En el acto celebrado el jueves en la capital de la República, con motivo del Día de la Independencia de los Estados Unidos, se registraron momentos de emoción, cuando el embajador norteamericano en Colombia, Michael McKinley, no pudo evitar su tristeza por el final de su trabajo en el país, el cual deja con nostalgia. En la despedida al embajador Mc Kinley se le quebró la voz para leer una copla sobre Colombia de la cual es autor, que refleja su estima por este país que durante su estancia como representante de la Casa Blanca pudo conocer y conquistar el afecto de la gente.
Hay que destacar la gestión del embajador estadounidense. Una persona que se preocupó por los problemas de Colombia y siempre tuvo una voz de aliento y de estímulo por los avances en diversas áreas que en los últimos años se han visto aquí. También estaba presto a felicitar a las autoridades por los logros y éxitos en la lucha contra el narcotráfico y todas las formas de delincuencia. Se debe reconocer al embajador McKinley como un verdadero amigo de Colombia que con su carisma personal deja una impronta grata y perenne.