Mencionar el mototaxismo en Colombia aún suena espinoso, pues ad portas de finalizar el año, sigue en el limbo la formalización del mismo, manteniéndose en la ilegalidad e incrementando dicho servicio en el país. Al respecto, EL NUEVO SIGLO indagó varios puntos de vista acerca de esta fuente de empleo que sin formalizarse sigue tomando fuerza.
A noviembre de 2015, se estimaba una existencia de 800 mil conductores de mototaxi, a lo largo de 22 departamentos del país, según cifras de la Corporación de Mototaxistas de Colombia (Conamotax).
Así mismo y según datos de Fenalco, el registro de motocicletas en 2015 fue de 660.000 unidades, cifra similar a la de 2014. Esto se debe en gran medida a las facilidades de acceso, ya que una motocicleta pasó de costar 11 salarios mínimos a 5. Según Asomovilidad, el 21,6% de los usuarios en el país adquiere su motocicleta para aumentar ingresos.
Con respecto a ¿Qué ha pasado con el proyecto de legalización del mototaxismo?, el Ministerio de Transporte mediante escrito expresó que “nunca ha considerado viable autorizar la prestación del servicio público de transporte en vehículos-motocicletas (vehículo automotor de dos ruedas en línea, con capacidad para el conductor y un acompañante - definición Código Nacional de Tránsito), comúnmente denominado mototaxismo. La motocicleta es un tipo de vehículo que no tiene viabilidad para ser homologado para servicio público de transporte, al estimarse que no tiene los elementos necesarios que garanticen la suficiente seguridad requerida para este tipo de operación, en particular la seguridad de los usuarios, la cual constituye prioridad del Sistema y Sector Transporte”.
Así mismo Mintransporte resaltó que ahora “el fenómeno del mototaxismo es uno de los reflejos de problemas económicos y sociales que aqueja a algunos de nuestros municipios, está delimitado, en diferentes regiones del país, al radio de acción municipal, jurisdicción que conforme a la Constitución y la ley para el control y vigilancia en materia de transporte y tránsito, es competencia de las autoridades locales”.
Y enfatizó en que “es necesario entonces, que las autoridades territoriales exploren otras alternativas y diferentes para los conductores dedicados al mototaxismo, buscando su reconversión laboral, brindando así un principio de solución a esos problemas económicos y sociales que aquejan a nuestras poblaciones, y no ahondar el problema permitiendo el crecimiento de un tipo de transporte ilegal del cual no se conocen cifras”.
Un estudio del Banco de la República sobre economía regional, en Sincelejo, revela que “la economía del mototaxismo puede llegar a representar la fuente de ingreso de aproximadamente 50.000 personas, entre conductores, propietarios de motos, mecánicos, dueños de almacenes de venta de motos y sus repuestos, entre otros, lo que involucra una quinta parte de la población total de la ciudad o un 42,73% de la población económicamente activa”.
“Según el mismo estudio, entre 1.200.000 y 1.500.000 personas utilizaban una motocicleta como herramienta de trabajo. Más allá, dentro de los tipos de empleo relacionados con este propósito, el mototaxismo constituye uno de los más importantes con una participación del 36%, lo que resalta la importancia que ha alcanzado el mototaxismo como fuente de ingresos para una amplia cantidad de personas en el país, sobre todo la Costa Atlántica”.
“Aliados de la movilidad”
EL NUEVO SIGLO también consultó con el senador del Partido de La U Andrés García Zuccardi, conocedor de esta iniciativa, quien aseguró que “en general el gran logro en el último año y medio fue haber logrado cambiar el enfoque del Gobierno nacional hacia el mototaxismo, inicialmente el enfoque era que ese era un problema de los alcaldes, que era un problema local, que si los alcaldes no podían controlarlos a ellos, eso era un problema de ellos y no un problema nacional, entonces desde el Congreso logramos cambiar el enfoque y te puedo asegurar que yo fui de las personas clave ahí para que se volviera primero que todo como un reto y segundo para que no se viera como algo aislado y algo que dependía de cada alcalde y que la falla en darle manejo era una falla individual de cada Alcalde y de cada Municipio, sino lo contrario, que es un reto sistémico y que en adición era importante el trabajo y un estudio nacional de parte del Ministerio de Transporte para conocer más el reto del problema y para tener soluciones para el problema, entonces eso se avanzó mucho con la Ministra de Transporte saliente, a la hora de presentarse el cambio y entrar el nuevo Ministro, el tema continuó avanzando pero hubo unos impasses y se retrasó muchísimo la agenda y el compromiso sigue siendo el mismo”, señaló el Senador.
García Zuccardi destacó que “en gran parte del país donde más se desarrolla el mototaxismo es en esos sitios a donde no pueden llegar buses, taxis y a donde ni siquiera pueden llegar camperos porque no hay vías, entonces en la medida en la que haya un buen sistema de transporte público, que haya buenas oportunidades de empleo y en la que haya infraestructura de manera orgánica, se va a ir reduciendo automáticamente el mototaxismo, mientras que llegamos a ese punto es muy importante ver a los mototaxistas como aliados de la movilidad de la gente y es muy importante incorporarlos a los sistemas públicos de transporte, en vez de hacer lo que se venía haciendo que era verlos como enemigos públicos, era hasta cansarlos y era aumentar esa brecha y esa violencia contra los mototaxistas, esto sin llegar al extremo de sencillamente legalizarlos que es lo que no quiere el Gobierno nacional desde hace mucho tiempo”, concluyó el Senador.
“El Ministerio se quedó 40 años”
Por otra parte, Marco Tulio Gutiérrez, expresidente de Conaltur, le dijo a EL NUEVO SIGLO que dicho servicio no se ha regulado en el país porque “seguimos en la órbita de mirar el Estado como hace 40 años, esto cambió y nos quedamos con la función de intervención del Estado en materia de transporte y todos los sucesos de la modernidad nos cogieron con las leyes de la época y no hemos modificado, entonces por eso todavía perseguimos a Uber y lo que la tecnología aplica en el mundo entero, acá nos parece que no se puede aplicar, entonces ese fenómeno de las motos es un fenómeno de la realidad, ahora el que uno esté o no de acuerdo con ellos es diferente, por razones de seguridad, de comunidad, pero más que con recorrer una ciudad cualquiera, hiere el trabajo de los bicitaxistas y eso no es un invento diferente a la ausencia de prestación del servicio, entonces ¿por qué están triunfando las aplicaciones?, pues la pregunta es elemental, usted no tiene que salir a la calle a coger el taxi, lo pide desde donde esté y ahí le indica el valor de la tarifa, qué vehículo le va a llegar, algunas aplicaciones van a identificar la huella del conductor y mientras tanto el Ministerio sigue diciendo que eso es dependiente de la aprobación de alguna empresa de transporte y resulta que eso ya va 20 kilómetros adelante, pero el Ministerio se quedó 40 años”.
Finalmente, Gilberto Toro, director ejecutivo de la Federación de Municipios, afirmó que “existe un fenómeno que ha desbordado la capacidad de control de todas las entidades que controlan el transporte de nuestro país porque es un fenómeno socioeconómico que ha llevado a que en las ciudades el uso de estos aparatos sea muy fácil porque no es complejo adquirirlos, por lo barato del servicio y porque definitivamente cada que se ha tratado de controlar, la verdad es que a nivel local la presión social es muy grande y en el nivel nacional tampoco se ha podido aceptar, o tampoco el Gobierno ha querido asumir el costo político de ese tema”.