Se supone que cuando los técnicos detectan deficiencias en sus equipos piden refuerzos para solventarlas y fortalecerse.
Sin embargo, ese no parece ser el caso de Millonarios que, en el actual torneo enfrenta los mismos problemas del anterior torneo, tanto en mediocampo como en defensa, y para completar, el técnico Richard Páez, sigue cometiendo los mismos yerros en la elección de la nómina y en los cambios.
Frente a Real Cartagena, los azules cometieron cotosos errores en defensa, muchos de ellos originados en el sector medular, donde el único hombre de marca es Juan Esteban Ortiz, quien se cansa de ir y venir y, como en este caso, terminó expulsado.
Páez pregona que le gusta el fútbol de ataque y que sale a buscar los partidos. Pero hay formas de enfrentar los partidos y eso no lo ha entendido el médico venezolano, quien se abre y termina lamentando que se le vayan los puntos y justificándose con que “jugamos bien, no merecimos perder”.
Páez parece olvidar que el fútbol no es de merecimientos sino de capitalizar las ventajas que da el rival, de cometer el menor número de errores y trabajar para que su arquero tenga el menor trabajo posible.
Lo curioso es que Millonarios contrató refuerzos para el lateral izquierdo y hasta ahora no los ha usado y para el ataque donde los empleó algunos minutos y nada más. El Defensor central, Flavio Córdoba, actuó en un partido y al banco. Entonces surge la pregunta ¿y los refuerzos de Millonarios qué?
Sencillo, todo tiende a indicar que se contrató sin ningún criterio, jugadores de menores condiciones de los que están en el plantel, lo que conduce a pensar que sería mejor que le dieran oportunidad a los jugadores de las divisiones inferiores y no desperdicien el poco dinero que tiene la Institución en la vinculación de elementos que nada aportan.
Ahora, nadie entiende cómo es que si el equipo va en desventaja, necesita talento, Páez deja en el banco a Omar Vásquez, que venía siendo figura en los anteriores partidos.
Páez debe entender que los jugadores que están rindiendo merecen continuidad y que hay partidos en los que es necesario reforzar el trabajo del mediocampo, porque en marca se dan demasiadas ventajas y de allí parten los errores defensivos.
Real Cartagena no atacó mucho y aún así logró concretar tres goles para una victoria 3-2 bien trabajada y ante todo, ante un rival que da ventajas muy grandes en el sector medular y en defensa y que se acostumbró a que el golero Ramos le soluciona muchos de los problemas, pero que no siempre puede corregir los errores de sus compañeros.
Para nadie es un secreto que Cartagena es un equipo que sale a presionar, a apretar, que aprovecha las condiciones del clima para ahogar a su adversario y que en el contragolpe, con Palomino, es letal. El único que no lo sabía era Páez, quien le dio libertad a Nájera, quien se encargó de manejar el partido y darle salida a su equipo.
Ya es claro que los refuerzos fueron contrataciones del montón, entonces a Páez, mientras esté, le va a tocar sacrificar algo de su gusto por ir al ataque, a cambio de seguridad en la recuperación del balón y en esa labor le podría dar una buena mano Omar Rodríguez, a quien borró.
El Real Cartagena se impuso a un Millonarios que sigue dando demasiadas ventajas en su sistema defensivo.
“Fue un partido que nos significo una gran ganancia porque sumamos frente aun rival de categoría”: Hubert Boderth, técnico del Real Cartagena.