Los mercados financieros del país señalan que no descartan reducciones adicionales en las tasas de interés. Sostienen que la decisión del Banco de la República en la última reunión de bajar el costo del dinero a 5%, es consistente con la perspectiva de política monetaria.
De acuerdo con los analistas del Bancolombia, “esperamos reducciones adicionales de 75 puntos básicos en la tasa de referencia hasta un nivel terminal de 4,25%. Nuestra visión se sustenta en la expectativa de que en los meses venideros la inflación retomará su tendencia de corrección a la baja y que al final del año se cumplirá el rango meta”.
Sostienen los expertos que “esto redundará en una corrección adicional de las expectativas de inflación y una dinámica de indexación de precios y salarios más benigna frente a los dos años anteriores. Con el panorama inflacionario más despejado, la política monetaria podrá orientarse a contribuir a cerrar la brecha de producto negativa”.
Indican que “tal movimiento se ve reforzado por el hecho de que en 2018 el Gobierno hará un esfuerzo significativo por reducir su gasto en inversión, lo cual probablemente tenga un costo en materia de crecimiento. Por lo tanto, en una economía con un proceso de ajuste del exceso de gasto público, una combinación de política económica óptima sería desplegar un estímulo desde el frente monetario”.
Aseguran que “el momento puntual de los recortes futuros estará condicionado por el comportamiento de los indicadores de crecimiento e inflación. Vemos que estos movimientos se darían con mayor probabilidad en el primer semestre de 2018, cuando la variación anual de los precios experimentará reducciones pronunciadas”.
Decisiones
Sostienen que con la reducción de 0,25% en su última reunión, “si bien esta decisión fue sorpresiva, ya que para este mes esperábamos estabilidad, en nuestro escenario base contemplábamos un recorte en noviembre. De este modo, la autoridad monetaria decidió anticipar un movimiento que a nuestro juicio es consecuente con la tendencia esperada de crecimiento e inflación para los próximos meses”.
En el comunicado de su decisión, el Emisor dejó entrever que la oportunidad para ajustar la tasa fue propiciada por las sorpresas inflacionarias de los últimos meses y la perspectiva de que la inflación pueda converger más rápidamente a la meta del 3%. Con respecto a este tema, es importante tener en cuenta que estas sorpresas solo han generado correcciones en las expectativas de corto plazo (para el cierre de este año), pero no han condicionado las de horizontes más largos.
También es necesario tener en cuenta que la mayor parte de la corrección reciente ha tenido lugar en el rubro de alimentos, el componente más volátil de la canasta.
“Vale la pena recordar que nuestra expectativa apunta a una inflación de cierre de año de 4%. Por su parte, el equipo técnico prevé una inflación de 3,9% en diciembre del presente año. La materialización de cualquiera de estos niveles nivel permitiría aliviar parcialmente los riesgos al alza de la inflación en 2018 por cuenta de un menor efecto de indexación”.
De otro lado, los expertos consideran que el panorama económico actual está marcado por el deterioro en la confianza de los empresarios, así como por el segundo mayor incremento en el desempleo en lo corrido del año. Esto pone de relieve que, después del repunte de las cifras de julio motivado por el efecto base, existe el riesgo de que se produzca una desaceleración de la economía mayor a la que es compatible con el choque externo que recibió el país.
A pesar de ello, el equipo técnico mantuvo su estimación de crecimiento para este año en 1,6%, el mismo nivel de nuestro escenario base. Sin embargo, el Emisor incrementó su pronóstico de crecimiento para 2018 de 2,4% a 2,7% (frente a nuestra estimación de 2,5%), previsiblemente como reflejo del estímulo monetario que se está empezando a adoptar.
A pesar de la debilidad en la actividad económica, se desestimó un tránsito acelerado hacia una postura expansiva. En el comunicado se afirma que la reducción decidida hoy no debe entenderse como parte de una senda continua de recortes. Esta aclaración revela una aproximación cautelosa, que resulta de los riesgos globales que percibe el Emisor, los cuales pueden llegar a limitar la capacidad contracíclica más adelante.
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