COMO un abrebocas de lo que serán los siguientes meses en las primarias fue considerado el acuerdo celebrado entre Ted Cruz y John Kasich para frenar el avance en las urnas de Donald Trump. Así, ambos candidatos firmaron un trato en el que estipulan que uno de ellos no competirá en Oregon, Nuevo México e Indiana, con el fin de no quitarse votos.
Este súbito acuerdo que sorprendió a todo el mundo, incluso al mismo Trump, demuestra que el establecimiento republicano busca todo tipo de alianzas y estrategias para detener al magnate. A ello se suman los malos resultados que tanto Cruz como Kasich obtuvieron en Nueva York, creando una mayor distancia entre ellos y el multimillonario.
Según un comunicado publicado por sus respectivas campañas, Kasich no disputará la primaria de Indiana y Cruz hará lo propio en Nuevo México y Oregon, buscando que cada candidato compita en los estados donde sea capaz de ganarle a Trump.
El acuerdo es, sin duda, la mayor colaboración entre dos candidatos en lo que va de las primarias. Tanto analistas como electores se preguntaban cuándo llegaría el momento de unir fuerzas contra el magnate. Pues ese momento ha llegado y tiene como mentor al poderoso establecimiento republicano o, en la jerga política norteamericana, al “Viejo Gran Partido” (Grand Old Party, en inglés), que reúne a gran parte de los tradicionales líderes republicanos.
Tras los malos resultados en Nueva York, Cruz, que se había opuesto abiertamente a sellar cualquier alianza con Kasich, optó por acercarse al Gobernador de Ohio, quien pese a haber ganado sólo en su estado en lo que va de las primarias, resulta una ficha fundamental para los republicanos. Ante una hipotética elección presidencial, Kasich derrotaría a Clinton y Sanders, situación que no ocurriría con Trump y, en menor medida, con Cruz, según los sondeos revelados por el portal Real Clear Politics.
La alianza entre ambos candidatos se dio gracias a la charla que sostuvo el jefe de campaña de Cruz, Jeff Roe, con el jefe de estrategia de Kasich, John Weaver. El acuerdo político que a primera vista parece débil puede, sin embargo, lograr su acometido: frenar al magnate.
Roe manifestó en un comunicado, que “tener a Donald Trump en la cabeza de la papeleta en noviembre sería un seguro desastre para los republicanos. No solo sería aplastado por (Hillary) Clinton o (Bernie) Sanders, sino que tenerlo a él como nuestro candidato haría retroceder al partido una generación”.
Al mismo tiempo, la campaña de Kasich expresó “nuestro objetivo es tener una convención abierta en Cleveland (en julio), donde estamos confiados que emergerá un candidato capaz de unir al partido y ganar en noviembre".
La idea, como se ve, es quitarle el mayor número de delegados a Trump, para que no llegue a la cifra mágica de 1.237, que le da la posibilidad de ser nominado sin necesidad de ir a la convención abierta. Parece, por más que el magnate arrase en las primarias de hoy y las siguientes en California, que no alcanzaría a llegar a esa meta, dado el porcentaje de votos que Cruz y Kasich obtendrían.
Luego de conocer la alianza, Trump dio unas declaraciones manifestando que se trata de un acto de “desesperación” de sus rivales. Dijo: “la colusión es a menudo ilegal en muchas otras industrias, sin embargo, estos dos políticos de Washington han tenido que volver a la colusión con el fin de seguir con vida. Ellos están matemáticamente muertos y este acto sólo demuestra (…) lo verdaderamente débiles que son sus campañas”.
Sellada una nueva alianza, hoy se celebran primarias republicanas en cinco estados –Connecticut, Delaware, Maryland, Pennsylvania y Rhode Island- en donde Trump lidera todos los sondeos, con una diferencia por encima de 20 puntos. El acuerdo, sin embargo, entrará a regir más adelante, en otros tres estados, en donde Kasich y Cruz tienen más posibilidades de ganar.
Para asegurar la nominación republicana se requieren 1.237 delegados. Trump lidera ampliamente la contienda con 847 delegados, frente a 563 de Cruz y 147 de Kasich.
Lo que mantiene vivo en la carrera por la nominación al gobernador de Ohio (Kasich) es el favoritismo que marca en los sondeos frente a una posible elección presidencial contra cualquiera de los candidatos demócratas.Esa es, según él, una razón suficiente para seguir en la batalla. Pero el motivo real para permanecer en carrera tiene como finalidad incomodar, molestar o quitarle, así sea una parte ínfima, de votos al magnate, abriendo la posibilidad de una convención en julio.
Cleveland, estado donde se celebrará la convención, al parecer tendrá que empezar a organizar la logística para recibir a los “superdelegados” que, después de largas horas de discusiones que culminan con una votación, decidirán el futuro candidato del “Viejo Gran Partido” (republicano). ¿Se le dañó el caminado a Trump con esta alianza?. Amanecerá y veremos…