El artista plástico mexicano José Luis Cuevas, uno de los más destacados de la llamada "Generación de la ruptura" que surgió en oposición al muralismo, falleció este lunes en Ciudad de México, informó el gobierno.
"Artista de México y el mundo, José Luis Cuevas será recordado siempre como sinónimo de libertad, creación y universalidad. Descanse en paz", escribió en su cuenta de Twitter el presidente Enrique Peña Nieto.
Falleció en un nosocomio privado la tarde del lunes, pero las autoridades desconocen la causa de la muerte del artista, cuya salud iba en declive a sus 83 años.
"Fue un irreverente, pero un gran artista, un gran dibujante", dijo a Radio Fórmula la secretaria de Cultura, María Cristina García, al referirse al a veces excéntrico carácter de Cuevas.
Según la página del artista plástico, nació el 26 de febrero de 1934 en Ciudad de México, pero su familia aseguraba que la fecha real era 1931 y que se quitaba la edad por temor a la vejez.
"Me gustaría tener hoy 10 años menos para dejar de pensar en la muerte, a la que le tengo un miedo terrible", dijo Cuevas en una entrevista con AFP realizada en 1995 en Quito.
Poco aficionado a las bebidas alcohólicas, en esa época decidió tomarse "de vez en cuando (sus)tequilas" pues había leído que el alcohol en cantidad moderada contribuía a alargar la vida, según relató.
"Quiero vivir hasta los 120 años, aunque confieso que me gustaría ser inmortal", confesó el artista, el más destacado de la corriente que se rebeló al muralismo mexicano y sus temáticas nacionalistas, desafiando a artistas legendarios de la primera mitad del siglo XX como Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros.
En la página web del artista, que narra su vida, se destaca que cuando cursaba la educación primaria, a principios de la década de 1940, se dibujó como un "niño obrero" y ganó el primer lugar de un concurso de la secretaría de Educación.
Su primera exposición individual la realizó en 1959 en una galería de Buenos Aires, donde además conoció al escritor argentino Jorge Luis Borges, con quien entabló una gran amistad.
Al año siguiente por segunda vez expone en solitario, esta vez en la galería Herbert de New York, exposición que le valió ser descrito como uno de los "grandes dibujantes del mundo" por un critico de The New York Times.
A lo largo de su vida, realizó decenas de autorretratos y en 1973 presentó una exposición con 72 piezas.
En México, donde hace 25 años se inauguró un museo que lleva su nombre, recibió distintos reconocimientos, mientras que Francia, en 1991, le entregó la Orden de Caballero de las Artes y las Letras.