Al menos 25 rebeldes sirios murieron en la madrugada del martes en un ataque del grupo Estado Islámico (EI) contra un importante bastión en el norte de Siria, según una ONG.

El ataque tuvo como blanco la ciudad de Marea, donde se halla la mayor concentración de combatientes y de armas de la provincia de Alepo para los rebeldes que luchan a la vez contra el régimen de Bashar Al Asad y el EI.

Los yihadistas han tratado en muchas ocasiones de tomar Marea, situada en una importante ruta hacia la frontera turca.

Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), el asalto dejó igualmente ocho muertos entre las filas del EI, entre ellos cuatro kamikazes.

El domingo, el EI tomó el control de Um Hoch, una aldea al sur de Marea, matando en el ataque a 37 rebeldes, mientras otros 20 están desaparecidos.

Diecinueve yihadistas murieron en esa batalla, sobre todo por los bombardeos de la coalición internacional dirigida por Washington, que ataca por aire al EI.

El conflicto sirio se desencadenó en marzo de 2011 tras la sangrienta represión de manifestaciones antigubernamentales. El país se halla ahora en una guerra civil brutal que opone al régimen, los rebeldes, los kurdos y los yihadistas en un territorio cada vez más fragmentado.