Millonarios volvió a ganar: 1-0 ante Itaguí | El Nuevo Siglo
Domingo, 18 de Marzo de 2012

Bien sea porque jugó mejor o porque el rival se equivocó en el planteamiento, por fin Millonarios logró sumar de a tres en su casa, al vencer 1-0 al Itagüí, victoria que se convierte en un bálsamo para un equipo que venía de capa caída.

Como cosa rara, el técnico Richard Páez se equivocó al deja en el banco a Omar Vásquez, pero corrió al excluir del juego a Martínez, retroceder como lateral a Mosquera, con lo que el equipo ganó control de balón y salida por la izquierda.

Justamente, sobre el minuto 10 del segundo tiempo, un centro de Mosquera, quien se proyectó por izquierda, encontró mal parada a la defensa de las Águilas Doradas y, aunque Erick Moreno falló en la punta final, Wilberto Cosme acertó y venció a Robinson Rufay Zapata.

Con el 1-0 a su favor, Millonarios continuó con el control del balón e intentó aumentar la cuenta, aunque sin éxito.

En cambio, resultaba inexplicable cómo un equipo pretende sumar sin arrimarse siquiera en una oportunidad al arco rival. Ese fue el caso del Itagüí que, en 80 minutos no se arrimó al arco defendido por Nelson Ramos, arquero que está acostumbrado a lucirse y ser figura, pero que ayer solo sobre el final fue exigido en un par de oportunidades.

Los dirigidos por Hernán Torres intentaron defenderse ordenadamente, no brindarle espacios a Millonarios, impedirle que llegara con riesgo al arco de Zapata y aunque tuvieron cierto éxito en sus aspiraciones, finalmente cometieron un error en defensa y el local lo capitalizó.

Ya sobre los minutos finales se acordaron de atacar y desnudaron las falencias que ya se conocen en el cuarteto posterior de los azules, pero fue demasiado tarde como para intentar llegar al empate.

Nadie se explica porqué un equipo que tiene jugadores de talento, como Cleider Alzate o Córdoba, se preocupó solo por defenderse y no por atacar, renunciando, prácticamente, a la posibilidad de sumar.

Para nadie es un secreto que cuando Millonarios es atacado, da ventajas y que su defensa, especialmente por el costado donde marca Ithurralde, es frágil, como se vio en la ejecución de un tiro de esquina en el que le ganaron el cabezazo y por poco llega el empate para la visita.

La victoria para Millonarios, en su estadio, es un aliciente. El equipo azul solo había ganado un partido en Bogotá, pero en el estadio de techo, ante La Equidad y sus actuaciones en El Campín habían dejado mucho que desear.

Ayer, no es que haya jugado un gran partido. Si bien es cierto que mejoró en su accionar, hay que tener en cuenta que Itagüí fue un rival conformista, que apostó al empate y como casi siempre sucede, perdió, pero que no arriesgó mientra el marcador estuvo 0-0 y que tardó en reaccionar tras la anotación de los Embajadores.

Ahora, es justo reconocer que Páez supo recomponer con el ingreso de Vásquez y con la salida de Candelo, que esta vez aportó poco y se notó agotado, para dar paso al defensa Henríquez para reforzar la parte posterior, aunque aún así se dieron algunas ventajas y se permitió que en los últimos 10 minutos Itagüí se les fueran encima y les generaran un par de acciones de riesgo.

Páez tendrá una semana tranquila para trabajar, pero debe analizar con cabeza fría si mantiene a Ithurralde como zaguero central o si ensaya con Brítez o Henríquez como compañero de Franco para buscar corregir los errores que se cometen, sobre todo en el juego aéreo, donde el central uruguayo es un desastre.

La victoria tranquiliza, es un alivio para los jugadores que ya no sienten esa presión de no poder ganar en casa y para los aficionados que, al final, no reparan en si el equipo jugó bien, regular o mal, sino en que sumó los tres puntos.

Por los lados de Itagüí queda la duda del por qué el técnico Hernán Torres fue tan timorato a la hora de plantear el partido, cuando hubiera podido arriesgar o apostar por hacer un juego menos defensivo y presionar a un rival que de antemano se sabe que da ventajas en defensa.