Un llamado de urgencia al Gobierno nacional para que se fortalezcan las capacidades de las Personerías municipales como garantes y protectores de derechos humanos, jueces disciplinarios, veedores ciudadanos y agentes del ministerio público, de cara al posconflicto que se avecina tras los diálogos de La Habana con las Farc y en el futuro con otros grupos armados, hizo la junta directiva de la Federación Nacional de Personeros (Fenalper).
El presidente de Fenalper, Andrés Santamaría, dijo que los colombianos debemos prepararnos y mentalizarnos para el proceso de reconciliación -o posconflicto como también se denomina-, un tema aún más complejo y difícil, si se quiere, que el propio conflicto armado.
“Los personeros municipales tenemos una responsabilidad histórica en este país, y debemos estar preparados para asumir y sacar adelante una tarea que aunque silenciosa, es la base del éxito de este proceso. Para lograrlo, se necesita todo el respaldo del Gobierno nacional porque las Personerías Municipales son la puerta de entrada a la casa la de la paz y la reconciliación”, indicó Santamaría.
Así mismo, recordó que en el ejercicio de atención, acompañamiento y defensa de las víctimas en Colombia, a mayo del 2014 las Personerías Municipales han recepcionado 500.146 declaraciones de víctimas de 625.662, lo que representa un 87,9 por ciento del total de las declaraciones de víctimas hasta el momento. Adicionalmente, como Secretaría Técnica de las Mesas Municipales de Participación Efectiva de las Víctimas, han instalado 759 Mesas Municipales Participación Efectiva de las Víctimas.
La importancia de las Personerías en el postconflicto contrasta abiertamente con las condiciones actuales de precariedad en infraestructura y profesionales de estas entidades del Ministerio Público, tal como lo ha venido advirtiendo Fenalper con base a un diagnóstico realizado con el apoyo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo (Usaid) donde se reveló el siguiente panorama: el 90 por ciento de las personerías son de 5 y 6 categoría, es decir que son las más pequeñas pero a su vez las que se encuentran en las zonas más impactadas por el conflicto armado, por lo tanto son las que mayor número de víctimas atienden y su planta está compuesta únicamente por el personero y su secretaria; el 79 por ciento no cuenta con mobiliario de despacho para atender las víctimas; el 82 por ciento no tienen archivadores para asegurar los documentos de las víctimas y el 79 por ciento no tiene sillas para poder atender a los usuarios; el 85 por ciento no tiene equipos de cómputo ni impresoras o escáner y mucho menos conexión a Internet.