El gobierno de México expresó el viernes un rechazo categórico por el despliegue de elementos de la Guardia Nacional de Estados Unidos iniciado el jueves en la frontera de Texas, ante la masiva llegada de menores migrantes, muchos de ellos no acompañados, informó la cancillería.
"El gobierno de México reitera, de manera firme y categórica, su rechazo a esta medida. No existe circunstancia alguna o cambio negativo en la seguridad fronteriza que justifique o motive esta acción estatal", dijo la secretaría de Relaciones Exteriores en un comunicado de prensa.
La dependencia señaló que estas medidas no contribuyen de ninguna forma a la solución del fenómeno migratorio y se apartan del "camino del diálogo y la concertación" que México ha establecido con Estados Unidos.
Estas "decisiones unilaterales no abonan a los esfuerzos conjuntos impulsados por nuestros países a fin de construir una frontera moderna, próspera y segura", añadió la cancillería.
La dependencia hizo un llamado para que el fenómeno migratorio se aborde desde una perspectiva que incluya la promoción del desarrollo social y económico en ambos lados de nuestra frontera.
La cancillería señaló que tomará a través de sus consulados en Estados Unidos todas las medidas necesarias para garantizar el respeto de los derechos de los mexicanos en Texas, especialmente de los menores no acompañados.
El gobernador de Texas, Rick Perry, inició el jueves el despliegue de unos 1.000 soldados de la Guardia Nacional por tierra y aire dentro de un plan llamado "Seguridad Más Fuerte", anunciado en julio.
Texas ha recibido la mayoría de los 61.581 menores centroamericanos que desde octubre pasado han llegado solos a Estados Unidos después de cruzar de forma clandestina México con el objetivo de dejar atrás la violencia y la pobreza de sus países.
Las autoridades de ese estado se vieron desbordadas en junio ante el repunte de llegadas, que saturaron los centros de detención y obligaron el traslado de centenares de indocumentados a otras dependencias en el país.