Un discreto partido tuvo Millonarios ayer y resignó sus ilusiones de clasificar a la final del fútbol colombiano al fallar desde el punto de pena máxima después de que los noventa minutos reglamentarios terminaran sin goles, tal y como pasó en la ida en Barranquilla. Los hombres de Juan Manuel Lillo nunca tuvieron la tranquilidad para definir en el tiempo de juego y luego Juan Esteban Ortiz, Rafael Robayo y Harrison Otálvaro equivocaron sus cobros para permitirles a los tiburones obtener la clasificación.
Al arrancar las acciones, tanto el equipo embajador como el tiburón mostraron la intención de atacar, y especialmente en los primeros 10 minutos fue cuando el visitante mostró sus únicas intenciones ofensivas, tratando de explotar la velocidad de Vladimir Hernández y Toloza. De hecho, fue el hombre más adelantado de los junioristas el que tuvo la primera oportunidad al minuto 12, tras un error de entrega de Ómar Vásquez, pero Delgado atajó bien el remate y lo envió al tiro de esquina.
A partir de ahí, Millonarios pareció reaccionar y se mostró muy agresivo con una sucesión de disparos de media distancia, buscando que Viera diera un rebote pero nunca llegó. Hacia los 22 minutos, Junior ya estaba encerrado en su arco, tratando de estorbar los pases azules y Millonarios respondía tocando por todo el campo y generando espacios para la llegada de sus hombres ofensivos.
Al minuto 23 hubo un campanazo claro de los azules, tras un gran centro de Candelo, que Viera manoteó en las 5.50, Dayro recibió de espaldas en la diagonal y disparó enviando el balón apenas alto.
Junior empezaba a recurrir a la pérdida de tiempo, al verse dominado por un Millonarios muy fino en la entrega, pero enredado para generar espacios. Así se empezó a consumir la primera parte, con un cuadro azul que parecía tener todas las intenciones pero no la puntería. Las opciones más claras del partido para los azules terminaron llegando por tiros de esquina, pero o Viera o la falta de definición de los azules estuvieron ahí para impedir la celebración de las 30 mil almas presentes.
En la segunda parte, vino otra opción clara que pegó en el palo de Dayro Moreno, quien remató de 25 metros tras pase de Candelo. Luego, Toloza tuvo también una opción muy clara, que conjuró Luis Delgado.
Millonarios seguía siendo muy peligroso con los tiros de esquina, pero, en movimiento, no pudo llegar con claridad a la línea de delanteros. Ómar Vásquez era intrascendente y pronto fue reemplazado por Harrison Otálvaro.
El cambio pareció surtir efecto, pero apareció la mala entrega, producto de la desesperación, especialmente por parte de los laterales Ochoa y Leudo.
A la altura del minuto 80, ya Junior se defendía hasta con ocho jugadores en su propio terreno, mientras Millonarios se seguía diluyendo en la efectividad. Curiosamente necesitando marcar goles, Lillo nunca ingresó al atacante que tuvo en el banco, Anderson Plata, sino que lo hizo con Juan Esteban Ortiz, ya cuando el juego expiraba. Junior tuvo un par de contragolpes tibios al final, pero la suerte estaba echada: se definiría desde los 12 pasos.
En los cobros desde el punto fatídico, Millonarios tuvo dos veces la ilusión en sus pies, pues inició fallando Jossymar Gómez para los barranquilleros y luego Delgado le atajó a Felipe Correa. Pero los azules fallaron en tres de sus disparos y la algarabía fue para el visitante, y un reducido grupo de sus seguidores.
"Durante el torneo casi todo ha sido a huevo. Nos ha tocado pelear duro y estoy orgullosísimo de este grupo de jugadores", se consoló el técnico español Juan Manuel Lillo, quien reconoció la clasificación de los tiburones.
"El ser humano inventa muchas justificaciones para tratar de explicar lo que pasa. No hemos perdido ningún juego y estamos afuera", sentenció el español, bastante golpeado por los acontecimientos.
Nacional “volteó la torta”
Con goles de Juan David Valencia (m. 24) y Jefferson Duque (m. 62) Atlético Nacional remontó la serie que perdía con Santa Fe y se clasificó a la final del rentado local en este primer semestre.
El equipo antioqueño comenzó el compromiso en desventaja, toda vez que había perdido el juego de ida en Bogotá (1-0), pero desde que comenzó el juego se notó el hambre de gloria en los dirigidos por Juan Carlos Osorio y de tanto perseverar alcanzaron el objetivo de poder luchar por su decimocuarta corona en el fútbol colombiano.
Santa Fe arrancó con un par de ataques ante la portería de Franco Armani, pero el argentino ahogó en dos ocasiones el grito de gol cardenal. Tras esto, Nacional reaccionó y al minuto 25 consiguió la primera anotación con un remate de Valencia tras una escapada por el costado izquierdo que definió al primer palo de Camilo Vargas, en un gol que tuvo complicidad del golero bogotano.
Los capitalinos nunca pudieron sacudirse y el dominio fue verde, tanto en lo que restaba de la primera mitad, como en el segundo episodio. Y fue precisamente al minuto 60, cuando Sherman Cárdenas, quizás la figura de la noche, volvió a habilitar a Valencia por el costado izquierdo, el carrilero avanzó solo y puso el centro milimétrico para que Jefferson Duque, también sin mucha marca por parte de los cardenales, sentenciara la serie con el 2-0.
El resto del partido transcurrió sin mayores sobresaltos en la portería de Armani, pues nunca se supo qué era lo que el técnico de Santa Fe, Wilson Gutiérrez, salió a buscar al Atanasio Girardot, ya que no se le notó ni una clara intención de contragolpear cuando tenía la serie a su favor, ni un deseo ferviente de atacar en sus dirigidos cuando tenía el resultado en contra.
Nacional se repuso así de una semana donde veía sus opciones casi acabadas tanto en la liga, como en la Copa Libertadores, y ahora podrá viajar a Montevideo a tratar de remontar igualmente la serie que Defensor Sporting le comenzó ganando 2-0. Los verdolagas enfrentarán al Junior primero en Barranquilla, el domingo 18 de mayo y jugarán la vuelta el miércoles 21 en su cancha del Atanasio Girardot.