Mediterráneo, ¿el nuevo mar muerto? | El Nuevo Siglo
Jueves, 11 de Diciembre de 2014

Ni las condiciones infrahumanas a que se someten, ni el altísimo riesgo de muerte atemorizan a los miles de migrantes africanos que, a diario, se aventuran a la mar más que para cumplir el sueño europeo, escapar de la miseria, la represión y hasta esclavitud en sus países de origen.

La ruta es el  Mediterráneo y de los 207 mil que en lo corrido del año intentaron atravesarlo, cifra que triplica el récord precedente de 2011 cuando 70 mil hicieron lo propio durante la primavera árabe,  para no menos de  3.419 tuvieron la travesía fue mortal.

De esta forma el sueño de un futuro mejor y la ilusión de vida naufragaron en esas aguas del Mediterráneo, al que podría tristemente bautizarse como “mar muerto”.

Las tragedias en esas azules y agitadas aguas son repetitivas. En su profundidad yacen los anhelos de miles de personas procedentes de las costas libias. Y ello, ante la mirada casi indolente del mundo. Por ello el papa Francisco ha reiterado, en varias ocasiones, que es más que cristiano, humano auxiliar y acoger a los migrantes.

Al divulgarse ayer el informe de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados, Acnur, sobre el record de migrantes muertos en el Mediterráneo, el  alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad al Hussein  denunció  la "indiferencia" de los países europeos ante este drama, para el que no se vislumbra solución.

"La falta de interés que vemos en muchos países frente al sufrimiento y a la explotación de estas personas desesperadas es profundamente chocante", dijo al Hussein al inaugurar una conferencia en Ginebra. 

"Los países ricos no pueden convertirse en 'ghettos', mientras sus pueblos cierran los ojos para no ver las manchas de sangre que marcan estas rutas", advirtió el funcionario.

Con conflictos en el sur (Libia), este (Ucrania) y sureste (Siria/Irak) Europa soporta en estos momentos el mayor número de llegadas por mar. Cerca del 80% de los intentos de cruce se efectúan a partir de las costas libias, para intentar llegar a Italia o Malta.

La mayoría de los migrantes que consiguieron llegar a Italia son sirios (60.051), cuyo país vive una guerra civil desde hace más de tres años y medio, y eritreanos (34.561) que huyen para escapar a la represión brutal, al servicio militar de por vida y a los trabajos forzosos.

 "Haríamos lo mismo en su lugar"

 La Acnur  criticó la gestión de la crisis migratoria en los países ricos y lamentó que muchos se centren en mantener a los migrantes fuera de su territorio más que en el derecho al asilo de muchos niños, mujeres y personas de edad que cruzan el Mediterráneo en embarcaciones, que a menudo viajan sobrecargadas. 

"Si familias enteras arriesgan sus vidas en el mar hoy, es porque ya perdieron todo, y piensan que esta es la única forma de estar seguros", afirmó Antonio Guterres, alto comisario de la ONU para los refugiados.

Guterres dijo que probablemente, "haríamos lo mismo en su lugar" y dijo que "todos los países tienen preocupaciones de seguridad y gestión de la inmigración, pero las políticas deben ser concebidas de forma que no conlleven a ver las vidas humanas como daños colaterales" añadió.

A finales de octubre, las autoridades italianas confirmaron el fin de la operación "Mare Nostrum" que permitió salvar decenas de miles de migrantes en el Mediterráneo. Italia había lanzado esa operación sin precedentes para evitar tragedias en alta mar, pero sin apoyo de sus socios europeos no estaba dispuesta a mantenerla.

Finalmente varios países aceptaron contribuir para una nueva operación, conocida como Tritón. Esa operación se limita a vigilar la frontera de la UE en el Mediterráneo.

"No se pueden utilizar medios de disuasión para impedir a una persona huir para salvar su vida, a riesgo de aumentar el peligro" afirmó Guterres.

De otra parte se conoció que un total de 4.669 inmigrantes clandestinos entraron este año en el enclave norteafricano español de Melilla, según datos entregados por el ministro del Interior de España, Jorge Fernandez Díaz.

El funcionario respondió a las críticas de la oposición de izquierda que acusa al gobierno de devolver a los inmigrantes sin respetar su derecho de asilo, que la inmensa mayoría de estos clandestinos son inmigrantes económicos y sociales que no cumplen los requisitos para pedir el asilo político.

"Los que pretenden entrar de una manera violenta y agrupada a través de los perímetros fronterizos de Ceuta y Melilla, en su inmensa mayoría son inmigrantes por razones económicas o sociales. No pretenden solicitar asilo y protección internacional", añadió.

"España está defendiendo, porque es su obligación, y es su derecho, sus fronteras exteriores. La frontera delimita el terriorio. El territorio va íntimamente ligada a la idea de soberanía", insistió el ministro.

Aunque el Mediterráneo es la ruta más peligrosa para los que huyen de la guerra o la miseria, no es la única en el mundo. La ONU calcula que unas 54.000 personas intentaron cruzar el golfo de Bengala en el Sureste asiático, de las cuales 540 perecieron.

En el Caribe, el número de muertos o desaparecidos se elevaba a 71 a principios de diciembre.

En todo el mundo, al menos 348.000 personas han intentado cruzar un mar para llegar a mejor puerto, una cifra récord./EL NUEVO SIGLO – AFP