La minería ilegal es la principal amenaza para los colombianos.
Así se lo señaló a este Diario el saliente Director de la Policía Nacional, el general Oscar Naranjo.
EL NUEVO SIGLO: ¿Cuál es la principal amenaza para los colombianos?
OSCAR NARANJO:Hay que reconocer que la economía criminal, que es la que moviliza a los grupos armados ilegales en Colombia, cambió.
Y si usted me pregunta hoy a mí cuál es el primer reto y desafío y la principal amenaza para los colombianos, diría que la minería ilegal.
Alrededor de la minería ilegal se está generando una subcultura de violencia, una subcultura de delincuencia; y la verdad, si el daño que produjo el narcotráfico con los cultivos ilícitos que fue muy alto, para nada es siquiera comparable con el daño al medio ambiente que está produciendo la explotación a cielo abierto de manera ilegal.
El daño que produce la minería ilegal está llevando a miles de colombianos a hacer parte de una cultura de la ilegalidad y hoy el principal reto y desafío colombiano es contener la minería ilegal.
ENS: ¿Qué mensaje le envía a los colombianos ahora que deja la Dirección de la Policía?
ON:Debo comenzar por agradecer a los medios de comunicación, representados en hombres y mujeres, que para nosotros son verdaderos colombianos admirables, la manera como durante estos años se aproximaron al Director de la Policía con total respeto y particularmente con mucho afecto.
Quiero darles las gracias porque a lo largo de estos años he sentido que he sido un colombiano especialmente privilegiado, un colombiano que ha recibido de los periodistas mucha generosidad para valorar nuestro desempeño.
Por eso debo decir en primer lugar gracias. Lo digo desde el fondo del alma y lo digo también en nombre de Claudia, que como ustedes saben es el amor de mi vida, y de mis hijas.
La verdad este no es un momento de despedidas. El señor Presidente de la República ha puesto en marcha un modelo institucional de relevo del Director de la Policía que no significa hacerlo de manera abrupta, súbita, que no ha significado para fortuna de los colombianos hacerlo en el marco de una crisis o una coyuntura especial y que corresponde a un modelo que el Jefe de Estado determinó anunciar mi retiro y otorgamos varias semanas para que a lo largo de este lapso que concluirán en junio o julio, nosotros hagamos un empalme que deje a la Policía totalmente consolidada y estructura alrededor de unos propósitos del país”.
ENS: ¿Qué le dice al Gobierno Nacional?
ON:Quiero señalar que como Director General la generosidad con que ha obrado el Gobierno, la comprensión del presidente Juan Manuel Santos, me comprometen integralmente con el país, con el Gobierno y con el primer mandatario de los colombianos y su ministro de Defensa Nacional.
Ya se mencionó que cinco años era un tiempo, policialmente hablando, que debería ser suficiente y que debería dar paso a las nuevas generaciones de magníficos policías que hoy conforman el cuerpo de generales.
ENS: ¿Cuál es su mayor frustración?
ON:Yo diría que como Director de la Policía fui incapaz de contener la muerte que ronda a mis policías. Por eso quiero rendirles un homenaje a tantos héroes que han sacrificado sus vidas.
En Colombia muere un policía cada 36 horas en promedio. Muchas de esas vidas terminan arrastradas en manos de criminales, sin cobrar ningún protagonismo, ninguna visibilidad, simplemente ingresando a un escalafón de héroes anónimos de la patria.
A ellos todo nuestro reconocimiento. A sus familias. Y toda nuestra gratitud porque esas familias de los policías asesinados han sido realmente un punto de inspiración para el Director General cuando constato su humildad y comprensión y la manera como abordan esa tragedia familiar y personal de sus seres queridos.
ENS: Usted deja un punto muy alto en la Dirección de la Policía. ¿Cómo será designado su sucesor?
