El ministro egipcio del Interior, Mohamed Ibrahim, cuyas fuerzas estaban en primera línea durante la represión de los partidarios del presidente islamista depuesto Mohamed Mursi, salió indemne de un atentado este jueves en El Cairo, el primero de este tipo en muchos años.
El ministro advirtió pocas horas después del atentado sobre el peligro de "una oleada de terrorismo" en Egipto, que sufre un engranaje de violencia mortífera desde la destitución y la detención de Mursi por el ejército el 3 de julio.
Las autoridades instaladas por el ejército, que habían restaurado el estado de emergencia e impuesto el toque de queda, prometió "golpear con mano dura" a quien amenace "la seguridad nacional" y afirmó que no permitiría un regreso al "terrorismo de los años 1980 y 1990".
El ataque, que según el ministerio del Interior podría ser un atentado suicida, tuvo lugar hacia las 08H30 GMT, cerca del domicilio del ministro, en el barrio de Nasr City. Dos horas después de la explosión, Ibrahim denunció en la televisión estatal un "intento de asesinato cobarde" en un ataque que destruyó "cuatro vehículos" de su convoy y dejó "numerosos heridos" entre sus guardaespaldas. Según Interior, 10 policías y 11 civiles resultaron heridos.
Esta escalada, estimó Ibrahim, era "previsible". "Previne que con la dispersión (de las concentraciones pro-Mursi en El Cairo) que habría una oleada de terrorismo", estimó ante la prensa. En una reciente entrevista, Ibrahim afirmó haber recibido amenazas de muerte.
El gobierno, que asegura llevar a cabo una "batalla contra el terrorismo" desde los episodios de violencia que siguieron la destitución de Mursi, aseguró que este "acto criminal (...) no impedirá al gobierno enfrentarse al terrorismo con fuerza y determinación y golpear con mano dura a quien amenace la seguridad nacional".
Los islamistas condenan el ataque
La Alianza contra el Golpe de Estado, la coalición islamista que organiza la movilización pro-Mursi, condenó de inmediato el atentado "independientemente de quienes sean los autores" y reafirmó su "enfoque pacífico". Gamaa al-Islamiya, responsable de varios atentados en los años 90, también se distanciaron al denunciar el atentado y condenar el "terrorismo".
La policía estuvo en primera línea en la represión de las manifestaciones islamistas, con la violenta dispersión el 14 de agosto de estas concentraciones que dejó cientos de muertos.
Esa jornada fue la más mortífera de la historia reciente del país. Al día siguiente, el ministerio de Ibrahim había autorizado a las fuerzas de seguridad a abrir fuego contra los manifestantes hostiles.
Más de mil personas murieron en estas violencias, en su gran mayoría partidarios del ex jefe de Estado.
Además fueron detenidos más de 2.000 miembros de los Hermanos Musulmanes, incluido su Guía Supremo, Mohamed Badie. El derrocado presidente Mursi sigue preso.
Los islamistas llaman a menudo a nuevas movilizaciones e insisten en el carácter "pacífico", pero para los expertos, una franja islamista podría redicalizarse y optar por el terrorismo tras el golpe de autoridad de los militares.
"Hay una represión de seguridad y la crisis es todavía reciente", apunta Issandr El Amrani, responsable de África del Norte en el seno del International Crisis Group. "Es evidente que algunos islamistas tienen el sentimiento de que ninguna negociación posible con el régimen y ha habido llamamientos públicos a la violencia".
La violencia ha subido en intensidad también en la península del Sinaí, en el norte del país, donde grupos yihadistas han establecido su retaguardia en la frontera con Gaza, una escalada que culminó el 19 de agosto con la muerte de 25 policías en el ataque más mortífero perpetrado contra las fuerzas de seguridad en años.
Este jueves, un policía y un oficial murieron tiroteados por hombres armados en dos ataques separados en el Sinaí y en la carretera que une El Cairo a Ismailiya, en el canal de Suez, según fuentes en el seno de los servicios de seguridad.
Diez oficiales de policía resultaron heridos en el atentado contra el ministro del Interior, según responsables de los servicios de seguridad. Un alto responsable del ministerio afirmó a la AFP que uno de los policías había perdido una pierna en la explosión.
Un periodista de la AFP vio en el lugar de la explosión un coche y la entrada de una tienda completamente destruidos y vehículos quemados.
Un alto responsable del ministerio del Interior que solicitó el anonimato indicó a la AFP que un coche bomba explotó al paso del convoy de Ibrahim, pero un comunicado oficial del ministerio sólo informó de "una bomba".
La agencia oficial MENA indicó que la policía cortó las carreteras que conducen al ministerio en el centro de la ciudad.
Ante la escalada de violencia, las autoridades interinas instaladas por el ejército habían restaurado el 14 de agosto el estado de emergencia --por un mes; el levantamiento de esta medida de excepción había sido uno de los avances logrados por la revuelta popular que derrocó a principios de 2011 a Hosni Mubarak.
Un toque de queda nocturno también su impuso en la mitad de las provincias del país. El presidente interino estimó recientemente que el estado de emergencia podría, como está previsto, levantarse a mediados de septiembre. Pero el atentado contra Ibrahim podría cambiar las cosas.