Las ciudades que tienen la fortuna de elegir alcaldes con visión de futuro, sin pretensiones demagógicas y dispuestos a trabajar en favor de quienes los eligieron, sobresalen y logran espectaculares avances en desarrollo y mejor calidad de vida. Nueva York, una de las ciudades más importantes de EE.UU. y del mundo, ha sabido escoger a sus gobernantes. Dos alcaldes, Rudolph Giuliani y Michael Bloomberg, a quienes sí les cabe la populosa urbe en la cabeza, la guiaron por ruta de progreso y hoy esta metrópoli se ufana de lo alcanzado durante el mandato de estos dos líderes.
Giuliani puso énfasis en seguridad. Bajar la tasa de homicidios. A él se le reconoce su notable labor de dejar una ciudad menos azarosa, donde la gente pudiera recorrer las calles sin mayores sobresaltos. Luego llegó Michael Bloomberg a continuar lo empezado por su predecesor. Pero no solo en esta materia destaca la alcaldía de Bloomberg. Le dio tal impulso a la Gran Manzana que hoy es la más segura del país, y el desarrollo se observa en todas las áreas, con crecimiento inusitado del turismo. Y lo hecho por Bloomberg, de manera desinteresada, solo pensando en la ciudad. Sin duda, un excelente alcalde que deja huella positiva.