Decenas de miles de opositores al gobierno de la presidenta Cristina Kirchner manifestaron el jueves en la Plaza de Mayo de Buenos Aires, frente a la Casa Rosada (gobierno), así como en otros puntos del país, contra el gobierno y en rechazo a una reforma que según ellos pretende limitar la independencia judicial.
En los carteles que levantaban los manifestantes podían leerse leyendas tales como "18A: La Justicia no se toca. Todos somos víctimas. Juicio y castigo a los responsables de la corrupción. Juicio político a CFK (la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner)".
"Yo no estoy afiliada a ningún partido político pero participo de todos los cacerolazos porque estoy harta de tanta hipocresía y soberbia, y ahora quieren destrozar a la justicia", dijo a la AFP Ana María Fernández, una jubilada de 64 años, en la Plaza de Mayo.
En Argentina se ha ahondado el clima de confrontación política a seis meses de las elecciones legislativas.
"El gobierno piensa que como obtuvo el 54% de los votos en 2011 ahora puede hacer lo que quiere", dijo Gonzalo Ortiz, un profesional de 43 años que estaba con su mujer embarazada y un pequeño en brazos.
Kirchner está impulsando en el Congreso una reforma del Poder Judicial que establece, entre otros cambios, el voto popular para elegir a 7 de los 19 miembros del Consejo de la Magistratura, que designa y remueve a los jueces.
Al terminar el mitin, grupos que se desprendieron de las columnas principales marcharon hacia el edificio del Congreso, donde manifestaron su protesta por el avance de las reformas que logró entre miércoles y jueves el oficialismo, que controla ambas cámaras.
Frente al palacio legislativo, los activistas desplegaron un cartel con la leyenda "Libertad. Libertad. Libertad. Justicia es cárcel para los corruptos".
La oposición sostiene que esta medida está destinada a controlar al Poder Judicial en un momento de confrontación entre el gobierno y el diario Clarín que se ha saldado con algunos reveses judiciales para la Casa Rosada, e impedir la existencia de magistrados independientes del Poder Ejecutivo.
La marcha involucra a un heterogéneo arco de voces críticas del gobierno que van desde los gremios alineados con un sector de la central sindical Confederación General del Trabajo (CGT), liderado por Hugo Moyano, un antiguo aliado de Kirchner, y dirigentes socialistas, hasta sectores de derecha.
"Ladrooones, Ladroones", "Que se vayan todos", voceaban al son de las cacerolas y vuvuzelas los manifestantes, algunos en bicicletas, motos e incluso patines.
Para Pablo Bastidas, un diseñador de 43 años, "el problema es que los opositores somos muchos pero no tenemos un referente. No tenemos un líder a quien seguir", acotó sobre una oposición que acumula reveses electorales, y confió en que "alguien aparezca, tal vez antes de las legislativas de octubre".
Otros cientos de manifestantes se concentraron frente a la residencia presidencial de Olivos (periferia norte), aunque Kirchner viajó a Lima antes de la protesta para asistir a una reunión extraordinaria de la Unasur que analizará la situación en Venezuela.
Varias ciudades del interior de Argentina también fueron escenario de concentraciones similares, como Rosario y La Plata, donde este mes se produjo una histórica inundación con 51 muertos que sembró el descontento.
Se trata de la cuarta marcha convocada a través de las redes sociales contra el gobierno argentino, la anterior en noviembre pasado en reclamo del fin del cepo cambiario que limita a los argentinos la compra de dólares.
"Es necesaria una reforma que permita abrir las compuertas a que el pueblo participe", dijo el jueves Kirchner, en un acto transmitido por televisión, en defensa de una de las iniciativas legislativas que establece el voto popular para nombrar funcionarios del Poder Judicial.
En las redes sociales se expresaron críticas subidas de tono a Kirchner entre ellos una que la llama "Kretina", en un juego entre la K, como se la conoce a la mandataria, y su nombre de pila.
"Manifestarse es un derecho, lo que no se puede aceptar es que le digan 'yegua' (apelativo despectivo) a la Presidenta, que le deseen la muerte. Eso es un espanto, le hacen un daño a la republica y a los argentinos", dijo este jueves Aníbal Fernández, ex jefe de gabinete y actual senador, en declaraciones a Radio Diez.
Pese a las protestas, el gobierno impuso su mayoría en ambas cámaras del Congreso en sesiones realizadas el miércoles y jueves en las que logró avanzar hacia la aprobación de seis leyes de la reforma, entre las cuales destaca la publicidad de las resoluciones de la Corte Suprema y de las declaraciones patrimoniales de los funcionarios judiciales./AFP