Microtráfico: el desafío de los baby carteles | El Nuevo Siglo
Domingo, 21 de Octubre de 2012

El fenómeno del ‘jíbaro’ y la ‘olla’ cada día representa un peligro mayor, pues algunas bandas de narcos ven más rentable mercadear la droga a nivel interno que enviarla al exterior. ¿Qué hacen las autoridades? El fiscal antimafia responde

 

No haynada más difícil que capturar y judicializar a un ‘jíbaro’. No sólo por las múltiples modalidades que las bandas de expendedores de drogas se han inventado para evitar caer en manos de las autoridades, sino porque se trata de un negocio tan segmentado que así como hoy cae un jefe de red de microtráfico, mañana ya tiene quién lo reemplace.

En otras ocasiones, las bandas operan muy aisladas. Es decir, que unas personas son los contactos o quienes buscan los clientes. Otras son las que cobran la droga. Y unas distintas las que lo llevan. Es más, se están utilizando menores de edad con mayor frecuencia aprovechando que son inimputables. De allí que poco se saca con capturar a uno o dos integrantes de la red, se requiere un trabajo paciente para desarticularla totalmente.

De allí que la venta al menudeo de cocaína, bazuco, marihuana y otros narcóticos pasó ya de ser un efecto residual del fenómeno del narcotráfico en Colombia a convertirse prácticamente en el filón más rentable del ilícito negocio.

Si bien se sabe que estas bandas mueven multimillonarias sumas, todavía  no se ha podido cuantificar una cifra real. Aún así algunas investigaciones de la Policía han permitido descubrir redes que a diario manejan entre 10, 20, 50 y 100 millones de pesos, en promedio.

Se trata de cuantías que superan el nivel de manejo de un pequeño expendedor y que evidencian que existe toda una estructura y cadena que maneja el negocio ilícito en sus distintas etapas.

Por lo mismo, la Fiscalía diseñó una nueva estrategia para fortalecer la lucha contra el microtráfico que mueve multimillonarias sumas de dinero anualmente.

EL NUEVO SIGLO habló con el director de la Unidad Nacional Antinarcóticos y de Interdicción Marítima (Unaim), el jurista Juan Carlos Acevedo Vanegas, quien afirmó que el narcomenudeo no sólo afecta la salud pública sino que genera graves fenómenos de inseguridad relacionados con asesinatos selectivos, extorsiones, hurto, riñas y otros crímenes de alto impacto, al tiempo que promociona la mendicidad.

El llamado jefe antimafia de la Fiscalía explicó que se viene trabajando en forma conjunta con la Policía para atacar las llamadas “ollas” y capturar a los denominados “jíbaros”. Sin embargo, el fenómeno continúa avanzando por las multimillonarias ganancias, al tiempo que atrapa entre sus garras a nuevos consumidores, especialmente, estudiantes y niños.

Según Acevedo hoy por hoy grandes cantidades de alcaloides no salen del país debido a la eficacia de la Fuerza Pública y los entes de control. Esa situación llevó a que muchos narcotraficantes decidieran fomentar sus operaciones a nivel interno.

“Este fenómeno se volvió una preocupación nacional y obligó al ente acusador a diseñar nuevas estrategias que permitan enfrentar con éxito este flagelo”, explicó.

Dijo que las autoridades tienen que estar en permanente evolución investigativa, pues los narcotraficantes ahora “mutan”, se inclinan más por el bajo perfil y evitan todo aquello que pueda generar sospechas que delaten su ilícita actividad.

“Hemos establecido que en muchas de las ciudades la droga se está quedando, se está comercializando y lo más grave es que la están consumiendo nuestros jóvenes. Es un problema de salud pública… El narcotráfico no solo corroe a nuestra sociedad, sino que distorsiona la economía y genera hechos de violencia”.

 

Operaciones complejas

 

Las pesquisas de la Fiscalía en torno a cómo operan estas bandas de microtráfico cada día son más profundas, pues la variabilidad del ilícito es muy alta. Para desarticular una banda se requieren muchas jornadas de trabajo e Inteligencia, dado que el objetivo no es capturar a una persona con algunos gramos o dosis de cocaína, bazuco, marihuana o éxtasis, sino establecer todo el mapa de cómo le llega la droga, quién se la trae, qué sistema utiliza para distribuirla, la forma en que se maneja el dinero y cuándo y cómo retorna al cabecilla de la banda.

No es algo fácil. Según Acevedo estos ‘cartelitos’ utilizan desde personas bien vestidas y educadas hasta habitantes de la calle y niños para mover y vender la droga.

“… Nuestros niños y jóvenes primero se convierten en víctimas y luego en victimarios… Ellos son iniciados en el consumo por los criminales y luego, por la necesidad de la droga, se vuelven victimarios, ya sea llevando y expendiendo las drogas a sus compañeros, familiares y amigos, o ingresando a la criminalidad”, explicó.

Según el director de la Unaim, el Gobierno, a través de su Consejero para la Seguridad Ciudadana, Francisco José Lloreda, planteó una mesa de trabajo para adoptar cursos de acción que enfrenten el tráfico de drogas en bajas cantidades.

