En una encuesta que se realizó entre el 15 y el 25 de octubre de 2020, habitantes de Bogotá entre los 15 y 79 años respondieron preguntas concernientes a la percepción sobre el acceso eventual a una vacuna contra el covid-19, disposición a aplicársela, creencias relacionadas con su efectividad y seguridad, y la impresión sobre el manejo de las entidades gubernamentales para garantizar el acceso a la misma.
- Le puede interesar: El plan de Colombia para acceder a vacuna contra el covid
Según el estudio, al preguntar sobre la disposición de los ciudadanos para aplicarse la vacuna en caso de que esta estuviese disponible, se obtuvo que el 21% de los encuestados manifestó no estar dispuesto a vacunarse. Hallazgo similar a la Encuesta de Pulso Social realizada por el DANE que en septiembre estimó un porcentaje del 28% con respecto a la misma pregunta.
“La mayor parte manifiestan temor ante posibles efectos secundarios en el organismo que pudieran ser incluso más graves que la exposición al virus, especialmente entre quienes no se encuentran en grupos de mayor vulnerabilidad. De otra parte, los ciudadanos manifiestan su escepticismo sobre la rigurosidad científica del desarrollo de la vacuna, al ser este atípicamente acelerado”, explicó el veedor Distrital, Guillermo Rivera.
Es así como entre los resultados encontrados se destaca que el 14% de los encuestados creen que el coronavirus no existe, y el 8% considera que las vacunas son antinaturales. El 77% de los consultados considera que todas las personas deberían vacunarse y el 45% de quienes respondieron creen que las vacunas dependen de dinámicas políticas, mientras que el 47% estarían dispuestos a pagar por la vacuna.
De otro lado, se encontró que hay incertidumbre entre las personas encuestadas sobre los posibles efectos secundarios que pueda tener la aplicación de la vacuna: el 45% manifiesta no estar seguro de si estas tienen algún efecto nocivo para el organismo, mientras que el 15% cree que estos efectos negativos están presentes siempre.
Además, el 37% de la población considera que la vacuna debe ser suministrada primero al personal médico y asistencial y el 21% cree que la vacuna debería estar disponible para personas con condiciones que pueden agravar la enfermedad. El 21% manifiesta que todos los ciudadanos deberían recibir la vacuna a tiempo y el 2% que nadie debería recibirla.