ON:La decisión sobre mi sucesor recae de manera exclusiva en el señor Presidente de la República. Será él quien determine de un abanico muy grande de posibilidades que hay hoy con hojas de vida muy acreditadas quien será el nuevo Director de la Policía Nacional.
He declarado que estaré obrando con distancia de ese proceso, porque lo mejor que me puede pasar a mí como Director es justamente entregarle al Gobierno un cuerpo de generales de lujo para que escoja a mi sucesor.
La verdad es que yo quedaré tranquilo con cualquier decisión que tome el Gobierno Nacional en relación con la sucesión.
ENS: ¿Qué opinión tiene sobre el análisis que se viene haciendo desde diferentes sectores de la sociedad nacional e internacional sobre un eventual proceso de legalización de la droga?
ON:Primero, hemos dicho que Colombia hoy después de 30 años de lucha contra el narcotráfico tiene toda la autoridad para participar y promover un debate evaluativo y exploratorio de qué hacer para mejorar las acciones globales contra el narcotráfico. Un valor agregado es que Colombia puede hacer ese debate, promoverlo, participar de él libre de presiones de narcotraficantes.
En segundo lugar, hoy en nuestro Gobierno, el Presidente de la República tiene toda la autoridad moral para promover ese debate, dado que él ha sido un líder en la lucha contra el narcotráfico.
Y, en tercer lugar, estimamos que resulta oportuno y necesario que el mundo haga un alto en el camino y revise qué estamos haciendo bien, qué hemos hecho mal y explore nuevas vías para enfrentar el fenómeno y el problema global de las drogas.
El problema de las drogas no es nuevo de la humanidad, pues la historia ha estado signada con el problema de las drogas. En su momento fue el tabaco, más adelante fue el alcohol, el tema del hachís... Ese flagelo ha estado ahí presente y el mundo ha hecho pares para decir que hay que hacer.
Pero, de otro lado, debo decir que mientras las normas estén vigentes, la Ley, nuestro Estado de Derecho nos compromete a luchar contra el narcotráfico. La única opción que tenemos los policías es cumplir la Ley, tener fe en la Ley y aplicarla sin distingos. Pero repito: hoy Colombia puede darse el lujo de participar de ese debate.
ENS: ¿Qué piensan los colombianos de la Policía?
ON:La valoración que los ciudadanos colombianos hacen de su policía es alta. Y lo que diría es que hay clara conciencia al interior de la institución en el sentido que no hay que permitir ni tolerar a ningún compañero o compañera que traicione principios y valores.
ENS: ¿Qué reconocimiento hace en materia de lucha contra la subversión, el terrorismo, el secuestro y el narcotráfico?
ON:Su pregunta me permite hacer un reconocimiento en este caso no a mi institución sino a las Fuerzas Militares.
Mire, cuando yo soñé con una operación ideal debo decir que nunca imaginé que la realidad superara mi propia ficción. Y esa ficción la superó la Operación Jaque. Para mí la Operación Jaque, después de 36 años de policía, es la operación de las operaciones en el mundo entero contra el terrorismo. Y ahí mi reconocimiento a la Fuerza Militar, a los servicios de inteligencia y nuestra gratitud por haber traído de regreso a la casa sanos y salvos a políticos, militares y a nuestros policías. Para mi la operación emblemática que sella el buen nombre de Colombia se llama la Operación Jaque.
Y en relación con operaciones policiales son muchas. Pero particularmente disfruté aquellas donde se nos había vendido la idea de que había narcotraficantes intocables y que la institución sería incapaz de capturarlos. Pero la verdad es que uno a uno fueron cayendo y cada vez que se capturó a un narcotraficante de esos que parecían intocables y que a veces se asociaba y se decía que seguían actuando porque habían complicidades, lo disfruté porque demostramos al mundo que la Policía persigue el delito sin distingos.