“Gracias a esa iniciativa gubernamental se adoptó una política nacional para enfrentar ese flagelo, apoyada en la Unaim, teniendo en cuenta la experiencia de nuestros funcionarios”, así se trate de tráfico de drogas en menores cantidades, es decir, menos de cinco kilos, que no son competencia de la Unidad.

Ello permitió, entonces, que ahora los fiscales antimafia acompaña a los fiscales y funcionarios seccionales para judicializar a las grandes organizaciones de narcotráfico que se escudan o tratan de ocultarse o maniobrar a través de pequeñas bandas de microtráfico en barrios, comunas, municipios o zonas de ciudades.

 

Grandes estructuras

 

En el marco de la estrategia para atacar las llamadas “ollas”, la Unaim detectó que estas estructuras que aparentemente solo delinquen a nivel zonal o barrial, muchas de ellas cuentan con sofisticadas organizaciones en grandes y pequeñas ciudades.

Reveló que “aquí trabajamos con agentes encubiertos, con entregas vigiladas, con las redes de cooperantes, con tecnología de última generación y, en general, con todas las herramientas que nos proporcionan los Códigos y el Sistema Penal Acusatorio. No se escatima ningún detalle en las investigaciones, por sencillas que parezcan, pues nuestro trabajo consiste en capturar no solo a los trabajadores sino a los cabecillas de estas redes”.

Indicó que se requiere establecer una política integral “donde todos participemos, porque con la sola intervención de la Unaim el flagelo no se acaba, pues el narcotráfico muta y se desplaza en su afán del dinero fácil y evadir la acción de las autoridades”

Se tiene establecido, igualmente, que la guerrilla y las bandas criminales derivadas del narcotráfico tienen un peso cada día mayor en el narcomenudeo, pese a que años atrás sólo vivían del “gramaje” o de la exportación de grandes cargamentos.

“En la medida en que sigamos golpeando las estructuras del narcotráfico en todos sus niveles, es decir cultivos, laboratorios, transporte y decomisos, así como judicializando a sus integrantes”, el negocio ilegal declinará.

Como se dijo, los grupos armados ilegales ahora tienen más protagonismo en el microtráfico, e incluso hacen alianzas e intercambian cocaína, heroína, marihuana, bazuco y drogas sintéticas por armas, explosivos, vehículos, bienes en especie y otros.

“… Ya en este momento no hablamos de carteles como tales sino de pequeños clanes y ‘empresas’ familiares que de igual manera se están atacando”, indicó Acevedo.

 

Los capos

 

Según el director de la Unaim con la captura de los grandes capos como Daniel El Loco Barrera,  Diego Pérez Henao, alias Diego Rastrojo, y de Erick Vargas Cardona, alias Sebastián, de la llamada ‘Oficina de Envigado’, es necesario enfocarse en la neutralización de otras grandes organizaciones, muchas de las cuales se dedican al narcomenudeo.

“La captura de estos cabecillas permite neutralizar el lavado de activos, identificar los bienes adquiridos con los dineros producto del narcotráfico y, lo más importante, avanzar en esta lucha para enfrentar otro tipo de estructuras que venían a la par de las que dirigían Barrera y Diego Rastrojo, entre otras redes criminales”, anotó.

Señaló que “debido al avance en la lucha contra las grandes organizaciones del narcotráfico, hemos visto que estas redes están mutando y ahora se conocen como baby carteles, que se dedican a actividades puntuales de esa cadena del narcotráfico”.

“Nosotros también mutamos y logramos nuevos procesos, contando para ello con la tecnología de punta, el conocimiento de los Fiscales Especializados. Cualquier recurso técnico lo estamos utilizando y, además, contamos con la colaboración de los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña, con la dotación de tecnología de última generación que nos facilita el trabajo”.

 

Cifras

 

Las estadísticas de la Fiscalía indican que en desarrollo de la lucha contra el narcotráfico desde 2008 a la fecha han sido capturados 1.939 supuestos narcotraficantes y 285 extraditables.

En ese mismo lapso se han registrado 534 operativos contra narcos en todo el territorio nacional con importantes incrementos en operatividad en los últimos tres años.

Las cifras en materia de decomisos de precursores químicos líquidos arrojan 230.408 galones y 21.905 litros y más de 500 toneladas de precursores sólidos.

Igualmente han sido destruidas 2.505.960 matas de hoja de coca, mientras que fueron destruidas 430 toneladas de hoja de coca en proceso de maceración y picadas; 50 toneladas de base de coca y 591 kilos de heroína; 231 toneladas de clorhidrato de cocaína y 17 toneladas de marihuana prensada.

Igualmente se destruyeron 251 laboratorios para el procesamiento de alcaloides, al tiempo que fueron inutilizadas 51 pistas clandestinas en Antioquia, Amazonas, Arauca, Bolívar, Boyacá, Cauca, Caldas, Cesar, Cundinamarca, Chocó, Córdoba, Guajira, Magdalena, Meta, Nariño, Putumayo, Norte de Santander, Santander, Sucre, Tolima, Valle del Cauca y Vichada.