Por primera vez en la historia, el equipo técnico del Bioparque La Reserva en Cota, Cundinamarca, logró la reproducción y supervivencia en cautiverio de una cría de coatí de montaña (Nasuella olivacea), uno de los mamíferos menos conocidos en el planeta.
Gracias a su evasivo comportamiento, el coatí de montaña es conocido como el fantasma de los Andes y la información que se tiene de este es muy limitada. La especie solamente se encuentra en los bosques alto andinos y páramos de Colombia y Ecuador y es “piedra clave” en estos ecosistemas por ser dispersor de semillas y controlador de plagas.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), que es una organización internacional dedicada a la conservación de los recursos naturales, clasifica esta especie a nivel global como Datos Deficientes (DD) y algunos investigadores la sugieren como Casi Amenazada (NT).
Con este nacimiento se han logrado registrar datos de comportamiento reproductivo muy útiles nunca antes reportados, los cuales permitirán el desarrollo de un protocolo de manejo nutricional, sanitario, comportamental y de infraestructura para Coatí de montaña en cautiverio y conservación de esta especie.
“La cría es una hembra de dos meses de edad y goza de excelente salud, además se ha realizado un seguimiento riguroso de peso cada semana, mediciones y exámenes físicos”, explica Iván Lozano-Ortega director general de la Fundación Bioparque La Reserva y añade “Este éxito es el resultado de un trabajo científico que comenzó hace más de quince años”.
En noviembre de 2016 el Bioparque con la única población en cautiverio en el mundo (4 hembras y 4 machos), envió una de estas parejas al Parque Jaime Duque en Briceño, Cundinamarca, con el objetivo de establecer una nueva colonia cautiva y realizar un trabajo de educación y sensibilización en la comunidad.
Se espera que la cría alcance la madurez sexual y sea parte de las colonias fundadoras cautivas para continuar con el programa de conservación Ex situ de Coatí de montaña liderado por la Fundación Bioparque La Reserva.
De todos los carnívoros existentes en el mundo, el coatí de montaña (Nasuella olivacea) es quizás el menos estudiado y del cual se tiene una información muy limitada gracias a su evasivo comportamiento, tanto así, que podría decirse que es una especie fantasma.
Algunos de los datos publicados, se han obtenido de pieles, muestras de tejido y cráneos pertenecientes a colecciones en museos de historia natural, muestras fecales, huellas y de un único individuo capturado y liberado inmediatamente.
El coatí de montaña se alimenta de escarabajos y sus larvas, hormigas, grillos, ciempiés, moras silvestres y también es oportunista consumidor de vertebrados como ranas y carroña. Se supone que es gregario (forma grupos), con un promedio de 6 a 8 individuos compuestos por hembras y juveniles de ambos sexos; los machos adultos son solitarios y solo en época de apareamiento son aceptados temporalmente por las hembras.
El estado de conservación para esta especie, se mantiene en la clasificación de “Datos insuficientes” y no está protegida en Colombia ni Ecuador. Su aparente área de distribución compuesta por ecosistemas muy alterados por la agricultura, se cree, puede hacerla vulnerable por la caza al ser considerada nociva para los cultivos de papa y las aves de corral y puede ser también, fuente de alimento y piel para los pobladores locales.
Queriendo contribuir a la difusión de mayor información acerca del coatí de montaña (Nasuella olivacea), el Bioparque La Reserva está determinando sus parentescos a través del análisis de su ADN.
Uno de los mamíferos que fue incautado por la Policía y la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca-CAR en Zipaquirá, como coatí, fue incautado hace un par de años y llevado a esta reserva y fue presentado cuando se adaptó a su nuevo entorno en el Bioparque./ Bioparque La Reserva en Cota