideal, cada conductor reservaría con antelación un espacio en su agenda para tanquear con tranquilidad. En el mundo real, sin embargo, esto casi nunca sucede, principalmente, por razones asociadas al caos del tráfico y a los diversos compromisos que una persona suele atender. Lo que ocasiona, en la mayoría de las veces, que los conductores cometan ciertas imprudencias de forma involuntaria, producto del afán con el que ingresan a una estación de gasolina.
Prohibido fumar: Aunque no fumar en estaciones de gasolina se da prácticamente por sentado, todavía algunas personas suelen cometer esta imprudencia, ya sea por distracción, desconocimiento o, simplemente, porque no les importa. Por eso, es importante recordar por qué fumar está totalmente prohibido al momento de repostar el auto.
No conducir rápido: Las estaciones de gasolina, sobre todo en las grandes ciudades del país, suelen ser el centro no solo de conductores afanados y estresados, sino, lamentablemente, también de algunos conductores imprudentes que suelen utilizar sus accesos para acortar camino o huir del tráfico.
Evitar hablar por celular: Son muchas las estaciones de servicio que prohíben expresamente el uso del celular al momento de tanquear. Una norma que se encuentra respaldada en varios estudios como, por ejemplo, “El informe de uso de celulares de Terpel”, en donde se afirma que las descargas de energía que producen los celulares pueden provocar un incendio al momento de cruzarse con los vapores inflamables.