Sin jugar bien, Millonarios albergó la posibilidad de ser segundo en la tabla de posiciones, pero sus ya acostumbrados errores lo condujeron a una derrota 2-1 ante el Pasto y a continuar en el sexto puesto.

El partido disputado ayer en el estadio Libertad de la capital nariñense correspondía a la sexta fecha y estaba pendiente por el paro cafetero y sirvió para el regreso de Johnny Ramírez a las canchas tras su lesión y sus problemas con el Boyacá Chicó.

Los dirigidos por José Flavio Torres generaron la primera opción clara del compromiso sobre los 10 minutos de juego, cuando Luis Páez recibió el balón dentro del área y su disparo fue detenido por Luis Delgado, el rebote le quedó nuevamente al atacante de Pasto que con el arco a su disposición remató por fuera.

Millonarios abrió el marcador gracias a Freddy Montero, a los 33 minutos de juego, que tras un pase de Juan Ortíz, paró el balón con el pecho, superó a Nicolás Palacios y ante la salida del portero Lucero Álvarez lo superó con un remate cruzado.

La igualdad del cuadro local llegó a los 43 minutos de juego gracias al tumaqueño Nicolás Palacios, que aprovechó el extraño que le hizo el balón a Luis Delgado en un tiro de esquina ejecutado por Anthony Tapia, y el zaguero aprovechó para igualar el juego.

Sobre 63 minutos, José Harrison Otálvaro intentó poner en ventaja a los azules, pero su potente remate de media distancia se estrelló contra el horizontal.

El gol del triunfo para los nariñenses fue obra de Mauricio Mina, a los 75 minutos de juego, que con una 'palomita' venció a Delgado y aprovechó la asistencia con golpe de cabeza de Marlon Piedrahita.

Millonarios tuvo problemas de manejo en el sector medular pese a contar con tres creativos, Candelo, Otálvaro y Tancreddi y el balón muy poco le llegó al solitario punta Montero, que en el gol se rebuscó el balón, lo ganó y definió.

Y como ya es costumbre en el técnico Hernán Torres, tras probar y no hallar resultados positivos, hizo cambios y terminó acumulando delanteros, sacando volantes y atacando desesperadamente sin orden.

Fue un partido, por muchos pasajes aburrido, con dos equipos carentes de ideas, sin ganas de arriesgar, lejos de los arcos y con un Millonarios, en la segunda mitad apostando a esperar y contragolpear hasta cuando se vio abajo en el marcador.