Salieron de Venezuela hace más de una semana para cubrir el ingreso de la ayuda humanitaria pero no han podido volver. Al menos doce periodistas venezolanos permanecen en Cúcuta, Colombia, tras el cierre de la frontera colombo-venezolana, informó el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) la noche de este jueves.
Eran muchos más -según las estadísticas del SNTP eran 50- pero han ido saliendo a cuentagotas del territorio colombiano. Sus planes de regreso, sin embargo, cambiaron por completo.
Algunos, como la periodista venezolana Isayen Herrera, quien tenía estipulado regresar a Caracas por carretera, tras atravesar el puente Simón Bolívar hasta el estado venezolano de Táchira, tuvieron que viajar hasta Bogotá y, desde allí, tomar un avión hasta la ciudad de Caracas.
El vehículo en el que ella y sus dos compañeros de viaje se trasladaron hasta el estado fronterizo venezolano, sin embargo, se quedó aparcado en un hotel, a más de 800 kilómetros de distancia de casa.
Herrera no tuvo problemas para hacer eso porque, por una parte, contaba con el respaldo de un medio internacional y, por la otra, porque entró a territorio colombiano con su pasaporte y no con Tarjeta de Movilidad Fronteriza (TMF), como otros de sus colegas de la prensa venezolana.
Eduardo Ríos fue uno de ellos. Junto con seis periodistas y reporteros gráficos más, arribó a Cúcuta la noche del 21 de febrero, tras haber tomado un avión desde Caracas hasta el aeropuerto Francisco García de Hevia de La Fría, en el estado Táchira, y de ahí un taxi durante tres horas hasta la frontera.
El regreso sería de la misma manera, la mañana de ese lunes 25 de febrero. Pero ni Ríos ni cuatro de sus compañeros abordaron el avión que los llevaría de regreso a Caracas. Solo uno del grupo, ante la alerta de cierre de la frontera el pasado domingo 24, tomó la previsión de quedarse en territorio venezolano. Fue el único que regresó a casa ese lunes.
Los demás tuvieron que aventurarse al recorrido por las denominadas trochas. Cuarenta minutos le tomó al grupo de cinco profesionales de la prensa llegar a suelo venezolano. Tuvieron suerte de que el río estuviera seco y de que lo atravesaron saltando de piedra en piedra. De lo contrario, hubieran tenido que pasar agarrados de una cuerda.
Les alertaron que corrían el riesgo de quedar en medio de un enfrentamiento entre grupos irregulares.
Aunque los periodistas venezolanos consideran que la etapa crítica ya pasó, no bajan la guardia. “Siempre que estén allá, hay un nivel de riesgo”, declaró a la Agencia Anadolu el secretario del SNTP, el periodista Marco Ruiz.
Entre el grupo que afortunadamente regresó a casa había una periodista con cinco meses de gestación. Los que quedan, sin embargo, no están en situación de desesperación ni hostigados y esperan retornar al territorio venezolano pronto.