Tres soldados murieron y otros resultados heridos este viernes al estallar una bomba al paso de un convoy militar en Tunceli, en el sudeste de Turquía, donde viven sobre todo kurdos, informaron a la AFP fuentes médicas que pidieron conservar el anonimato.
Según un responsable militar, la bomba, de fabricación casera, estaba colocada en el arcén de una carretera entre Tunceli y Elazig.
Desde hace unos meses, el sudeste de Turquía es escenario de combates entre el ejército y los rebeldes del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK).
Ankara lanzó una amplia ofensiva contra el PKK tras fracasar el pasado verano un alto el fuego vigente desde hacía dos años.
Más de 350 soldados o policías perdieron la vida en los combates, según las autoridades turcas, que dan cuenta de más de 5.000 bajas en las filas del PKK, una cifra que no se ha podido verificar.
Las operaciones lanzadas por el ejército para neutralizar a los activistas del PKK mataron a decenas de civiles y provocaron el éxodo de decenas de miles de personas.
El país vive en alerta debido a una serie de atentados atribuidos al grupo yihadista Estado Islámico (EI) o relacionados con el conflicto kurdo iniciado en 1984 y que se ha cobrado más de 40.000 vidas.