Un poco la tragedia de las operaciones es que a lo largo de estos 25 años nos ha tocado vivir y personalmente diría que lo he padecido. Cuando neutralizamos a Pablo Escobar, nos dijeron que no éramos capaces de capturar a los hermanos Miguel Ángel y Gilberto Rodríguez Orejuela; y cuando los aprehendimos nos dijeron “no son capaces de capturar a los del Norte del Valle”; y cuando los detuvimos nos dijeron “no son capaces de aprehender a Daniel Rendón Herrera, alias don Mario”. Y por supuesto nos dijeron “no son capaces de capturar a Los Mellizos”; y cuando uno de ellos fue neutralizado y el otro capturado, hoy nos están diciendo “¿y dónde está El Loco Barrera?”. Siempre tratando de sembrar allí un nivel de desconfianza que al final termina derrotado por los hechos.
ENS: ¿Cómo va el proceso del grafitero?
ON:Se dice que el general Edgar Orlando Vale Mosquera, como Inspector de la Policía, estaría vinculado por la manipulación de la investigación en el caso del grafitero, porque hay una coincidencia de unas comunicaciones de una patrulla cercana a la vivienda del oficial.
Me hace pensar a mí que estamos frente a un tremendo montaje perverso, pues quien está afirmando eso desconoce que el general Vale no era el Inspector General para el momento de los hechos. ¿Si no era el Inspector General, qué tenía que ver con esa situación?
Cuando ese tipo de cosas empiezan a crecer sin verificaciones, se producen unos daños enormes.
He dicho que me duele la muerte de Felipe Becerra, el muchacho grafitero. Y he dicho desde el principio que estamos frente a la actitud de un agente, que siendo un joven policía a mí francamente me pareció honesta. Un policía que dispara evidentemente contra el joven. Pero un agente que llama a la Central de Radio diciendo “acabo de disparar, acabo de herir a un señor, necesito ayuda”.
Es un joven patrullero que está dispuesto a ir a los estrados judiciales para aceptar sus responsabilidades en el marco del desempeño institucional.
Y me pregunto: ¿si desde el principio supimos que Felipe había sido víctima del disparo de un policía, para qué teníamos que entrar nosotros en un tema, como se está diciendo, comprometer a un general que no era el Inspector General de la Policía en la época en que se le quiere vincular a esa investigación?
Me pregunto: ¿qué moviliza a esas fuerzas para que la Policía aparezca como que quiere tapar algo, cuando realmente nunca pretendió tapar nada?
Espero que la justicia avance. Destaco además lo siguiente: fue la propia Policía la que dijo en su momento que debería ser la justicia ordinaria y no la Penal Militar la que asumiera el conocimiento de la investigación. Nosotros no invocamos la jurisdicción castrense y cuando la justicia señaló que este caso debe volver a los estrados de la justicia ordinaria, así se hizo.
Se que la muerte de Felipe es irreparable y tengo que transmitir ese sentimiento a la familia, pero también invocar que haya justicia cuando veo al patrullero corriendo por los pasillos de Paloquemao asediado por los medios de comunicación como si fuera un delincuente. Siento dolor frente a ese joven que para nada se propuso matar a Felipe. Esa fue la situación fortuita y habrá otro tipo de valoraciones. Estoy seguro que nuestro patrullero no es un criminal, pero tendrá que responder por un hecho que ciertamente es punible hoy.
ENS: ¿Qué pasó con su hermano en Alemania?
ON:Mi hermano fue objeto de un procedimiento penal que es público, oral y visible. Y recibió una condena de dos años. Purgó esa condena y regresó a Colombia.
Pero la verdad, ¿qué poder podría invocar para que lo trajeran a Colombia? ¿Qué poder podría invocar ante la Corte Suprema de Justicia alemana como para que le rebajaran la pena?
Quienes cuestionan digamos ese resultado de la justicia alemana, perdóneme que lo diga así, lo hacen con una perversidad enorme que me sorprende sea recogida por los medios de comunicación. Ese proceso lo asimilamos y mi hermano rectificó el camino y superó ese hecho.