Los chilenos eligen este domingo a los alcaldes y concejales de las 346 comunas del país, en unos comicios sobre los que planea el fantasma de la abstención y un escándalo por el erróneo cambio de domicilio de casi medio millón de electores.
Los comicios municipales, los sextos desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), son en realidad un examen para el gobierno de coalición de centroizquierda de Michelle Bachelet de cara a los comicios presidenciales y legislativos de noviembre del próximo año.
Treinta partidos políticos compiten por las 346 alcaldías del país y los 2.240 puestos de concejales bajo una nueva ley electoral, que restringió la publicidad y prohibió el aporte económico de las empresas a las campañas.
La nueva legislación ha retirado prácticamente de las calles los carteles y los actos políticos de los candidatos, haciendo temer que los ya tradicionalmente altos niveles de abstención electoral se agraven el domingo.
"Se supone que la nueva ley iba a producir dos cosas: mayor participación y mayor renovación (de candidatos). Ninguna de esas cosas se va a cumplir", anticipó a la AFP el experto electoral Mauricio Morales, del Observatorio Político Electoral de la Universidad Diego Portales.
La nueva ley entró en vigencia en abril pasado en un intento de atajar los escándalos por financiamiento ilegal que han involucrado a políticos de todo el espectro.
El menor espacio para hacer campaña y el escaso nivel de información terminaría beneficiando –por el conocimiento previo- a los candidatos que van a la reelección, mermando el objetivo de aumentar los niveles de competencia del sistema, agrega Morales.
A ello se suman los errores cometidos por el Registro Civil que cambió de domicilio electoral a cerca de 500.000 ciudadanos.
La última elección presidencial (2013), se selló con una abstención del 58%. En las municipales del año 2012, cuando debutó el voto voluntario, hubo una participación del 42%. Para este domingo, la consultora Cadem prevé una participación del 43%.
- Con la vista puesta en las presidenciales -
Con el horizonte de las elecciones presidenciales de 2017, los dos mayores conglomerados políticos esperarán los resultados del domingo para definir tanto los candidatos a la presidencia como al Parlamento, que también se renueva el próximo año.
Aunque el expresidente socialista Ricardo Lagos (2000-2006) dio un golpe de efecto esta semana dando por inaugurada la precampaña para las presidenciales de noviembre del próximo año.
En una jugada arriesgada, el miércoles pasado Lagos forzó a la presidenta a realizar un cambio de gabinete al nombrar como su jefe de campaña al exministro de Energía, Máximo Pacheco, el mejor valorado del ejecutivo de Bachelet.
Sin embargo, aunque las encuestas auguran un estrecho triunfo del oficialismo, no parece que vaya a beneficiar a Lagos, quien a sus 79 años, suscita un alto rechazo como una figura del "pasado", explican los analistas.
"Lagos no ha podido levantar, pero creo que la salida de Pacheco (del gabinete) no va a tener el efecto esperado. El problema de Lagos es con la gente, no con el empresariado. Pacheco es un hombre con redes en el empresariado. La gente apenas lo conoce", explica a la AFP el politólogo de la Universidad Diego Portales, Patricio Navia.
No obstante, Lagos tendría que ganarse el boleto a las presidenciales en unas primarias de la coalición de centro izquierda en las que se mediría con la senadora socialista Isabel Allende –hija del derrocado presidente Salvador Allende- y eventualmente el periodista y senador independiente Alejandro Guillier, actualmente el mejor posicionado en las encuestas.
En la oposición de derecha, las apuestas están a favor de una candidatura del expresidente Sebastián Piñera (2010-2014), aunque hasta el próximo año está dispuesto a mantener el suspense sobre su decisión.