La Copa del Mundo de Catar-2022 será uno de los principales asuntos en la pauta de la reunión del Comité Ejecutivo de la FIFA, que se celebra desde el miércoles en Costa do Sauípe (noreste de Brasil), dos días antes del sorteo de grupos del Mundial-2014.
En la última reunión de la entidad, una especie de gobierno de la FIFA, los dirigentes estudiarán la posibilidad de cambiar el calendario, para que la competencia se dispute en enero y no en junio, evitando así el calor del verano catarí que puede llegar a los 50ºC.
Todas las partes --jugadores, clubes, federaciones, medios y patrocinadores-- ya están comenzando a ser sondeadas, pero la decisión final será tomada sólo después de la Copa de 2014.
El secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, y el presidente de la Confederación Asiática de Fútbol, el jeque Salman bin Ebrahim Al Khalifa deben presentar el proyecto esta semana.
Los debates prometen ser intensos. Por ejemplo, en Inglaterra hay voces discordantes sobre el asunto. La Federación Inglesa (FA) aprueba el cambio de fechas, pero no la Premier League, que organiza el campeonato inglés de la primera división, pues conllevaría a un "caos" si el calendario europeo se modifica.
Ya el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, declaró recientemente que era más favorable a la opción de disputar la competencia en noviembre y diciembre y no en enero para no chocar con los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022.
Lo "inaceptable"
El comité ejecutivo no podrá ignorar otro asunto polémico: las denuncias de trabajo esclavo o de las condiciones "subhumanas" de los obreros que trabajan en las obras del Mundial-2022.
El propio Blatter declaró el 20 de noviembre que esta situación era "inaceptable", pero también se dijo "convencido" de que Catar tomará el tema "muy en serio".
La FIFA divulgó recientemente un comunicado en el que recordó que contaba con "el poder positivo" para promover, con una Copa del Mundo en Catar y el Medio Oriente, "cambios sociales positivos, inclusive en la mejora de los derechos de los trabajadores e inmigrantes".
La entidad espera medidas concretas del gobierno de Catar hasta la próxima reunión del Comité Ejecutivo, prevista para el 20 y 21 de marzo de 2014 en Zúrich.
Las denuncias fueron creciendo desde septiembre, cuando el diario británico The Guardian relató la muerte de 44 trabajadores en las obras de la Copa entre junio y agosto.
Amnistía Internacional (AI) no confirmó estas informaciones, pero denunció las pésimas condiciones de seguridad e higiene. La organización citó a un médico del principal hospital de la capital Doha, que asegura haber registrado "la hospitalización de más de 1.000 personas en 2012 en la unidad de traumatología debido a caídas sufridas en el lugar de trabajo".
Ya el Parlamento Europeo adoptó una resolución en la que manifestó su "preocupación con la carga horaria demasiado larga, las condiciones de trabajo peligrosas, el incumplimiento con el pago de salarios por meses, la confiscación de pasaportes y la obligación a vivir en campamentos hacinados".
El gobierno de Catar consideró las críticas "exageradas" y contrató un bufete de abogados extranjero para defenderse de las acusaciones, además de prometer que la ley sería enmendada con más poder de fiscalización para inspectores de trabajo./AFP